Capítulo VIII: Pasando por un Día Normal

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¿¡GROAAH!?

Soltando su ultimo rugido, el monstruo que había sido atravesado por la hoja de una lanza color negro azabache fue convertido en cenizas al haber perdido su núcleo.

--¡Welf, ve por los del frente!

--¡Entendido!

Recibiendo mi orden, un chico pelirrojo que portaba una <Espada Larga>, Welf, asintió con la cabeza y se lanzó contra la vanguardia de monstruos que estaban rodeándonos, blandiendo con fuerza su Espada Larga. Sus cuerpos fueron cortados por cada feroz oscilación, así como se derramaba la sangre de las bestias.

Con mis ojos pegados en la masacre que estaba formándose delante de mí, me preparé para lanzarme a la batalla. Con mis fuertes instintos de dragón, yo no podía evitar querer derramar la sangre de mis enemigos. Con una fuerza que agrietó el suelo de roca debajo de mis pies, patee el suelo y me abalancé directamente contra los monstruos que se encontraban justo detrás de la vanguardia de monstruos que Welf y Lira estaban asesinando.

A la velocidad de un rayo, oscilé la hoja de mi Espada y la muerte de todos esos monstruos no se hicieron esperar.

Uno perdió la cabeza, otro fue cortado por la mitad, muchos perdieron sus Piedras Mágicas, y muchos más murieron de severas heridas hechas por la hoja de mi espada.

En solo unos momentos, el ejercito de monstruos que nos había enfrentado acabó desapareciendo en cuestión de unos pocos minutos.

Recogiendo la Piedra Mágica del último monstruo que asesiné, dejé escapar un pequeño suspiro mientras lo guardaba en mi Dimensión de Bolsillo.

Guardando la hoja de Ascalon, que sobresalía del puño de mi guante de color rojo, me levanté y dirigí mi mirada hacia mis compañeros de equipo, Lira y Welf, quienes estaban acompañándome en esta exploración en el Calabozo.

--¿Los dos están bien?

Les pregunté mientras me acercaba a ellos dos, que estaban acabando con los últimos monstruos que quedaban con vida.

Nos encontramos actualmente en la <Capital del Agua>, más precisamente en el 27º Piso. Habíamos estado luchado dentro de una habitación muy amplia con paredes de color azul y cristales blancos que crecían desde ellos. Incluso el sonido del agua cayendo de la <Gran Catarata> todavía era audible desde el lugar donde nos encontrábamos.

--Sí, todavía tengo fuerzas para seguir luchando.

Respondiéndome con emoción, Lira sacó la hoja de su Lanza del monstruo que había asesinado, mientras que Welf también había comenzado a recoger las Piedras Mágicas y los Botines que habían dejado todos los monstruos.

--Aunque de verdad es notablemente más difícil que los Pisos Intermedios, no es tan complicado si nos estamos acostumbrando rápidamente a este lugar.

--Estoy de acuerdo contigo, tengo que admitir que es más fácil que tener que venir solo.

--Por cierto, Axel-san, ¿No dijiste que viniéramos a este piso por un encargo?

--Así es...fue por un encargo que la <Familia Dian Cecht> me pidió especialmente a mí.

Le respondí mientras soltaba un suspiro resignado.

Aunque Finn me dijo que era un encargo pedido por toda su <Familia>, realmente creo que fue pedida personalmente por Airmid-san, seguramente debido al trato que hice con ella por la Piel de Cadmus.

Incluso me estremecí ligeramente cuando se me vino a la mente esa chica sonriéndome dulcemente...realmente las chicas tranquilas son las más aterradoras.

Danmachi: El Aventurero DragonicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora