- Voltéate.
-¿Para?
- Solo hazlo.
Ian obedeció. Yo enterré mi cara en su espalda y grite.
Entiendan, tenía que sacar esta rabia que me invade por dentro. Y como no me encuentro con ninguna almohada para gritarle, no me quedo de otra que usar la espalda de mi novio como silenciador de mis quejidos.
- Odio a ese viejo – gruñí todavía en su espalda y rodeándolo con mis brazos.
-¿Pero por qué te castigo tantas semanas?
- Por soltar una palabrota en frente suyo – mentí – y por esconder la basura debajo de la alfombra de la cocina – eso es verdad pero en teoría estoy mintiendo porque nunca lo descubrió.
Ayer, cuando hube terminado de charlar con los Parker, me reuní con las chicas y les rogué que no dijeran nada sobre el castigo por pintarle el pelo a Jace. Sabía que el muy orgulloso de Ian lo negaría todo, y por una vez quería ser yo la que lo ayudara y protegiera.
Claro que omití la parte del acoso por parte de John. No me apetecía armar un disturbio por eso.
Brenda me conto lo que hizo mi hermano.
Ven que los Welch tenemos nuestros lados cursis. Es pura genética.
Aparte, fue más que obvio, porque hoy aparecieron tomados de la mano y con sus mejores sonrisas. No se despegaban la vista e ignoraban a todos a su alrededor.
- Ya era hora hermanito – le dije pasando mi brazo por su cuello y despeinándole el cabello rubio con la mano libre.
-¡Ya para Jessica!
-¿Qué tienes que hacer ahora? – pregunto Fede.
- Tengo que ir a lavar las cosas de la cocina – dije sacando la lengua – y luego a limpiar los baños.
- Mmmm – dijo Ian
-¿Qué?
- Nada
Terminamos la ensalada de frutas, que había de postre, y me despedí de todos. Fui hacia el armario del comedor y saque un par de guantes amarillos, un delantal blanco, me ate el pelo en un moño y con la mejor cara de asco me dirigí a la cocina.
Prendí la radio de la mesa, por lo menos quería algo de música para animarme, si es que se puede animar a alguien castigada por dos semanas, y resople como un caballo al ver la pila de mugre que tenía que limpiar.
-¡Esta mancha no se quita! – me quejaba mientras fregaba como esclava las ollas sucias – Se supone que las mujeres saben de esto ¡Claro que no, es un mito inventado por los hombres! ¿De veras? ¡De veras! Y ahora estoy hablando sola como una loca le habla a sus treinta gatos…
Termine las ollas y pase a los platos. Tome la esponja y le tire tremendo cantidad de detergente.
- Eso es John, gastaras mucho dinero en detergentes…
Pero que chica mala soy. Un peligro para la sociedad de detergentes.
-¡Bailandoooo! ¡Bailandoooo! ¡Tu cuerpo y el mio llenando el vacío subiendo y bajandooo!
Lo que hace el aburrimiento.
Termine de lavar y me puse a limpiar las mesas llenas de harina, cascaras de verduras, frutas y todas esas cosas que uno no quiere ver. Le subí a la radio, es que amo esa canción, y me puse a mover las caderas de izquierda a derecha. Entonces mi visión periférica se redujo hasta quedar con la vista negra.
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"Estupido y Sensual Campamento"
Teen FictionJessica Welch una chica nada fuera de lo normal, que vive con tres hermanos y es acosada por su compañero, es obligada a asistir a un campamento de verano. Su mejor amiga piensa que es la oportunidad para enamorarla con alguien, pero se le olvida q...