[32] ฿‡ TRES TOQUES ‡฿

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A fin de cuentas no somos tan diferentes como aparentamos .

A fin de cuentas no somos tan diferentes como aparentamos

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Salimos al balcón a tomar el aire, estábamos sentados dejando que nuestros pies colgarán a través de los barrotes, y nuestra cabeza apoyadas en estos

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Salimos al balcón a tomar el aire, estábamos sentados dejando que nuestros pies colgarán a través de los barrotes, y nuestra cabeza apoyadas en estos.

No pasaban muchos coches, ni personas a esas horas. También nos arriesgábamos a que mi padre nos viera desde la calle, pero no nos importaba.

Noah dejó caer su cabeza sobre mi hombro, y yo sonreí. Me sentía más calmado después de hablar.

Desde aquel cuarto piso no se veía mucho del pueblo. El sitio donde Noah y yo nos habíamos escondido de mi padre, a nuestros lados más pisos no muy modernizados. Y a lo lejos, el horizonte. Lleno de casitas, grandes y pequeñas. Parecía que estuviéramos en otro lugar y época distinto, una que no existía en nuestra consciencia. A lo lejos, las montañas y nubes terminaban de dibujar el místico paisaje.

El ruido de la puerta de la terraza a nuestras espaldas asustó a Noah. Yo ya estaba acostumbrado a ese tipo de sobresaltos.

-Se van a morir de frío en el suelo. -Triana se acercó a nosotros y nos puso una gruesa manta por encima. Luego abrió el amarillento y descolorido toldo para que se sintiera mejor.

Apenas hacia viento o sol, el cielo estaba algo nublado como estos días atrás, y la tarde amenazaba con adentrarse. Aquellas nubes, mismas que había estado viendo toda mi vida. Ahora se veían más grises, más esponjosas en el cielo. Se veían, reales.

-¿Les gusta? -nos preguntó sentándose en un sillón a nuestras espalda con un libro.

Me fijé en el cartel de enfrente nuestra. El que estaba en la acera. Era blanco rectangular con bordes azules, y ponía "Sant Ángora, Ángora." Así se llamaba la isla, y pueblo donde estábamos

Luego otro cartel en forma de flecha señalado a la derecha con el nombre de "Sant Iris." , la otra isla y pueblo. Ambas estaban como a dos horas de distancia en coche y se conectaban mediante un puente natural. Según Triana, ella nos prometió que un día nos llevaría a conocer el otro pueblo. Ángora era la más grande y rural. Sin embargo Sant iris era la más moderna de las dos, pequeña pero un mundo diferente.

Blue [en curso] (+18 Gay) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora