CAPÍTULO 39

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—Necesitamos su ayuda nuevamente, señor—pidió Bellamy captando la atención de Dante. 

El mayor lo miró con indiferencia, parecía agotado tanto física como mentalmente. 

—He quitado la cámara de seguridad—informó Monty con una sonrisa socarrona—Nadie nos vigila. 

—De igual modo nadie lo hacía—contestó con indiferencia el mayor hacia Monty—Todos están en el Nivel 5 gracias a ustedes—el tono de reproche no se pasó por desapercibido. 

—Todos menos usted—dijo Clarke de forma irónica. 

—Evidentemente, Clarke Griffin. 

—Por favor, señor. Necesitamos su ayuda para sacar a toda nuestra gente de este lugar sin que nadie salga herido—volvió a pedir Bellamy con un buen autocontrol ante la situación. 

En cambio Dante guardó silencio haciéndonos saber que no estaba dispuesto a ayudarnos, pues sus ojos no se despegaban de los de Clarke. Parecía que quería transmitirle todo su desagrado hacia nosotros. Después de unos minutos habló nuevamente. 

—¿Cómo planean que los ayude si sólo han hecho actos violentos hacia este lugar? Cortaron la electricidad, arriesgando la vida de toda la gente de Monte Weather, incluyendo a quienes los han ayudado—sus expresiones faciales no perdieron la serenidad, pero su tono de voz era fuerte y denotaba molestia—Y lo más importante—ahora fue el turno de que yo recibiera su atención, su mirada ahora denotaba odio hacia mi persona—Asesinaste a varios de mis mejores científicos y a diez soldados, los... Descuartizaste y drenaste—sentí las miradas sorprendidas de mis amigos—¿Cómo los ayudo con ese historial?

"Y eso es solo una pizca de tu poder, borreguita"

—Yo sólo me defendía de lo que usted y su gente planeaban hacerme—escupí fingiendo serenidad, pero la verdad es que me sentía como aquel día en el Arca. 

Todos eran inocentes menos yo. 

—Nosotros sabíamos que estarían a salvo en el Nivel 5—defendió Clarke con tono de voz firme—¿Sabe lo fácil que sería para nosotros destruir las turbinas? Pero, en cambio, no lo hicimos. Les dimos la oportunidad de vivir, algo que ustedes no planeaban darnos a nosotros. 

—La gente que los ayudó...

—A veces se tienen que hacer pequeños sacrificios para saldar grandes deudas—habló por primera vez Gerd, haciendo que Dante se pusiera tenso ante la mirada inhumana del chico detrás mío. 

—Supongo que tú y Elena tiene algún parentesco...—dijo Dante intentando que su curiosidad no se notara en su tono de voz. 

—Eso a usted no le incumbe—contesté a la defensiva. Dante me miró nuevamente con una ceja alzada, como si mi reacción le haya parecido interesante. 

—No recuerdo haberte visto entre la gente de ellos ni con la de los salvajes—Dante me ignoró y dirigió su atención a Gerd. 

—Yo siempre he estado aquí—se burló Gerd con media sonrisa—Entre las sombras. 

Dante lo miró confundido ante su respuesta, pero después paseó sus ojos de mi a Gerd y así sucesivamente hasta que estos se abrieron en grande. Parecía que algo había hecho "click" en su cabeza. 

—Eres uno de ellos—afirmó hacia Gerd en un tono de voz bajo. 

Gerd me miró como esperando algún permiso de mi parte para contestar, pero sabía que estaba deseoso por admitirlo. Asentí levemente con la cabeza dándole ese permiso que necesitaba para poder hablar. Extrañamente eso me hizo sentir fuerte e imponente. 

SOLA | BELLAMY B.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora