Capitulo XIV

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[Esta novela se encuentra en edición y será sometida a numerosas modificaciones constantemente.]

Will

- ¿Qué te pasa? Estaba por ganar una discusión. - Charles me había arrastrado casi usando todas sus fuerzas.
- Ella no recuerda nada. Nada.
- ¿Qué? - Estaba herido, fue un gran beso y ella no tuvo la descendía de recordarlo. Tiene que ser mentira - ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo sabes que no está mintiendo como en las películas cuando dicen "no recuerdo nada" y se pasan todas las noches pensando en eso? - Dije un poco molesto.
- Me encanta que analices la situación como una adolescente que ve películas románticas pero no estamos en una, ella ni siquiera recuerda que casi golpea a mis hermanas o que hizo llorar a una de ellas. Créeme la felicité y ella simplemente se sintió culpable porque eran mis hermanas pero no recuerda nada luego del primer trago.
- ¿Qué tiene? ¿5 años? ¿Cómo alguien tiene tan poca resistencia al alcohol? - me sorprendí de lo indignado que me escuchaba.
- Jane me lo advirtió, ella es muy peligrosa junto al alcohol y lo evita lo más posible.
- Igual es imposible estar así de un solo trago, estoy seguro de que el imbécil de Georges le puso algo en esa bebida.
- Si quieres que sea honesto amigo, yo también lo creo. Y me asusta más el hecho de que lo haya logrado, que suerte que estaba contigo cuando eso hizo efecto.
- Gracias por apreciar que me vomiten encima. - Dije enojado.
- No, imbécil, en serio. Si a Beth le pusieron eso en la bebida, ¿a cuántas chicas crees que le ha hecho lo mismo? Y lo peor ¿de cuántas habrá logrado abusar? ¿Qué hace este tipo en esta universidad?
- Lo patrocina una buena marca por jugar al fotball, Georges siempre fue un patan pero nunca fue idiota, se rompió el trasero siendo el mejor y así encontró la manera de que alguien borrara su rastro de estupideces. Es inteligente el muy maldito. Imagínate los abogados que le habrán pagado para hacerlo zafar de cualquier cosa.
- Parece que el boom del momento son los violadores y como los atrapan.
- ¡Ay amigo, por eso ni te preocupes! A Georges no lo van a atrapar, lo van a moler a golpes, y si algún día va a prisión me encargare de hacer de su vida un infierno. Todo esto desde afuera sin mover un pelo.
- Bueno más te vale por el momento mantener tu bocota cerrada, lo único que necesitamos es un imbecil con la guardia alta. Por el momento vemos que hacemos pero ahora a calmar las aguas, quiero salir con Jane pero está estudiando para su examen.
- Oye, tu amiga siempre está estudiando, ¿no tiene un poco de tiempo para ti?
- Déjala, es su último año y se recibe, apuesto que si fuera tu último año también estarías desesperado.
- Con esa familia... - dije pensando en la mamá de Beth, Dios, esa mujer era... uf, en fin, ahora toca ver que a este imbecil no le corten la cara. - olvídalo, invita a Jane a cenar esta noche, o prepárale algo para cuando acabe su examen.
- Que buena idea, creo que voy a hacer eso.

Beth
Acabe de leer mi libro cuando Lydia apareció enojada. Quería gozar un poco de la estupida y traidora naturaleza o al menos sacarme una selfie con mi libro, pero al parecer la menor de las Bennet tenía otros planes.
- ¿Ahora que pequeño demonio? - solté apenas se me acerco a más de un metro.
- Quiero el vestido.
- Lo regrese a la ropa de Jane, a quien pertenece por cierto, ¿para que lo quieres?
- Tengo una cita.
- Genial, asegúrate de que papá no se entere, estoy segurísima de que no te va a dejar.
- Pero tu no le vas a decir.
- "Pedo du do de das da dedir" - la cargue.
- Dale, una vez en tu vida no seas una traidora y préstame el vestido y cerra la boca.
- Si sabías lo perra que soy para que me dijiste que tenías una cita.
- Tarde o temprano lo ibas a averiguar.
- Sos tarada eh, siempre es mejor tarde, entonces ya estarías en la cita. Igual se nota que lo queres presumir, porque si hubieras sido medía cabeza más inteligente o le pedías a Jane el vestido, O LO BUSCABAS BIEN. - Le grite levantándome.
- ¿Por qué me gritas?
- Para que tus neuronas reciban algo de oxígeno y escuchen bien. No voy a decir nada pero el vestido no se donde está y no voy a ayudarte a buscarlo. - la corte mientras me paraba y levantaba mi manta.
- No te cuesta nada.
- Si me cuesta, chau me voy. - me levante y me aleje caminando, ella solo me observo con odio, lo habitual.
- ¿Sabes? Creo que de todas eres la más insoportable.
- También creo eso, - me volteé para mirarla- Por fin algo que tenemos en común.
Y entonces me fui a mi habitación.
Jane entro con una enorme pila de libros detrás mío.
- Hey, parece que alguien es una traga libros. - Dije mientras buscaba el vestido de Jane.
- De verdad necesito aprobar este examen así no voy a finales, y necesito a lo mínimo un 8.
- Mmm, suerte con eso, el profesor Gerard es bastante... digamos exigente.
- Lo sé, vine a buscar unos libros y vuelvo a la biblioteca.
- Okey, iré a dejar esto en el cuarto de Lydia, se lo prestas no?
- Beth. - Dijo con tono de regaño.
- ¿Qué mamá?
- No estarás por hacer otra travesura, ya deja en paz a Lydia.
- Es que es tan estupida, como mamá y papá pueden solaparla tanto, uno de estos días sus estupideces van a afectarnos a todos.
- Reza por que no ¿si? Es chiquita, no seas tan dura con ella.
- Yo a los 15 años no estaba por ahí bailando todos los días y saliendo con todos los que se me cruzaban.
- Ay sonas como la abuela, déjala en paz de una vez. Capaz tienen más en común de lo que vos pensas, date un segundo para hablar con ella.
- Dios, bueno déjame ir a darle el vestido que pidió como comienzo, ¿te parece?
- Mmm, está bien. - Dijo no muy convencida, y entonces salió de la habitación con otra pila de libros.
Entre al cuarto de Lydia y Kitty, esta última estaba durmiendo, por lo que ni escucho cuando entre y lo colgué tras la puerta, entonces rápidamente desaparecí. No sin antes dudar sobre leer el teléfono de Kitty para averiguar si sabía algo de la cita de Lydia, me rendí y me fui a mi habitación a estudiar un poco.

Orgullo y Prejucio: la nueva generación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora