Amargo recuerdo

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Omnisciente

Después de aquella noche de domingo en que el destino reunió a Rubí y Macarena en la Plaza de la Lealtad ambas quedaron llenas de pensamientos e incertidumbre.

Por un lado Rubí entendió en los gestos, en las miradas, en las palabras y sobre todo en los dibujos de Maca que a pesar del daño y de los años aún tenía una chance de alcanzar la felicidad a su lado, por su parte Macarena no pudo evitar sentirse culpable de haberle confesado lo que algún día sintió a Rubí y si bien pudo contenerse y lograr silenciar su corazón antes de decirle a la castaña que su repentina aparecida estaba logrando darle vuelta el mundo otra vez, eso no quitaba lo mal que se sentía, no por ella, porque de cierta forma le aliviaba haber podido al fin sacarse eso de adentro, lo que le atormentaba era la imagen de Julián, su novio, su futuro marido.

No podía quitarse la idea de que en cierta manera lo estaba engañando, de que estaba defraudando la confianza y el amor que él le profesaba, Maca sentía un compromiso enorme con él, fue el quien le mostró la universidad cuando ella estaba totalmente perdida, fue el quien la llevo a recorrer París y le mostró todos sus encantos, fue el quien la escuchó y la consoló cuando ella sufría por estar lejos de su hermana, de su vida en Chile y de la chica que le había roto el corazón, fue Julián quien con su paciencia y sus gestos logro recomponer y conquistar el corazón de la rizada. La mayor de las hermanas Correa sintió al fin que podía ser feliz más allá de Rubí y ahora todo se le estaba viniendo al suelo, se sentía culpable y al mismo tiempo enojada con ella misma por estar permitiendo que la sola presencia de la castaña desestabilizara su vida a tal punto de estarse cuestionando si lo que sentía por Julián era amor o simple agradecimiento mezclado con algo de costumbre y un enorme cariño.

Cuando descubrió el engaño de Rubí pasó por todas las etapas, la tristeza y el sufrimiento, la desesperación que la llevó incluso a huir de su país, la evasión en donde se dedicó a salir, carretear, pasarlo bien, disfrutar, demostrarse a ella misma que no le importaba en lo absoluto el desamor de su entonces ya ex vecina y finalmente la rabia, el intento de odiarla, empujada por el sufrimiento Macarena se metió a fuerzas la idea de odiar a Rubí y por momentos sintió que lo consiguió, cegada por dolor y la ira.

Pero ahora todo eso parecía haber desaparecido en un abrir y cerrar de ojos, Macarena se había concedido la licencia de mostrarse débil según ella, ante Rubí, al contarle sobre el amor que sintió, al atreverse a dejar ese beso en su mejilla y todo eso era algo que no podía volver a suceder, no podía permitirse una vez más mostrar sus emociones, no podía hacerle saber a Rubí lo que estaba ocasionando en su interior.

El viernes de la siguiente semana Macarena visitó el bar de Pablo impulsada por el espíritu de juerga de su grupo de amigas aunque en el fondo también sabía que algo o más bien, alguien más, la impulsaba a querer ir.

A pesar que el bar estaba dirigido al público latino las amigas de Maca se adaptaban bastante bien a todo tipo de ambientes, en especial Cote quien disfrutaba a concho cualquier lugar donde hubiese música y algo de alcohol, por su parte Sofía y Cata eran algo más reservadas lo que no significaba que no supieran disfrutar de un grato ambiente.

Las tres chicas habían conocido a Macarena hace 3 años cuando pasaban unos días de vacaciones en Niza y en su primera noche de fiesta tuvieron problemas para comunicarse con el barman del lugar, Maca que estaba aprovechando de recorrer y conocer su nuevo país de residencia les sirvió de traductora, pues a esa altura dominaba a la perfección el francés. Desde ese día el trió de amigas pasó a convertirse en un cuarteto y no se separaron nunca más, se visitaban permanentemente y cuando Macarena se mudó a España las chicas no daban más de la felicidad.

La noche comenzó bastante tranquila, un par de tragos, unas tapas, música y las infaltables risas entre las chicas escuchando las locas historias de Cote o las malas pasadas que le jugaban sus fallidas citas de Tinder a Sofía, todo parecía indicar que Macarena era la más estable del grupo o al menos eso era lo que entre ellas comentaban, el buen ambiente no se detenía y eran una de las mesas más prendidas de la noche hasta que se acercó una chica a dejar la nueva ronda de tragos que habían ordenado, Macarena se rasco el cuello ante su presencia, Sofía y Cata le agradecieron por llevar las bebidas y Cote no le quitó los ojos de encima, la recorrió descaradamente con la mirada de pies a cabeza y no hizo ningún esfuerzo por disimular, Catalina que sintió vergüenza ajena le dio un codazo para que cesara en su actitud acosadora pero a Cote nada parecía importarle, ya había puesto sus ojos en la castaña y no estaba dispuesta a quedarse como si nada.

Se supone ♡Rubirena♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora