....—En las alturas no os dan alcohol, ¿verdad? —me preguntó con dos vasos de chupitos en la mano, refiriéndose a que sí había bebido alguna vez.
Negué y él se sentó a mi lado en el suelo, dándome aquel frío y pequeño vaso que sujete entre mis dedos.
Noah alzó la botellita con una sonrisa. Primero me sirvió el chupito a mí y luego a él, de inmediato ese peculiar olor llegó a mis sentidos.
—Dale sin miedo —me invitó mirándome fijamente. —. Yo me ocupo de cuidar de los dos. Además de que aquí como mucho te puedes abrir la cabeza con un mueble.
Reí y acerqué el recipiente a mi boca, bebiendo aquel líquido poco a poco. Al inicio supo dulce pero luego se volvió agrio y bajo por mi garganta como ácido.
—Ahg. —fue lo único que pude pronunciar con una cara de asco. Noah soltó una carcajada cuando tragó.
—Lo sé, no es lo mejor del mundo.
Levantó la botella con una cara de duda muy seria. Insinuando si debíamos tomar otra ronda.
Pensé, no me sentía del todo mal haciendo eso. Noah me estaba animando a beber, y en el fondo no era para tanto.
El alcohol ayudaba a la gente cuando estaba mal, ¿no? Y hoy en especial estaba mal. Y ya que habíamos cruzado barreras entrando al cuarto de Noah. ¿Por qué no bebiendo?
El olor que cogería después de eso sin duda no rondó mis pensamientos aquella noche.
Acerqué el vaso pidiéndole otra y él me miró con la cabeza agachada por el rabillo del ojo con una sonrisa torcida.
—Me gusta como piensas, Mimado. Pero con cabeza, ¿me escuchas? No me hagas convertirme en Papá Noah sobreprotector.
Negué bebiendo más rápido que la vez pasada. Y estreché su mano aceptando el trato inexistente.
Sólo quería beber más y más. Aquello no subía como yo esperaba, así que le pedí otra ronda a Noah.
Me sirvió y se levantó.
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Blue [en curso] (+18 Gay)
Science Fiction[En corrección] Una vez te adentres en el orfanato Parckson, cosa que te resultará muy fácil. Ya no podrás escapar con la misma facilidad. Y cuando descubras lo que este oculta entre sus muros, ya no habrá retroceso. Estarás condenado. ...