Rubí
Habían pasado semanas desde que le conté a Maca mi verdad y todo seguía siendo igual que siempre, nada entre nosotras cambio ni muchos menos se rompió, por el contrario estábamos más unidas que nunca, mi conexión con ella era cada vez más grande y a pesar que ante mi familia me negaba a cualquier otra clase de sentimientos que no fuera amistad, en el fondo de mi corazón yo sabía que Macarena no era una simple amiga, pero mi cariño y admiración por ella era tan profundo que prefería callar y mantener nuestra amistad, sabía que si intentaba algo más arriesgaba perderlo todo y no estaba dispuesta a ello, además en el supuesto y ojo, solo supuesto que yo le confesara que ella me gustó desde que la vi esperando el ascensor aquel día de mudanza tengo muy claro que su respuesta no sería favorable para mí, a ella le gustan los hombres, he visto en varias ocasiones a un chico que viene a hacer trabajos con ella, van a juntas de universidad, el viene a dejarla a veces después de clase, conviven en su mundo de diseño en el cual yo no encajo y del cual, si soy muy honesta, siento un poco de celos. Le he preguntado por el, en contadas ocasiones, pero ella me dice que son solo compañeros y amigos, no le insisto demasiado para no dejar en evidencia los celos y la rabia que me provoca cada vez que lo veo cerca de Maca, si ella lo nota podría incomodarse y es lo que menos quiero.
Ella está en pleno periodo de exámenes en la universidad así que no hemos podido vernos mucho y aunque todos los días hablamos un poquito por teléfono me hacía falta su presencia, sus chistes pesados, los chocolatitos que hacía "aparecer mágicamente" detrás de mi oreja cada vez que yo estaba triste por algo, pero sin duda lo que más extrañaba eran sus abrazos, esos abrazos que me ponían nerviosa y aceleraban mi ritmo cardíaco a compases insospechados pero que también me daban calma y estabilidad ¡dios! la extrañaba mucho y me gustaba mucho, no podía negármelo más, la Maca me gusta, me gusta mucho y creo que este sentimiento comienza a ahogarme, me desespera, mis niveles de ansiedad aumentan y no sé cómo liberarlo, mis ojos creo que encuentran la forma y las lágrimas comienzan a brotar sin pedir permiso, solo lo hacen. La Esme me sorprende llorando y obvio intenta averiguar el motivo, al principio me niego a confesar la verdad pero ya después de unos minutos decido hacerlo, porque es mi hermana, confío en ella y necesito sacarme esto de adentro. Su respuesta ante mi confesión fue abrazarme, decirme que todo estará bien y me aconsejo ser honesta, ser honesta conmigo y con ella, con Maca. Y en parte tiene razón, nuevamente siento que le estoy ocultando cosas y no me gusta esa sensación, siento que con ella soy un libro abierto y este secreto me está quemando por dentro, quizás mi hermana tiene razón, así que la próxima vez que vea a Maca le confesare todo.
Maca
Rubí me había contado su secreto y la verdad me sentí muy feliz de que ella confiase en mí, intente darle toda la seguridad que pude, es lo menos que ella se merece, la Rubí me parece una mujer tan power, tan alegre, siempre anda bailando o cantando, tengo la sensación que tiene un voz preciosa pero nunca ha querido cantar algo tan claro, siempre la oigo tararear pequeñas estrofas en voz baja pero eso me basta para saber que tiene mucho talento, es tan honesta, tan transparente, siento que puedo ver a través de sus ojitos cafés, que se ponen tan chinitos cada que sonríe ampliamente, es hermosa por dentro y por fuera, las ondas de su cabello castaño, su nariz pequeñita, todo el conjunto hace de ella una mujer preciosa. Al principio de nuestra amistad todo fue muy natural pero últimamente he notado algo que me inquieta, y no tiene nada que ver con la confesión que me hizo porque esto que vengo sintiendo sucede desde antes que ella se atreviera a confesarme que le gustan las mujeres, he tenido varias amigas a lo largo de mi vida pero nunca había sentido tanto esa necesidad de estar cerca de ellas, de querer abrazarlas, protegerlas, sentir el contacto, nunca me pasó con ninguna pero ahora me pasa con Rubí. Me asusta un poco esta sensación porque muchas veces me he descubierto perdida en mis pensamientos, mientras estoy en clases, mientras hago deporte, mientras camino por la calle, simplemente me pierdo en mis pensamientos y eso no sería malo, el tema es que en mis pensamientos siempre está ella. No he sabido bien cómo interpretarlo la verdad y eso me ha generado aún más estrés del que ya tengo. Estaba tan agobiada por los exámenes en la universidad además de sentirme conflictuada por lo que me estaba pasando con mi amiga, no podía hablar acerca de todo con la Jose porque a pesar que es una vieja chica y su nivel de madurez me sorprende cada día más, no veo como podría ayudarme y a la Rubí que es la única a quien le tengo la suficiente confianza no podía contarle esto. Sumado a todo lo anterior hay un compañero que hace varias semanas me ha estado joteando, la verdad es lindo pero no logro sentir con él la conexión que siento con Rubí, él no se roba mis pensamientos en mis ratos libres en cambio ella se roba mis pensamientos incluso en los momentos en que más atareada estoy, -¿no sé por qué estoy comparando esto? Rubí es mi amiga y Juan Pablo un "pretendiente", definitivamente estoy más extenuada de lo que puedo notar.
ESTÁS LEYENDO
Se supone ♡Rubirena♡
FanfictionDos chicas que descubren el verdadero amor la una en la otra, pero que deberán traspasar duras pruebas y fronteras para saber si ese amor tan grande podrá o no concretarse. Porque no todos los finales son siempre de cuentos de hadas