Mi buen amor [Kazutora Hanemiya]

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Habían pasado 3 años desde aquella noche manchada de sangre.
No había semana en que no fuera a dejarle algún pastel o dulce.
Para su cumpleaños o navidad, le llevaba un presente un poco más elaborado o ropa.
Pero no tenía permitido verlo.
Según el policía, ellos le decían que era yo quien le traía cosas y él siempre me agradecía, o eso me decían.

Con Baji ya no hablaba, a veces me lo topaba en los pasillos de la escuela pero al verme desviaba su mirada. Hace bastante tiempo yo también había dejado de buscarlo, había entendido que no quería relacionarse conmigo.
Mikey, Draken, Mitsuya y Pachin eran de otra escuela, y nunca fui tan cercana a ellos cómo para preguntarles de la situación, menos a Mikey, quien era el hermano de la víctima.

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Era miércoles, me encontraba mirando por la ventana del salón de clases. Estábamos en biología, y la clase no era muy divertida que digamos, por lo que mi entretención era mirar por la ventana.
Me desconcentré al sentir cómo alguien me tocaba el brazo.
Me giré para verlo y me entregó un papel.
—Me pidieron que te lo entregara.—dijo, para luego continuar prestando atención a las palabras del maestro.
Volví a mi posición inicial y leí lo que el papel decía, con una caligrafía horrible y desordenada.

Salón 5-b, 11:20.

No tenía idea de quién era, pero sabía que el salón 5-b era el de artes y a esta hora no había nadie allí.
Miré el reloj que llevaba en mi muñeca, 11:15. Perfecto, saldría del salón por unos minutos.
Le pedí ir al baño al maestro y este accedió sin problemas.
Fui en dirección al lugar indicado en el papel, al llegar a la entrada volví a mirar el reloj, 11:18.
Entré y me senté en el asiento que debía ser para el maestro, sin embargo no había nadie en el lugar, por lo que me senté sin interrupciones.
Jugaba con mis manos para pasar más rápido el tiempo, me daba mucha curiosidad saber quién era y qué quería.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el ruido de la puerta abriéndose.
—Hola.—saludó una voz masculina que hace mucho no oía, pero que sin duda reconocía.

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