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Exploración Arruinada -Parte 2

A media noche y con la tripulación en caos, Astrid se levanta, tratando de no despertar a Keyla quien está en la parte superior de la litera. No por el ruido de las alarmas —que dejaron de sonar hace unos minutos—, no por los gritos de ayuda de algunos compañeros, fue por la estúpida razón de que tenía sed. Ella se levanta, busca la lámpara que tiene debajo de su cama, después busca una botella de agua en el pequeño refrigerador de su habitación y encuentra una botella a medio beber.

—Keyla, sólo tenemos poca agua así que mañana tendremos que llenar nuestras botellas —no hay una respuesta por parte de Keyla—. Sigues dormida ¿Eh?

Astrid bebe la botella de agua hasta vaciarla y después regresa a su cama. Trata de dormir, le es fácil conciliar el sueño normalmente, pero esta vez es sorprendida con un grito lleno de desesperación... viene de afuera de la habitación.

—¿Qué? ¿Qué está pasa-

Un grito, esta vez más fuerte, se podía oír el dolor de aquel hombre... algo estaba pasando. Astrid se levanta, prende su linterna nuevamente y se queda en silencio durante unos segundos, esperando escuchar algún otro ruido. No se escucha nada en el siguiente minuto, Astrid trata de cambiarse la pijama por alguna ropa deportiva que tuviera en el armario; Trata de vestirse rápido y después se acerca a la litera para despertar a Keyla.

—Keyla, algo está pasando afuera... —pasa su mano por la cama de Keyla, no hay nadie— ¿Keyla?

Al ver que no estaba Keyla siente que ella podría estar en peligro, sin embargo Astrid tenía poco valor para salir del cuarto... Ella tenía algunas ideas sobre lo que estaba pasando.

Fuera de la habitación, lo que sucedía no era tan malo —al menos al principio fue así—. Un animal anfibio, del tamaño de un rinoceronte pero similar a un Dragón de Komodo, estuvo siguiendo al equipo de exploración. ¿Por qué? Tal vez por curiosidad, tal vez por hambre, tal vez porque lo molestaron, tal vez por todo lo anterior. Como dijo Marky, el animal entró a la nave debido a que cerraron mal la puerta de entrada.

Una persona de la tripulación, en el momento que el animal entraba a la nave, sale de su habitación para dirigirse al baño. Con el sueño cerrando sus ojos, apenas y podía ver; La bestia exploraba el lugar y, debido a que no había vigilancia dentro de la nave, terminó en el área de los dormitorios.

La primera víctima del anfibio fue el mismo chico que fue al baño, que en el momento del encuentro se dirigía a su habitación después de vaciar el tanque.

—Uuaah —El chico da un bostezo, exhausto del trabajo de la mañana.

Camina un poco, tropieza con algo y cae.

—¿Qué pise? —el chico trata de levantarse, pero antes de hacerlo encuentra el hocico del anfibio en su cara.

El animal no tenía intenciones malas, lo olfateaba por mera curiosidad, pero el chico fue sorprendido por la bestia y terminó pegando un grito. El animal, asustado por el grito del tripulante, ataca con el fin de defenderse.

—¡Carajo! ¡Ayúdenme! —Kai gritó, después cayó al suelo mientras el animal destroza su muslo de una mordida.

Kai golpea desesperadamente al animal por donde puede, pero esto causa que el anfibio de una mordida más fuerte. El anfibio azota a Kai, deja de morder el muslo de Kai para dirigir su mordida al cráneo y terminar la vida de Kai. El animal se limpia el hocico, se tranquiliza y olfatea un poco al cadáver de su depredador.

—Ahí está, Keyla. —a unos metros de distancia, Marky estaba junto a Keyla observando cómo el animal curioseada con el cadáver de aquel chico.

—Tenemos que hacer algo, ¿Dónde están los demás?

—Algunos se fueron a la sala de reunión, otros se han quedado en sus dormitorios y otros buscando en otras zonas de la nave.

—Entiendo —dice Keyla—, tenemos que terminar con esto ahora.

Keyla apunta su rifle en dirección al animal, Marky observa atentamente lo que hace Keyla.

Un disparo, dos disparos, tres disparos de manera consecutiva.

—¡Cayo! —grito Marky.

—Jaja mi puntería es firme.

A medio festejó el animal se levanta y, aunque sangra, mira en dirección a Keyla y Marky.

—¿Qué?

—Marky... ¡Corre!