Capítulo III: Los Pisos Profundos

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El coro de rugidos ensordecedores llenó toda la habitación como una pared.

El suelo temblaba por los golpes de muchos pies que corría por su desolada superficie.

Un mar de monstruos con cuernos que se enroscaba sobre sus cabezas como cabras monteses estaban corriendo por el terreno. Las cabezas que lucen como caballos que surgían de los cuerpos de las criaturas sólo podían llamarse Hideous. Ellos respiraron pesadamente al mismo tiempo, rodando sus ojos inyectados en sangre para mirar a sus presas retrocediendo.

La inmensa multitud negra de grandes criaturas dignas del nombre de "monstruos" avanzaba como uno solo, con garrotes de varias formas y tamaños agarrados de sus manos carnudas. Los que estaban en la parte delantera levantaron sus armas por encima de sus cabezas, listos para el golpe.

--¡¡Escudos, listos...!!

Justo a la señal, una línea de metal se elevó. Muchos choques sobre los escudos sonaron un instante después.

Una fila de más de veinte de los anchos escudos absorbió la primera ola de castigo. Sin embargo, los que portaban el escudo fueron empujados hacia atrás, con sus talones en el suelo.

--¡Primera línea, no rompan la formación! ¡Retaguardia, continúen atacando!

Tratando de soportar la barrera feroz estaba un grupo de seres humanos y demi-humanos, una línea de enormes y enérgicos enanos que llevaban grandes escudos en ambos brazos, protegiendo a los grupos de Elfos y Beastmans equipados con arcos, flechas y bastones. Un par de gemelas amazónicas con la piel de color trigo y un chico humano con un distintivo guantelete rojo equipado en su brazo izquierdo se abrieron paso entre la lluvia de sus compañeros para atacar a los monstruos de frente.

Una sola bandera estaba parada entre las dos unidades, agitándose con los intensos vientos de la batalla girando alrededor de él.

Cosido en su tela estaba un emblema que llevaba la marca del bromista: una sonrisa cómica.

Este era el símbolo de aquellos que se unieron a una <Familia> en particular.

--¡¡...!!

La batalla se desarrolló en un paisaje carente de vegetación. No había más que rocas rojizas y arena, un desierto sin límites hasta donde el ojo podía ver.

El 49º Piso, también conocida como las tierras baldías de <Moitra>, donde se estaba llevando a cabo una batalla despiadada entre Aventureros y Monstruos.

Con cada paso tomado, cada impacto enviaba una nube de polvo rojo en el aire. Imponentes paredes se mantenían lejanos a la distancia, y encima había un techo que parecía un cielo de mediodía.

Ellos estaban muy por debajo de la superficie, explorando los Pisos Profundo del Calabozo.

Mientras sonaban los gritos de la batalla que nunca llegarían a la superficie, las líneas de batalla del hombre y bestia continuaron extendiéndose.

--¡Axel, encárgate el flanco derecho!

Recibiendo la orden de su Capitán, Axel corrió hacia el gran grupo de monstruos que se desbordaba en el lado derecho.

[¡Boost!]

Acompañado de una luz roja proveniente de la joya en el guante de Axel, su cuerpo recibió un aumento de poder.

-Con diez serán suficientes, ¡Vamos!

[¡Explosión!]

Toda la energía que había estado acumulando fluyó por todo su cuerpo, dándole así un gran aumento de sus capacidades.

Danmachi: El Aventurero DragonicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora