Pov Brant

673 65 44
                                    

Antes de leer: esto no podría ser considerado un capítulo, es simplemente un especial narrado por Brant mientras está en NY. Ya sé que es el personaje menos querido, pero no aguante las ganas de hacer este especial. Puede contener lenguaje que podría molestarte y una breve mención de sexo.

Aclaración: no quiero normalizar las infidelidades. Solo les estoy mostrando una parte crucial de la novela para un ¿mejor desarrollo?.

***

Brant Meyer.

El cuerpo de mi mujer está a mi lado, no puedo evitar pasar las yemas de mis dedos por su fino rostro; remarcando cada parte de el. Acaricio el contorno de sus labios, de su nariz, de sus mejillas.

Me siento un completo imbécil.

La he lastimado, la he golpeado, la he tratado relativamente mal, le he hecho mucho daño, le he hecho mucho mal; ¿Por qué carajos no podía controlar mis impulsos ni siquiera con mi mujer?.

Mi madre me dijo que esto pasaría... Mi madre me advirtió de esto, mi madre sabía que yo no podría con esto solo, que necesitaba un tratamiento, que no podía atarme a alguien, no sin antes dejar todo atrás.

No la oí.

No soy un buen hombre, nunca lo fui; siempre destruyo todo lo que me rodea, siempre lastimo a las personas que amo, no soy bueno para nadie.

Sumergí mi rostro en la almohada; no podía volver a tocarle un solo pelo, no podía volver a lastimarla. No quiero, no debo, debo amarla, cuidarla, protegerla, tenerla conmigo y no dejarla ir. Debo cuidar a mi mujer y no hacerle daño.

La amo, debo demostrarle que la amo.

Freya decidió compartir su vida conmigo, decidió amarme, decidió quedarse conmigo sin importar qué. Aunque yo le hacía daño, ella acepto quedarse conmigo, ella siguió a mi lado.

Le juré no volver a tocarla, no lo haré, no volveré a golpearla, no volveré a ser un maldito con ella, no volveré a desconfiar; la quiero a mi lado, la quiero conmigo.

Me levanté de la cama, observándola ahí, tan indefensa. Me encantaba verla así; aunque no podía negar que cuando era atrevida me atraía, porque sí, mi mujer una vez fue alguien tan atrevida que hacía que explotara mi cabeza.

Tal vez fue eso lo que me atrajo de ella, tal vez fue por eso que termine enamorado de ella, tal vez fue eso lo que me obligo a casarme con ella.

Eso me obligo a cambiar mi actitud y volverme un hombre de una sola mujer, eso me obligo a usar un traje de novio en un altar. Y no estaba molesto por eso, estaba jodidamente agradecido, porque uní mi vida junto a la de una mujer que me trae loco desde que estábamos el instituto. Podía decir libremente que era mi mujer y que éramos felices.

Estamos aislados del mundo en nuestra casa, sin preocupaciones; pero ese maldito hombre que vive en frente de nuestra casa arruinaría todo. Fue su maldita culpa que haya agredido a Freya, fue su maldita culpa por tenerla en su casa sabiendo que ella está casada. Aunque también es culpa de ella por ser muy poco delicada, por sus ganas de ser infiel.

Porque no le veo otra razon más que esa por la que haya ido a la casa del niño ese, más que ser infiel. Quien sabe si ella no se ha acostado con él y como si nada está plácidamente dormida.

DimenticareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora