Que lindo se ve el mundo desde tan alto

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Iba vestida con un vestido blanco largo e iba descalza; Al principio caminé mucho y llegué a un hermoso valle lleno de hermosas y bellísimas flores de todos colores y tamaños. Era una vista tan pero tan hermosa, dos árboles se veían a lo lejos y había uno en medio de todo ese valle, que por cierto era enorme, no se veía el fin de esa colorida vista. Me senté en el árbol y me quedé dormida...

—¡Hola! —Escuché que una voz muy aguda me hablaba.

Abrí los ojos pensando que sería una niña pero no había nada. Debió ser mi inconsciente tratando de despertarme.

Me levanté y comencé a observar flor por flor para así ver la hermosa variedad de ellas que había en ese bello y pequeño espacio del planeta tierra. De repente en una flor logré visualizar lo que parecía algo humanoide, pero muy pequeño. Es de un tono carne podrida, tiene forma de un humano pequeño pero sin partes de un sexo ni cabello, tenia unos dientes muy filosos casi en forma de triangulo invertido

—¡Hola! —me dijo aquella criatura extraña y terrorífica, se levantó y voló hacia mí... Espera, ¡¿volo?! Que clase de criatura es esa cosa.

—No soy una criatura, soy algo, un ser mítico que pocos han visto y del que nadie cree, un ser malvado pero justo, ¡un hada!

¿ Un hada, dijo? Parece más un extraterrestre chiquito con fines maquiavélicos.

—Puedo leer lo que piensas. —me asuste y le pedí perdón, me di cuenta también que no mueve la boca al hablar me lo transmite.

—Soy Meiga, me dedico a cuidar este valle y a sanar el mal del alma.

—Soy Montse, me dedico avanzar hasta que mis pies exploten.

—No te preocupes por explicarme el por que, yo sé perfectamente, puedo adentrarme en tu mente y encontrar el problema. Sé que eres una persona que le encantan los cuentos de fantasía y veo que al verme recibiste una gran decepción sobre las hadas, no querrás ver a las sirenas...

—Entonces hay más como tu, ¿no?

—Así es, ¿quieres conocerlas? Solo que no les dirijas la palabra a ninguna a menos que te la dirigen, ya que podrían matarte.

—Hmm está bien no diré nada. —dije mientras la cosa me tomaba del cabello y empujaba mi cabeza hacia el árbol con una fuerza de un boxeador que me triplicaba el tamaño, solo cerré los ojos y espere el impacto.

Creí que moriría, ¿entramos al árbol? No entiendo pero ahora estamos en un bosque sin luz, que brilla como si fuera algo de fantasía, hay hongos de todos tamaños que emiten luz tenue, las flores y algunas hierbas hacían lo mismo. Los árboles son de un tono verdoso de fantasía y brillaban como la tenue luz de la Luna; Hay pequeños resplandores de luz que dejaban pequeños brillitos a su paso y que se movían de un lado a otro.

—Esas son las demás hadas, acércate más, observa lo que quieras pues será la única vez que pase. —la mire con ansias y felicidad, me sentía con una ilusión tan grande, ¡estoy feliz!

—¡Gracias! —le dije presurosa y ansiosa.

Me dirijo a ver todo, las flores hermosas y brillantes, los árboles, las hadas y sus pequeñas casa de honguitos que nacen de un árbol que también brillan de un tono azulado como todo lo demás; Tropiezo con algo, creyendo que era una raíz de algún árbol lo deje pasar, de la nada siento un mordisco en mi tobillo y un chillido agudo y terrorífico, volteo al sentir el dolor y vi en el piso un pequeño humanoide, parecido a las hadas pero con una cara y cuerpo arrugado y la cara desfigurada, llevaba un pequeño mameluco color chocolate y un sombrero de tela parecido al de un espantapájaros, tenía unas orejas largas y puntiagudas como las de las hadas, unos dientes filosos y la boca llena de mi sangre debido a la mordida. Tirado en el piso había otra cosa igual a esa pero con mameluco y sombrero rosados, está llorando y chilla con desesperación y con un ruido muy lastimoso, creo que es por que lo aplaste.

El hada Meiga llegó casi al instante con otra hada que le hizo algo a lo que aplaste, saco luz y de repente dejo de llorar, Meiga estaba como hablando pero no entendía nada, así esa cosa y su amigo se marcharon.

—Ten cuidado con lo que haces, para la próxima dejaré que te traguen pieza por pieza mientras sigues con vida.

—Lo siento, no me di cuenta ¿Qué eran?

—Duendes, duendes buenos, no como los del otro lado, ten cuidado... hay más criaturas en este bosque.

Después de la situación, camine un poco más y termine encontrando un río maravilloso, que además de poseer brillo propio como los demás seres vivos de ahí, la luna le daba un brillo único y perfecto. En el rio había peces muy hermosos que brillaban de color rosa, amarillo y azul, eran una combinación de carpas con pez beta y algunos otros peces que desconozco.

Del otro lado del río era un bosque un poco tenebroso y oscuro, lo único que lo iluminaba era la luz de la luna, no contenía brillo propio. Había un puente para cruzar del otro lado, me dirigí hacia él, pero las hadas de mi lado me jalaban entre todos. Las volteo a ver y tenían caras de susto y repulsión. ¿Qué es lo que hay de ese lado que las pone tan histéricas?

—Es el lado malo de todo este cuento de fantasía, las brujas, demonios, hadas malvadas, trolls y algunos duendes malvados.

—Ya veo, es espeluznante...

—Si que lo es, esta vez iré contigo a donde vayas.

—Okay.

Después del pequeño regaño de Meiga nos dirigimos hacia un árbol enorme en donde se veía como caía el agua de el...

—Te ves feliz aquí. —me dijo Meiga.

—Estoy feliz aquí, daría lo que fuera por quedarme aquí aunque me muriese de hambre. Es lo que siempre soñé y siempre quise... Lo es todo.

—Puedes quedarte, a fin de cuentas no será problema para ti.

—¿Cómo que no será problema para mí? ¿Todos los humanos pueden venir y quedarse o fue por que me trajiste?

—Nada de eso, no importa ahora ¿decides quedarte?

—Claro que sí. —dije sin pensarlo.

—Bueno, entonces solo debemos de transformarte... en una de nosotras —me dijo mientras las demás se acercaban con flores y una daga—. Lee esto y después vierte sangre proveniente de tu seno izquierdo sobre este árbol sagrado.

—Está bien —dije las palabras y después me corté y deposité toda mi sangre brotando en el árbol, pero mi sangre al salir no era roja... era blanca... supongo que será alguna iniciación.

Comencé a recordar todo lo que paso, me acosté en el árbol, no había comido en días y morí debajo de ese árbol

... morí

... Pero eso ya no importa, estoy entregando mi alma a quien sabe que cosas del diablo

—Ya es demasiado tarde. —dijo un hada mientras su sonrisa se formaba y dejaba ver todos sus dientes filosos.

Todo se nublo, me desmayé; cuando desperté estaba en una cama hecha con palos y hojas, salí y vi el paisaje todo era enorme, me vi a mi misma y era diferente, no era humana...

Traté de tirarme de la copa del árbol para morir pero no pasó, comencé a levitar.

Todo pasó y un hada tomó mi cabeza y salió una luz roja de mi.

Que hermoso es todo, nací siendo un hada y moriré siendo un hada es lo que decía a las demás hadas que solo sonreían con lujuria. Voleé lo más alto que pude...

Que lindo es ver el mundo desde tan alto.

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