Capítulo 30

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La siguiente semana, Christopher y Freya estaban preparándose para viajar a Italia, ya habían ido a un ginecólogo para comprobar que el bebé estuviera en buen estado, que estaba estable para viajar, y así fue.

Con Christopher estuvieron debatiendo nombres durante el fin de semana, ya sabían que nombre le pondrian al bebé en caso de que fuera niño o si fuera niña.

Aunque a Christopher le pareció muy sencillo el nombre "Chloe", lo acepto porque le gustaba a Freya. Y aunque la mujer no estaba segura si quisiera un niño con nombre "Eros", pero lo acepto ya que Christopher habia aceptado el nombre de niña.

Aunque apenas tenía cinco semanas, debían asegurarse de que Freya estuviera bien y que el niño también se encuentre de la misma manera.

La mujer suspiro antes de subirse al avión que estaba frente a ambos, Christopher la sostenia de la cintura mientras ambos empezaban a avanzar. Ella no estaba lista para enfrentar a sus padres luego de las noticias.

Su rostro, el rostro de Christopher, de Nathalie y Brant estaba por todas partes, los diarios no habían cesado luego del divorcio. Crearon un rumor que Freya le había sido infiel a Brant y al enterarse la había golpeado para luego largarse con Nathalie.

Tan solo una parte del asunto era verdad, solamente que no incluyeron la parte dónde Brant fue el primero en cometer la infidelidad. El rostro de los cuatro había pasado inclusive hasta por las pantallas de la televisión.

El CEO más joven de la ciudad acusado de adulterio por meterse con un mujer casada. El empresario más prestigiado de la ciudad y de Italia, arrestado por golpear brutalmente a su esposa. Y por último, la mujer más carismática y adorada, siendo una verdadera mujerzuela.

En cada tapa de diarios veían lo mismo, en cada canal de la televisión local, en cada red social que Christopher visitaba; siempre le salían esas noticias que realmente le ponían los cabellos de punta. Que hasta llegó al extremo de denunciar a un diario por difamación.

Cuando ambos abordaron el avión, la tranquilidad de Freya se esparció por todo su cuerpo al ver que no había nadie más que ellos. Christopher por su parte seguía nervioso porque conocería a los padres de la morena. 

—Pensé que vendriamos con alguien más —dijo la mujer viendo a su novio quien tenía los ojos puestos en ella.

—¿Con quién más vendriamos, dolcezza? —cuestiono el castaño fingiendo una sonrisa, que más bien le salio una mueca nerviosa.

Freya no lo paso por alto mientras ambos se sentaron en los asientos y abrocharon sus cinturones.

—Estas tenso, ¿pasa algo? —pregunto la mujer inclinandose hacia su novio y dejar cálidos besos sobre su hombro que estaba cubierto con las mangas de la camisa.

—Voy a conocer a tus padres, es aterrador—confeso él, Freya sonrió.

Ambos sentían como el avión iba ascendiendo del piso de a poco, Freya clavó sus uñas en la muñeca de Christopher. Los aviones le daban pavor, y la última vez que viajo en uno fue cuando se casó.

—Bueno, yo en tu lugar también estaría aterrada. Pero al menos yo ya conozco a mi suegro—dijo la mujer cerrando los ojos, Christopher rodeó los hombros de ella y la atrajo a él.

Abrazándola por los hombros, con su mano libre entrelazó sus dedos con los de Freya, mostrándole que podía estar segura con él.

—Pero no lo conoces formalmente—dijo el castaño, Freya observo a su novio y le dedicó una sonrisa divertida.

—Yo creo que tu padre ya se hizo la idea de que tú y yo estamos juntos.

—Por supuesto, al viajar en uno de los aviones con su piloto, creo que no estamos siendo muy cuidadosos.

DimenticareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora