Orgullo y Prejucio: la nueva generación

Capítulo XVII

[Esta novela se encuentra en edición y será sometida a numerosas modificaciones constantemente.]

Beth
Al día siguiente la mansión Netherfield estaba particularmente silenciosa. Hablé con Jane un rato, me contó lo feliz que estaba de sentirse algo mejor y de tener a Charles tan cerca de ella. Aunque hasta se podría decir que Charles estaba más feliz.

Bajé a la biblioteca a rellenar papeles del seguro social de Jane para los médicos que la estaban atendiendo. Cuando termine me pidieron que esperara hasta que llegue la medica para darme un sello y dejar una firma. Me dijeron que el tiempo estimado de espera era de una hora. Planeaba esperar junto Jane pero no tardo ni diez minutos en quedarse dormida.

Así que nada, me dispuse a esperar en la biblioteca junto al resto del circo. Darcy leía y de a momentos escribía en su computadora. Caroline estaba sentada en un sillón cercano a mi jugando con su teléfono. Louise esta vez no nos acompañaba, y por lo que supe de verdad estaba prácticamente castigada en un hotel, no le permitían la entrada a Netherfiel, bueno Charles se lo prohibió al menos. Y ella no apareció por la universidad para buscar pelea o algo por el estilo.

Yo aún permanecía sentada en un escritorio frente a los papeles de Jane, Charles entró por la puerta y pude observar que se quedó sorprendido ante el silencio que reinaba en la habitación.

- Entiendo que es una biblioteca pero no es para que esté todo tan silencioso. -

- En realidad una biblioteca es justamente para eso, para encontrar silencio y concentración. - Dijo Darcy.

- Filztwilliams Darcy, no te hagas el correcto conmigo cuando estas haciéndole la ley del hielo a una muchacha que esta en esta mismo habitación. - Charles me miro un segundo divertido y me guiño un ojo antes de volver a estar ofendido. Darcy levanto la vista de su libro.

- ¿Qué te pasa? - Pregunto serio. Parecía que iba a saltar a asesinarlo en cualquier momento.

- Discúlpate con la chica.

- Que ella se disculpe primero. - Aún no me miraba.

- ¡Qué maduro! ¿Quieres jugar ese juego? Muy bien, juguemos. Si mal no recuerdo, tu empezaste así que tu comienzas la disculpas. Fue un malentendido, dejemoslo así, sé un caballero y discúlpate.

Darcy suspiró casi con dolor y luego me observo.

- Perdón. No quise ser un idiota.

- También me disculpo, mi temperamento es muy frágil. - Imite su rostro y Darcy apenas se inmuto. Todo seguía peor o igual. El seguía pensando que tenía razón, increible.

Charles, orgulloso y realizado, tomo asiento junto a su hermana, quien encontró toda la escena falsamente adorable. Y entones se dispuso a hablar.

- Beth. - me llamó Caroline levantándose del sillón. - Venga, caminemos un poco.
- Pero no puedes salir.
- Entonces caminemos por la sala. - precavida me levante y me acerqué. Enredó su brazo al rededor del mío y comenzamos a caminar en círculos rodeando los muebles.
- Venga Darcy, únetenos. - Lo llamó, lo cual me puso particularmente incómoda. Ni la actitud ni la apariencia de Caroline Bingley escondían sus virtudes y defectos. Una mujer que manipulaba todo a su antojo, parecía dura y era muy exigente, parecía algo torpe y apostaría lo que sea a que jamás leyó un libro entero, no por voluntad propia al menos. Como decía, nada en Caroline Bingley era una sorpresa. Lo que ves, es lo qué hay. Y ahora lo que veo es que por fuera quiere hacernos creer que está incómoda y quiere reconciliarnos a Darcy y a mi, pero lo cierto es que nada la hace más feliz en el mundo que ver gente más infeliz que ella a su alrededor.
Afortunadamente Darcy parecía tener las luces para comprenderlo porque se limitó a levantar soberbiamente la vista de sus libros y entonces miró con enorme desprecio a la morena junto a mi.
- No lo creo, ustedes tienen una razón de andar por la habitación paseando sin rumbo.
Caroline lo observo disgustada. Obviamente Darcy le estaba tomando el pelo.
- Quiero oírla Darcy. - Dijo Caroline mientras me guiaba por la habitación. Ahora estábamos dándole la espalda.
- O caminan para que los muchachos las observen embelesados o están... chismorreando. - Argumentó esté por último.
- Si Darcy, porque lo único que tenemos en mente ahora mismo es maneras de hablar mal de tí.
- Uf, aquí tengo lo tuyo. - Charles se paró y dejó un pañuelo en el escritorio de Darcy. - Lo qué quedó de tu cuero después de que te lo quitaran casi todo. - Bromeó y todos en la sala nos partimos de risa. Hasta a Caroline se le escapo u na risa.
- ¿Cómo pudimos burlarnos así? - Dijo Caroline aún caminando.
- Que terrible tortura para un hombre de su magnitud. - dije cuando las risas cesaron.
- ¿De mi magnitud? - Darcy levantó la vista nuevamente.
- Orgulloso. Aunque... ¿considera el orgullo un defecto o una virtud? -
- No sabría decirlo.
- Se cree perfecto, y la respuesta a esa pregunta podría arruinar su frágil reputación. - Caroline se detuvo y miró a Darcy con furia en los ojos. Dios, lo tenia donde quería.
- Dígame un defecto que no arruine su reputación, porque me cuesta encontrarlo. - Solté sin mirarlo y tire del brazo de Caroline para que sigamos paseando.
- No perdonó fácilmente, menos las ofensas hacia mi. - se escuchó una silla arrastrarse y Caroline y yo nos dimos la vuelta para ver a un Darcy que se había levantado de su silla. - Cuando pierdo el respeto por alguien esta persona no suele recuperarlo. Supongo que es algo orgulloso, pero no es malo. - está vez la miró a Caroline desafiante. Y por último me miró a mi. - Una persona orgullosa no es necesariamente una mala persona.
- Eso es lo que diría una persona orgullosa. - refuté.
En silencio Darcy recogió sus cosas y se dispuso a salir.
- Permiso, me siento algo mal. - y se fue.
- Lo mismo digo. - Dije casi inaudible. Caroline si oyó, se limitó a reír. Cuando Darcy desapareció por la puerta está me soltó el brazo y se dejó caer en el sillón el que había quedado justo detrás nuestro, cayó con muy poca gracia, simplemente reboto alegre en el sillón. La seguí y tome asiento. Entonces me miró sonriendo.
- Supongo que éramos demasiado bellas para que él se limitara a observarnos. - y entonces se volvió a mirar su teléfono.
Era como si Caroline Bingley disfrutara quebrar a  Darcy. Y entendí por qué, la verdad hasta le encontré el gusto.

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Un mini capítulo para que se entretengan hasta la próxima entrega. Nos vemos mañana <3

Pdt: Nadie me respondió si les gustan las imágenes :(