Omnisciente
El golpe de calor que sintieron ambas chicas al ingresar al lugar fue arrollador, ninguna supo diferenciar si era la calefacción o simplemente la reacción del fervor interno que cada una provocaba en la otra.
Macarena haciendo gala de toda la determinación que la circundaba volvió a tomar a Rubí entre sus brazos e inicio nuevamente a besarla, esta vez los roces no partieron en la boca sino que comenzaron en el cuello, a cada contacto de los labios con su cuello Rubí inclinaba más y más su cabeza hacia atrás buscando ampliar el área para que su chica pudiese recorrerla a su antojo, con sus manos inquietas se decidió a explorar lo que ocultaba aquella relajada blusa negra que la había tentado durante toda la tarde, desde arriba hacia abajo, botón tras botón dio paso a descubrir todo aquello que llevaba deseando, se apartó atrás, no mucho, lo suficiente para poder observar lo que quería, aquella tela desabotonada le estaba regalando una vista mil veces mejor que la de su departamento en Madrid, extendió sus manos de forma temblorosa y comenzó a recorrer la piel expuesta, aquel abdomen firme y tonificado pero que no perdía su feminidad la hizo sentir la primera gran descarga de energía, el recorrido que comenzó a tomar velocidad se encaminó hacia arriba, aquel sostén rojo de encaje la incitaba a posar sus dedos sobre el pero antes de lograrlo Macarena la jaló desde el borde inferior del polerón hacia ella con desesperación para volver a besarla, entre torpes empujones la condujo hasta la habitación sin apartarse de su boca, a cada mordida que le otorgaba Rubí gemía de forma sutil, sin mediar tiempo ni espacio Macarena levantó el polerón de la castaña quien le brindó su cooperación alzando los brazos
-Eso no estaba contemplado –habló con una pequeña risa Macarena al percatarse de que junto con el polerón también había quitado la polera
-¿Si quieres me la pongo? –respondió de forma provocativa Rubí
-Ven para acá –respondió rodeándola con su brazo por la cintura y haciéndola chocar contra su cuerpo
El impacto entre sus pechos aunque aún cubiertos provocó la segunda gran descarga de energía
-Necesito que estemos en igualdad de condiciones –murmuro Rubí mientras dejaba caer aquella tela negra que le importunaba
El intercambio de besos no cesaba, Rubí fue la primera en atreverse y escabullendo sus manos entre el roce de sus cuerpos las posó en los senos de Macarena que soltó un jadeo que parecía no terminar, lentamente sentían como sus cuerpos sin pedir ningún permiso comenzaban a menearse de forma ligera, los dedos suaves de la rizada se deslizaban a través de la zona lumbar de su polola trazando un camino de fuego que desencadenaba en el broche de aquel brasier blanco, con más destreza de la que creyó tener lo desabrocho y siguió el recorrido hasta los hombros, jugueteó cuanto quiso mientras Rubí no podía controlar su respiración que parecía desbordarse cada vez que apretaba los pechos de su chica, la boca de Macarena transitó desde los labios de Rubí hasta el cuello y desde ahí hasta los hombros, con sus dientes tomó un tirante del sostén y lo hizo deslizarse, apenas lo consiguió repitió la acción en el otro extremo, inclinó su cabeza hacia atrás y observó, observó por largos segundos aquella imagen, la forma incesante en que mordía su labio era la señal clara de lo fascinante que le parecía
-¿Te gusta lo que ves? –preguntó de forma sensual la castaña mientras delineaba uno de sus pechos con su índice ante la mirada ardiente de la diseñadora quien no alcanzó a responder antes que Rubí hablara nuevamente –yo también quiero verte –Macarena esperó a que se acercara pero no lo hizo –no, quiero que te lo quites tú, quítatelo para mi ¿ya?
Como si esa frase hubiese hecho volver de golpe su timidez Macarena desmañadamente logró quitárselo, nunca una tarea cotidiana propia de la mujer le había tomado tanto tiempo, Rubí notó aquel nerviosismo y se acercó a ella, acunó su rostro, la miró fijo y decidió entregarle una vía de escape
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Se supone ♡Rubirena♡
FanfictionDos chicas que descubren el verdadero amor la una en la otra, pero que deberán traspasar duras pruebas y fronteras para saber si ese amor tan grande podrá o no concretarse. Porque no todos los finales son siempre de cuentos de hadas