CAPÍTULO 36

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—Mi decisión ya la he tomado hace tiempo y sigo pensando lo mismo—aclaré poniéndome de pie. 

Gerd imitó mi acción. 

—Sabes que no perteneces aquí, Elena. 

—¿Y tú quien eres para decirme a dónde pertenezco o no?—cuestioné alzando una ceja, sin ocultar mi enojo. Estaba harta de ese comentario. 

—Pues no veo que tu "luz" esté haciendo un grandioso trabajo—se burló alzando amabas cejas—¿Por cuanto tiempo te abandonó? ¿Diez años?

—Ella no me abandonó, yo fui quien la ocultó todo ese tiempo—respondí poniendo mis manos en mi cadera—Pero ella me ha ayudado en más ocasiones de las que te imaginas. ¿Tú en cuantas me haz ayudado?

Gerd no respondió ante mi pregunta ni tampoco mostró si ésta le había molestado. Seguía desconfiando de él a pesar de que ambos veníamos de la oscuridad. Era una persona extraña que acababa de conocer. 

—No soy tu enemigo, Elena—respondió de forma cautelosa. 

—Entonces no actúes como uno—respondí sin medir el tono de voz, el cual sonó bastante tosco. 

No lejos de donde estábamos se empezaron a escuchar varios gritos de júbilo, varios terrestres se encontraban lazando sus espadas al igual que varios guardias del campamento Jaha estaban tomando sus armas. Gerd y yo nos acercamos al pequeño grupo que empezaba a hacerse. Justo en ese momento escuché un grito que erizo los vellos de mis brazos. 

—¡A la guerra!

Nuevamente gritos de júbilo se escucharon pero más fuertes que antes. Busqué a Clarke o a Octavia con la mirada, encontrando a la rubia no tan lejos de donde estaba. Corrí hacia ella esquivando cuerpos que también corrían al igual que yo. 

—¿Qué ocurre?—pregunté una vez a su lado. 

Ella me miró con una enorme sonrisa apuntando al cielo con su dedo índice. Voltee hacia arriba topándome con la clara señal de que la niebla ácida había sido desactivada. Sin poder evitarlo sonreí mientras un jadeo se escapaba de mis labios.

 Bellamy lo había logrado. 

—Lo hizo...—susurré sin borrar mi sonrisa de felicidad. 

—Lo hizo, Elena—repitió Clarke a mi lado. 

"¿Estás lista para pelar, borreguita?"

Sí.


Íbamos al punto de encuentro donde los terrestres y Skaikru habían quedado de verse. Clrke y yo habíamos partido junto a Lexa y su ejército, entre ellos iba una eufórica Octavia quien llevaba su rostro pintado de negro. Clarke iba a lado de Lexa,  quienes parecían haber mejorado su relación, pues en más de una ocasión las había atrapado dándose miradas cómplices; yo iba  detrás de ellas con Gerd a unos paso detrás de mi. 

—Ya casi llegamos, Elena. Sería buen momento para que te vayas preparando—me dijo Clarke volteando a mi dirección. Asentí con la cabeza mirando a Gerd sobre el hombro, el cual también me dio un asentimiento de cabeza. 

Antes de partir Clarke y yo habíamos acordado que antes de llegar yo fuera creando una protección a mi alrededor, ya que lo más probable es que Dante tenga hombres escondidos en el bosque con el fin de matarme y así hacerles la pelea más fácil.  Mientras yo hacía una barrera hecha de humo, Gerd se posicionó aún más cerca de mi preparando sus espadas. En cuanto se enteró de nuestro plan no había dudado un segundo en protegerme. 

SOLA | BELLAMY B.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora