CAPÍTULO 18

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Clarke y yo emprendimos nuestro camino hacia la aldea dónde se encontraba Heda; la comandante de los terrestres que había mandado su ultimátum de vida o muerte. Nos ganamos varias miradas de desprecio por parte de sus habitantes, los murmullos no se hicieron esperar y varios insultos hacia mi persona junto puños de tierra fueron lanzados a mi dirección. Clarke y yo sabíamos que no éramos bien recibidas en ese lugar. 

Dos terrestres se acercaron a nosotras e hicieron que les entregáramos todo tipo de armas que traíamos. Clarke les entregó su pistola y yo mi cuchillos. Esto con el fin de asegurar la "protección" de la comandante. 

"Tú podrías matarla en un parpadeo". 

Lo sé. 

Caminamos hasta llegar a una carpa grande, la cual tenía el color rojo cómo dominante. En la entrada de ésta había dos terrestres cómo guardias. Uno de ellos se acercó a nosotras y nos miró de manera amenazante. 

—Si la ven de mala manera les juro que les cortaré la garganta—escupió con furia el hombre. 

Mis palabras salieron de mi boca antes de que pudiera procesarlas. 

—Espero que la amenaza también sea para ella—la mirada que me dedicó me hizo saber que no le gustó para nada mi comentario. 

—Elena...—la voz de Clarke sonó en un tono de advertencia. Asintió hacia el terrestre antes de que amabas entráramos a la carpa. 

Dentro la carpa parecía ser más grande de lo que se veía por fuera, al centro de ésta había una mujer joven. Parecía sólo ser unos cuantos años más grande que yo, quizá de la edad de Bellamy. Su aspecto era fuerte y dominante, la mirada que nos daba era de autoridad pero con un deje de desconfianza. Nos estudia a Clarke y a mi con todos nuestros movimientos. Se encontraba jugando con un cuchillo entre sus manos. 

—Así que ustedes fueron las que quemaron vivos a trescientos de mis guerreros—dijo una vez que nos posicionamos delante de ella. Su mirada se posó en mi—Y tú fuiste la que los mutiló en cientos de pedazos.

¿Yo hice eso?

"Maravilloso, ¿no crees?"

—Tú fuiste la que los mandó a matarnos—contraatacó Clarke. 

—¿Tienen alguna respuesta para mi, Clarke y Elena de la gente del cielo?—preguntó posando la punta de su cuchillo en el reposabrazos de su silla. Con un dedo empezó a dar golpecitos en la espera de su respuesta. 

—Hemos venido a hacer una oferta—dijo Clarke queriendo explicar el motivo de nuestra visita. 

Pero la comandante la interrumpió. 

—Esto no es una negociación—la comisura de su boca se elevó en una ligera sonrisa llena de burla. 

—Todo líder sabe que por el bien de su pueblo debe de estar abierto propuestas para salvar a todos de la tormenta—dije en el mismo tono que ella—Si sabe lo que le conviene a su pueblo le recomiendo que escuche lo que tenemos que decir. 

—No podemos defendernos del hombre de la montaña si peleamos entre nosotros. Podemos ayudarnos mutuamente a vencerlo—procedió a explicar Clarke captando la atención de la comandante. 

—Sigue—ordenó cuando la rubia hizo una pausa. 

—Cientos de tu gente está atrapada en jaulas dentro de Monte Weather. Están utilizando su sangre cómo medicina—explicó Clarke ocasionando que en el lugar se escucharan varios jadeos de sorpresa. 

—¿Cómo sabes eso?—exigió saber la comandante ocultando su confusión. Estaba segura que era la primera vez que escuchaba eso. 

—Porque los vi, junto a mi gente, siendo objetos de laboratorio. Elena y yo fuimos prisioneras también—dijo mirándome por un segundo. 

SOLA | BELLAMY B.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora