Desperté esperando que todo sea un mal sueño. No, no lo era, estaba en la pura realidad. Estoy perdida desde no sé cuantas horas, hambrienta, muerta de frío y toda sucia. Por suerte ya no llueve, pero el viento sigue soplando igual de fuerte. Hasta creo que peor. Ya no puedo seguir así.
Hace un rato decidí rendirme. Ahora me lo estoy replanteando. Bipolaridad activada.
¿Necesito a un príncipe azul para salvarme de esta?
Por lo general siempre se tiene ese pensamiento. Cuando uno ya no encuentra salida espera a que alguien se la encuentre. La sociedad piensa que las mujeres no somos fuertes, que necesitamos ayuda constantemente, necesitamos al cursi de Romeo para salvarnos. Se equivocan.
Esta chica no necesita ayuda, puedo salir sola si me lo propongo. Soy tan fuerte como cualquier persona, no puedo quedarme sentada de brazos cruzados esperando un príncipe azul. Al carajo con el príncipe azul.
Ahora lo comprendo. Yo puedo sola, yo sé que puedo sola.
- Tengo que salir de esta condenada cueva – a regañadientes me levante del suelo. El culo me duele de tanto estar sentada.
Me asome para ver los árboles y el cielo estrellado. Sí, ya es de noche, la luna llena es mi linterna. Me deje llevar por la hermosa vista que me ofrece el cielo, las constelaciones infinitas, uno se siente tan pequeño viéndolas. Recordé que mi papá de pequeña me había mostrado la constelación de Orion e inmediatamente la busque. Reconocí su forma.
El guerrero Orion alzando su espada y escudo preparado para la lucha. Mi papá me había contado una de las muchas versiones de la historia de Orion.
- Artemisa, una diosa, se había enamorado de él – me contaba mi papá – lo cual despertó los celos en Apolo, hermano gemelo de Artemisa. Un día, Apolo vio a Orion a lo lejos y desafió a su hermana a darle con una flecha a ese animal que corría por los bosques. Artemisa no se dio cuenta que era su amando y lanzo la flecha, como siempre atino, entonces cuando se acerco a reclamar su premio se dio cuenta que había matado a su amor, Orion. Fue tan grande la tristeza y lamentos de Artemisa que decidió colocarlo en el cielo para su consuelo.
- Papá – estaba sobre sus hombros - ¿Por qué Apolo era tan malo?
- Porque estaba celoso de Orion y no quería a nadie cerca de su hermana, la quería para él solo. Eso no es bueno, querer aislar a una persona por puro egoísmo – hizo una pausa y continuo - ¿Me prometes que siempre vas a ser buena niña?
- Te lo prometo papi – y justo en ese momento cruzamos los meñiques.
En cierto aspecto la historia me pone triste, pero recordar esos momentos que pasaba con mi papá me ponen muy feliz. Lo extraño.
Tengo que salir de esta maldita montaña.
Camino con cuidado de no pisar nada, miro para todos lados en busca de animales peligrosos por si las moscas. Encuentro un camino de tierra que va para abajo, supongo que me tendría que llevar a la salida.
Pego un salto y miro para atrás, juro que escuche un ruido, busco con la mirada pero todo esta tan oscuro entre los árboles que no dejan pasar la luz de la luna. Me decido a seguir caminando y vuelvo a escuchar otro ruido, me doy vuelta y veo que un arbusto se mueve.
-¡Pie Grande! – grite tan fuerte que me aturdí a mí misma.
Estúpida no puede ser Pie Grande – me regaña mi cerebro - ¿O sí?... bueno no importa, corre por tu vida Jessica.
Eso hago. Prácticamente estoy volando, cada zancada que doy llega a medir casi dos metros. El camino no puede ser más empinado, siento como si me fuera a estampar de cara contra el suelo. Esquivo un árbol rápidamente y sin darme cuenta piso una piedra tan redonda como una pelota. Mi cuerpo pega contra la tierra y empieza a rodar.
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"Estupido y Sensual Campamento"
Ficção AdolescenteJessica Welch una chica nada fuera de lo normal, que vive con tres hermanos y es acosada por su compañero, es obligada a asistir a un campamento de verano. Su mejor amiga piensa que es la oportunidad para enamorarla con alguien, pero se le olvida q...