Capítulo XXIV: Misión X Misión

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El cielo estaba despejado.

El tiempo era tan estable que no había habido ni una sola nube durante días en Orario.

Cuando los suaves rayos de sol brillaron, los ciudadanos comenzaron a aparecer aquí y allá en la Calle Principal, llevando sus cosas mientras avanzaban por el camino.

Personas que llevaban cestas de frutas sobre su cabeza sosteniéndola con sus manos, personas que sostenían lo que parecía ser ropa para lavar bajo su axila, personas que usaban ropa muy bien cosidas con estilo, obviamente, el aspecto de los comerciantes. Fundidos en el tumulto creciente de personas, carros corrían en el medio de la calle.

En el paisaje de esta animada ciudad, humanos y demi-humanos se mezclaban juntos, y, aunque podría ser tarde para decir esto ahora, estaba llena de un humor exótico.

--Hoy también fue un entrenamiento muy duro...

Mientras observaba la escena de la ciudad, me dirigía hacia la Calle Principal del Oeste con pasos pesados.

Este es el tercer día desde que Aizu me solicitó a entrenan con ella hasta que llegara el día de la Expedición, entrenando con ella en la oscuridad antes de que incluso apareciera el sol, tuvimos batallas intensas, incluso antes de que procediera a explorar el Calabozo. En lugar del daño causado por luchar contra los monstruos que nos encontramos en los Pisos Inferiores del Calabozo, el daño acumulado del entrenamiento podría ser más grave, incluso para ser tratado inmediatamente por mi Magia.

En la Calle Principal donde incluso se podían escuchar risas, ligeramente cansado, vertí fuerzas en mis piernas mientras pisaba el pavimento de piedra.

Esto también es para ser más fuerte.

Para poder ser capaz de apoyar en lo máximo que pueda a mi <Familia> en esta Expedición.

Mientras me decía eso a mí mismo, arrastraba mi cuerpo dolorosamente hacia adelante para reunirme con mi equipo, a los cuales todavía debo entrenar a medida que exploramos el Calabozo.

--Axel...... Axel~~

Una monótona voz casi lenta.

Cuando me di cuenta de que alguien llamaba a mi nombre, detuve mi pierna que estaba a punto de dar su siguiente paso.

Cuando gire mi cabeza en dirección de la voz, inmediatamente encontré el origen de la misma.

Un miembro de la <Familia Miach>, la Dogman, Naaza-san.

Estaba parada entre algunos edificios que conectaban la Calle Principal a un callejón y agitaba su mano a la altura de su pecho. Llevaba la misma chaqueta extraña que siempre usaba con la manga izquierda corta y la manga derecha larga. En su mano derecha también llevaba un guante de cuero. Estaba moviendo su cola que salía de su falda lentamente mientras se acercaba a mí con los ojos medio cerrados y llamándome.

Mirándola ligeramente y revisando en el flujo de personas a izquierda y derecha, camine hacia ella y la encontré en el medio.

--Buenos días, ¿Qué haces en un lugar como este? ¿Paso algo?

--Sí, sólo un poco......

Es la primera vez que alguna vez que me encuentro con ella a esta hora del día y lugar.

Cuando me incliné hacia ella, Naaza-san solamente movió sus labios sin cambiar esa expresión aparentemente somnolienta suya.

--Estaba esperando por ti, Axel. Pensé que si esperaba aquí, me encontraría contigo......

Cada vez que salía de la mansión para ir al Calabozo en el centro de la ciudad, por lo general pasaba a través de la Calle Principal del Oeste. Parece que Naaza-san predijo que pasaría por esta calle y esperó por mí.

Danmachi: El Aventurero DragonicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora