Danmachi: El Aventurero Dragonico

Capítulo XXXIII: La Calma dentro del Calabozo

[Que patética se ha estado volviendo esta vida últimamente...]

Dentro de su oscuro subconsciente, en un lugar donde nadie debería ser capaz de molestarlo, oculto completamente por la infinita oscuridad, una voz familiar para él resonó.

[¿Cuánto tiempo pretendes continuar con esta estúpida farsa? ¿Vivir como un humano? ¿Desperdiciar nuestro potencial por evitar estar en el punto de mira? Que ridículo.]

Cierra la boca.

Una expresión molesta se formó en el rostro del sujeto cuando se dio cuenta a donde quería llegar "él".

Ambos se miraban fijamente, y ninguno ocultaba la irritación que sentían por el otro.

¿Acaso está mal querer vivir sin tener que preocuparnos de que cualquiera nos quiera cortar el cuello?

[... No, eso no es un problema, está bien que podamos disfrutar de algo a veces, es natural...el problema es tu forma de llevar a cabo las cosas.]

¿Qué quieres decir?

Sus palabras lo habían descolocado por completo. Su comportamiento era extraño.

¡......!

*¡Ba-dump!*

Él (su humanidad) sintió miedo.

En lugar de recibir alguna respuesta de parte del otro ser, recibió una increíble sed de sangre que eran transmitidos por la entidad (el monstruo) que se ocultaba dentro del infinito manto de oscuridad. Esa persona no pudo evitar retroceder, despues de todo, su instinto le había ordenado que lo hiciera.

Aquellos ojos, los cuales no emitía emoción alguna, enviaban escalofríos en la otra persona. Un monstruo, si tuviera que describir la presencia de aquello que lo acechaba dentro de la oscuridad, seria el monstruo más atroz nacido del abismo.

[Aunque se quiera evitar, no hay nada que podamos hacer al respecto. La promesa que ese viejo Dios nos hizo seguir nos condenará tarde o temprano. Y en el momento que por esa debilidad perdamos algo importante...ya no habrá vuelta atrás...]

Y eso nadie, sea la persona que sea, lo podrá evitar. Fue lo que murmuró oscuramente esa persona mientras bajo sus pies todo se comenzaba a teñir de un color rojo carmesí.

[Somos un idiota por dejar que ese viejo suavizara el odio que habíamos estado acumulando por tantos años... De haber sido diferente, de no tener miedo por las acciones que podrían tomar los Dioses contra nosotros por nuestra existencia, nuestro objetivo no sería simplemente un sueño lejano...]

*¡Ba-dumb!*

El chico con un alma pura y el monstruo con el alma cubierta de oscuridad se miraron a los ojos por ultima vez en ese páramo sombrío antes de despertar.

―○●○―

Lo primero que sentí fue un gran sentimiento de libertad, como si todos los problemas que cargaba mi cuerpo finalmente hubiera desaparecido.

No sé cuánto tiempo he estado aquí. Despues de luchar contra el sentido de la nada que venía con un profundo sueño de mucho tiempo, por fin abrí mis ojos.

Todo estaba borroso.

Parpadee un par de veces para aclarar mi visión. ¿Por cuanto tiempo estuve durmiendo exactamente?

Hm...tela. Probablemente el interior de una tienda.

Estaba sobre mi espalda, mirando hacia el techo.