Blue [en curso] (+18 Gay)

[50] LUNITA 5/5 ฿‡ VISIÓN QUE VIENE, VISIÓN QUE VUELVE ‡฿

¿Noah o Coraline?

Un conjunto de eventos canónicos y desastrosos.

Todo a mi alrededor era negro. Miré a la nada con mis ojos como platos. ¿Qué estaba ocurriendo?

-¿¡Qué me has hecho!? -grité, dando vueltas sobre mi mismo. Tenía miedo, sentía mi corazón latir en cada parte de mi cuerpo. Un grito quería salir de mi garganta pero no podía soltarlo. La sensación de que en cualquier momento algo saldría de esa densa oscuridad y me tocaría llevándome con ella.

-Te presento la visión, mi poder de tener la capacidad infinita de meterme en la mente de los demás. Ahora en la tuya, puedo hacerte ver y sentir lo que quiera. Ahora mismo siento tus miedos y pensamientos como si fueran míos, tus puntos débiles, y tus acciones. Todo eso ahora me pertenece. -su risa final resonó en mi cabeza.

Y en un pestañeo, la oscuridad desapareció. Una puerta, como la de aquel día la sustituyó. Escuchaba mi propia respiración acelerarse, saqué mis manos sudorosas de los bolsillos de mis pantalones y me giré.

Sentí una presión en el pecho y una punzada en el corazón.

«No, no, no...»

Negué comenzando a llorar, todos aquellos borrosos recuerdos volvieron a mí. Su cara roja y cuerpo cubierto de sangre. Llevé mis manos sobre mi cabeza negando todo aquello. Cogía aire exagerado por mi boca. Cerré mis ojos pero la imagen de Liam seguía ahí. Me tiré al suelo y escondí mi cabeza en mis rodillas, intentando que la oscuridad volviese. Pero solo podía ver su cuerpo tendido en el suelo, y aquel olor putrefacto.

Las piernas me temblaban y comenzaba a respirar mal.

-¡Para! -grité, tapando mis ojos para no ver esa imagen. Pero no lo lograba. Grité retorciéndome en el suelo. Sentía ganas de vomitar -. ¡Para! Me duele. -supliqué a todo pulmón, mi llanto me hacía escocer la garganta y me ardían los ojos de lo fuerte que los estaba manteniendo cerrados.

Escondí todo lo que mi cuerpo me permitió la cabeza en mis rodillas y entonces tapé mis oídos dando gritos. Hiciera lo que hiciera solo le veía a él. Solté una arcada y mi cuerpo convulsiono. La ropa se pegaba a mí cuerpo por el sudor y comenzaba a sentir como todo daba vueltas.