I see you when you sleep

2 0 0
                                    

—¿Entonces dónde dormiré? —le pregunté a mi padre.

—Con tu hermano, en la cama del sofá. —me contesta, creo que se refiere a que convirtamos el sofá en cama. Mis tíos han venido para quedarse unos días y así festejar los últimos días del año entre familia, esto hizo que mi cama fuera ocupada por mi tía y su novio y la cama de mi hermano por mis primas. A pesar de que ya se han repartido los lugares en donde dormían todos, unos en cama y otros en el piso, no se espera que nos durmamos todavía pues la noche acaba de empezar.

—En un rato hacen su cama, vamos a cenar —me dice mi padre a lo cual asiento con mi cabeza y me voy con él al comedor donde están todos mis familiares.

La cena es para pasar en familia, niño insolente —dice una de mis tías al ver que yo quería irme a ver la televisión mientras cenaba.

—Quédate a cenar con nosotros, eso le gustaría a tu abuela. —Dice otra de mis tías.

—Ay, mi mamita hermosa —dice mi padre, con ojos rojos, va a llorar—, la extraño mucho.

—Todos la extrañamos, padre —digo esto para consolarlo y le doy un abrazo—. Es el ciclo de la vida, algún día me tocará estar en tus zapatos.

—Esperemos y no sea pronto —mi hermano comenta eso después de lo que dije.

—Basta de lágrimas, vamos a cenar y a pasarla bien, a mi madre le gustaría eso —mi tío Arturo dice eso para bajar la tensión del ambiente. Después de lo que dijo empezamos a cenar, como yo no soy muy cercano a mis tíos y primos no hable mucho, solo comí hasta estar lleno y me despido de todos.

—Iré al sofá para tratar de dormir, buenas noches.

—Iré contigo —dice mi hermano—, yo también ya acabé.

Nos despedimos de todos y nos fuimos al sofá. Armamos la cama, traemos cobijas y

Dos almohadas y nos acostamos.

No nos acostamos para dormir, fue para jugar en nuestros celulares, Adrián tiene sus audífonos puestos y está jugando un juego de disparos, yo estoy viendo el televisor.

Veo lo que hay en la habitación, en específico lo que está detrás del televisor, atrás hay unos empaques de quien sabe que, el modem del Internet y una libreta pequeña arriba del módem. Detrás de esto, una pared blanca con una ventana da vista al patio y afuera de la ventana hay un pequeño lugar donde deberían ir flores pero ahí se sienta el gato, el gato que me estaba viendo y se quitó cuando lo vi en la ventana.

—El gato está afuera en la ventana, Adrián —tocó a mi hermano antes de decirle eso. El me mira y se quita los audífonos.

—¿Qué dijiste? —me pregunta Adrián.

—El pinche mishi está afuera.

—¿El gato? El gato no sale en las noches, se queda adentro de la casa —contestó mi hermano.

—Cheeto está afuera, lo vi en la ventana.

—¿En serio? Iré a ver —mi hermano abre la ventana y... no hay nada en la ventana, solo está el espacio en donde deberían ir las flores pero no está Cheeto ahí. —Ves, no hay nada.

—No puede ser así, lo vi afuera. —contestó.

—Pues no está ahí, así déjalo. —Adrián regresó a la cama y se volvió a poner sus audífonos.

Regresó mi mirada al televisor, aunque sigo con mi pensamiento de que era el gato, no lo vi bien pues estaba obscuro y solo vi la sombra de una cabeza pequeña, creo que es obvio que era el gato.

Un rasguño en la ventana y volteo a verla, el gato al ver que volteo se agacha y no lo veo. Esta vez me dirijo yo a la ventana, para comprobar si el gato sigue ahí, no hay nada, Cheeto no está.

—Maldito gato, solo está tirándome bromas —no voy a darle más premios a Cheeto, no deja ver la tele a gusto.

Me doy la vuelta y me dirijo a la cama. Antes de siquiera dar un paso para irme a la cama, escuchó dos rasguños en la ventana, al voltear, solo veo una sombra de una cabeza pequeña, pero esta vez me dirijo rápido a la ventana para regañar al gato, no había nada, el gato no había pasado por ahí o al menos eso parecía.

—¿Cómo carajos le hace para irse tan rápido?

Fastidiado, me dirijo a la cama, apago la televisión y trato de dormir. Hubo rasguños cada cierto tiempo y a eso agrégale mi sentimiento de ser observado, ese sentimiento fue muy fuerte, al grado de no querer ver la ventana por miedo a lo que me observaba.

Me levanto y me dirijo al comedor para desayunar, ya están varios de mis familiares ahí por lo que ya el desayuno está listo.

—¿Quién dejó al gato afuera? Estuvo rasguñando la ventana toda la noche.

—¿Por qué no lo metiste? —preguntó mi prima.

—Porque se desaparecía cuando iba por él.

Después de decir eso, entra mi tía Carmen con Cheeto en sus brazos.

—Cariño, quiero un gato como este —mi tía dice eso dirigiéndose a mi prima, tenía a Cheeto en sus brazos—, se quedó toda la noche durmiendo conmigo, está bien mono.

—¿No que estaba afuera? —me pregunta Alicia, mi prima.

—¿Qué dices? —pregunta mi tía— este gato estuvo a mi lado toda la noche. 

One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora