Capítulo 28

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En la mañana del siguiente día, Freya se encuentra completamente nerviosa. Sus manos se mueven sobre el pecho desnudo de Christopher, quien no había dicho una sola palabra en todo el transcurso que ambos habían despertado.

Ya pasaban las siete de la mañana y ambos deberían ir al tribunal para hablar con el juez acerca del divorcio y las causas. Zabdiel había dicho que la "reunión" no tardaría más que una o dos horas, dependiendo de lo que Brant diga para defenderse o de lo que declare ella.

Aún no estaba lista para enfrentar a su esposo, sabía que algún día tendría que divorciarse de Brant y sus malos tratos, pero no pensó que llegaría a tal punto como para ir con su "amante" (siendo esa la palabra más válida para lo que Christopher y Freya tenían). La mujer cerro los ojos en cuanto Christopher empezó a acariciarle la mejilla con dulzura. Estaba tan enamorado de ella que trataría de ayudarle en todo lo que estuviera a su alcance.

La mujer deja ir un suspiro cargado de fuerza, no estaba para nada lista para lo que fuese que le esperaba.

—¿Me acompañaras?—pregunto la mujer observando a Christopher, quien tenía la mirada perdida en el techo.

—Así es, sé que no tengo nada que ver. Pero para cargar más peso a los hombros de Brant, debo asistir. 

—¿Cómo que cargar más peso a los hombros de Brant?—cuestiono ella mirando los ojos claros de Christopher, que seguían sin mirarla.

—Voy a hacer algo como una declaración; Zabdiel me dijo que tengo que confesar como te encontré hace unos días. Así probablemente concederán el divorcio con más rapidez.

—¿Es necesario? No van a arrestar a Brant, ¿cierto? —pregunto la mujer con preocupación.

—Freya, estoy tratando de entenderte, llevo intentando comprenderte prácticamente desde la primera vez que hablé contigo; pero aún no lo hago. ¿Temes a que vaya a la cárcel?

—En parte, ¿qué tal y lo matan ahí? Los reclusos en su mayoría son drogadictos y...—.

—Él no era un drogadicto y tú terminaste mal herida estando a su lado. Por favor, él no es inocente de nada, ¿Por qué no dejas que la justicia lo haga pagar? —cuestiona con frustración.

—¿Nunca tuviste una relación larga, Christopher? —cuestiono la mujer sentándose, dejando de acariciar el pecho de Christopher, está vez cubriendo parte de el pecho de él con la palma de su mano. —, viví con Brant durante muchos años, fui una esposa bien portada por mucho tiempo, lo amé más que a mí y no me importo como me trataba, lo soporte todo porque creí que así eran todos los matrimonios. Tal vez en su momento, llegué a amarlo más que a mí y no puedo evitar preocuparme por su bienestar—termino por decir dejando ir un suspiro.

Christopher resopló.

—Pero supongo que ya no sientes nada por él, ¿no?—pregunta.

La mujer cierra los ojos al oír eso de los labios de Christopher, aún luego de pasar la noche con él y decirle incontables veces que lo quería, se atrevía a preguntar tremenda cosa.

—¿Por qué me haces esa pregunta justo ahora?

—Porque no quiero correr el riesgo de ir contigo al registro civil y vuelva sin ti. Tengo miedo de perderte y echar por la borda esto que estamos teniendo.

—No vamos a echar nada por la borda, sí, puedo preocuparme por el bienestar de Brant, pero eso no significa que volveré a él. Estoy consciente de que la primera vez que tú y yo nos enredamos hice algo malo al no acabar con mi relación y sin importarme nada, seguí estando con él, deseando estar contigo; pero ahora estoy completamente segura de lo que quiero. Ya tengo los ovarios bien puestos para saber que te quiero a ti.

DimenticareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora