Capítulo 29

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Por la tarde al llegar a la casa, la primera reacción de Freya es besar a su novio con felicidad, no podía hacerlo en el tribunal, pero si en la casa suya. Christopher la sostuvo por la cintura y cuando la observo le dedicó una sonrisa flamante.

—¿Por qué estás tan feliz? —cuestionó el castaño con diversión.

—¡Porque te amo, joder, te amo!—exclamo la mujer para volver a besarlo.

Él se dejo llevar por los labios de la morena, está vez estaba feliz, una cosa era que Freya le dijera que le quería, pero ella acababa de decirle que lo amaba. No sabía como reaccionar a ello, ninguna mujer le había dicho aquella palabra en su vida; tampoco le gustaba que esa palabra fuera utilizada muy a la ligera.

Christopher se aferró al cuello de la mujer rodeándolo con su mano y presionando suavemente, ella soltó un gemido ahogado contra los labios del castaño, quien no pudo evitar meter su lengua en la cavidad bucal de la mujer, intensificando el beso.

Ella se pegó más al cuerpo del castaño, quien seguía devorando sus labios, Christopher se alejo de sus labios cuando empezó a ponerse duro, era muy temprano para hacer cosas indecentes.

—¿Qué fue eso? —pregunto la mujer con una sonrisa.

—Creí que había saciado mis deseos carnales de ti el día de ayer—dijo el castaño con diversión.

—Nunca es suficiente para ti, y mucho menos para mí—susurro ella colocando su cabeza contra el pecho de Christopher.

Quien la abrazo más a él, dejo un cálido beso sobre la frente de la mujer y una sonrisa se asomo en los labios del castaño.

—Estoy jodido, Freya. Estoy jodido porque eres la primera mujer con la cual estoy formalizando una relación, y tengo miedo porque no tengo idea de como hacerlo—menciono el castaño, Freya observo los ojos de Christopher y dejo un corto beso sobre sus labios.

—¿Nunca viviste con una mujer bajo el mismo techo?

—Lo intenté con la camarera. Pero se metió a la cama con un amigo mío a los dos días, ¿recuerdas que te lo dije?

—Vale, lo recuerdo. Sin embargo, no creo que tu amigo estuviera tan bueno como para preferirle sobre ti.

—¿Está tratando de hacer que me sienta halagado, señorita Gatti? —pregunto el castaño humedeciéndo sus labios.

—No lo sé, señor Vélez, puede sentirse hasta ofendido si usted lo desea.

—¡No puedo contigo! —exclamo el castaño, la mujer soltó una carcajada mientras observaba como Christopher hacia una mueca graciosa.

El hombre se alejo de la mujer para emprender camino hacia la cocina, ella le siguió hasta ahí, Christopher soltó una risa para voltearse para mirar a la mujer.

—¿Te hago una sopa de trapos, dolcezza? —pregunto el hombre observando a la mujer quien bufo.

—Si no hubieras llamado a mi puerta ese día, tal vez ahora no estuviéramos aquí.

—Si Zabdiel no hubiera insistido, no estaría aquí contigo. No te tendría conmigo, mucho menos tendría el deleite que tengo por tu cuerpo.

—¿Solo te gusta mi cuerpo, Vélez? —pregunto la mujer con una ceja arqueada.

Christopher la tiró del brazo y la coloco contra la encimera de la cocina poniendo cada brazo a cada lado de la mujer, quien solamente podía dejarse llevar por el momento.

—Toda tu me encanta...—Christopher beso los labios de Freya un breve segundo y luego continúo hacia su cuello. —, tu cuello...—dejo un corto beso y siguio descendiendo, llegó hasta sus senos. —, tus pechos...—beso ambos bajo la atenta mirada de la mujer, quien parecía ya excitada por lo que Christopher estaba haciendo. El susodicho quedó frente a su abdomen. —, pero esta es la parte que me gusta más—dijo hincandose en el piso quedando frente a la barriga de Freya.

DimenticareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora