[En corrección]
Una vez te adentres en el orfanato Parckson, cosa que te resultará muy fácil. Ya no podrás escapar con la misma facilidad. Y cuando descubras lo que este oculta entre sus muros, ya no habrá retroceso.
Estarás condenado.
...
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Corríamos por los pasillos cogidos de la mano y riendo a carcajadas, como niños pequeños. Doblamos la esquina y él tiró de mi hasta llegar a las escaleras con única dirección hacia abajo.
—Noah —Lo paré entre risas. El pelo me tapaba los ojos y mis mejillas ardían. Él se detuvo en seco y me quito el cabello del rostro echándolo para atrás y dedicándome una sonrisa. Dejando que sus hoyuelos se marcaran y que la luz de sus ojos brillara. —. Tómate un descansillo anda, que me va a dar algo. —Le pedí intentando recuperar la respiración.
—Venga anda, que eres un flojo. —Agarró mi brazo y tiró de mi cuerpo bajando el inicio de las escaleras.
—Se hacerlo solo —lo frené y pegue mi cara a la suya. Él apretó sus labios y alzó los hombros, pero un tras pie me hizo resbalar y me lleve a Noah conmigo escaleras abajo. Por suerte sólo caímos desde los tres últimos escalones, cayendo él sobre mí.
Noah estalló en carcajadas poniendo su cabeza en mi pecho.
Yo intenté recuperar la compostura, me senté apoyando mi cuerpo en la pared y sus carcajadas se me contagiaron. Noah lloraba de la risa y a poco yo también, alcé mi cabeza sin poder respirar de la risa. Me dolía a rabiar el pecho y el culo de la caída. Posé mis manos en los hombros de él que lloraba a carcajadas apoyado en mi pecho.
Iba a añadir algo pero me ahogue con mi propia risa y empecé a toser, giré mi cabeza y entonces él comenzó a darme golpecitos en la espalda mientras seguía riendo.
Con mis últimas fuerzas le saqué el dedo y dejo de darme palmaditas para cogerme y tumbarnos en el suelo. Él boca arriba y yo de lado mirándolo.
—¿Qué te pasa? —dije aún con un poco de risa. Me dolían las comisuras de los labios de tanto sonreír.
Él sólo negó con su dedo y cabeza mientras seguía descojonándose todo rojo y llorando. Y a mí me volvió a contagiar la risa, mi abdomen ya dolía mucho por ello.