[Esta novela se encuentra en edición y será sometida a numerosas modificaciones constantemente.]
Beth
Al día siguiente desperté algo mareada y con dolor de cabeza, me metí rápidamente en la ducha y me quite toda la mugre que tenía encima.
No podía recordar nada, a partir de esa bebida azul y extraña que me dió George todos mis recuerdos estaban en negro.
Es que acaso había sido drogada... no, no puede ser. Ni George es tan Idiota para drogar a la hija del director... Aunque si es bastante Idiota.
No estaba segura, pero tampoco podría preguntarle porque estaba segura de que no despertaría sino hasta mañana. Si la bebida era lo que me dejo completamente en blanco, por un trago, no me imagino a él que llevaba un vaso en cada mano la noche anterior.
Termine de bañarme y sin secarme el cabello fui al pabellón de natación a verla a Charlotte.
Charlotte era mi mejor amiga, como seguramente ya había dicho, y además es la mejor nadadora del mundo, está becada en la universidad y aunque tome diez vasos de bebida extraña azul, siempre está desde temprano nadando.
- Hey, Sirenita, ¿Tienes idea de la que me dio George anoche? - Char estaba calentando en la parte baja mientras giraba su cabeza para masajearla.
- Hola a ti también Bella Durmiente, y no, no tengo idea que era esa basura, tomo como tres vasos y estuvo toda la noche vomitando, creo que se lo dio un chico del equipo. Estuvo a nada de vomitarme encima.
- Suerte que no vomito en tu boca.
- Créeme que le agradecí a Dios por eso. - Río, y luego comenzó a nadar lentamente por la superficie baja.
- ¿Que harás hoy? ¿Tu mamá te dejo más mierdas que hacer para los ricachones? Te puedo cubrir si quieres.
- No, por suerte ya no me dió más tareas, aunque le estuve evitando desde ayer por la mañana. Espero no volver a encontrármela hasta que termine el año. - Dije rogando al cielo.
- Me parece que pasaste de pedirle a Dios un favor a un milagro.
- Ya se pero ¿no se supone que el lo que Dios hace?
- Sí, pero para la gente que se porta bien. - Me miro con ironía.
- Me ofendiste bastante, tampoco soy tan mala.
- Me parece que vos no te enteras de nada, ¿sabías que hiciste llorar a la hermana mayor de Bingley?
- ¿A quien? - Pregunte confundida.
- A la tetona. - Dijo como si fuera obvio.
- No se de que hablas.
- Ah bueno, te pego re fuerte eso que te dieron. Terminaste vomitando vos también, por si tampoco te acordas.
- No me sorprende, si tome esa porquería que me dió tu novio. No se como llegue a mi cama.
- Te llevo Jane, de ahí en más ya no se más nada.
- Bueno, te dejo nadando. Voy a leer y hablamos más tarde.
- Merendamos juntas ¿te parece? A las 5 en Holly's.
- Nos vemos ahí - Dije ya empujando la puerta de salida.Busque en mi cuarto un libro y una manta y me recosté cerca de un árbol a leer. La verdad es que leí un capítulo hasta que me acosté completamente en la manta y miré la copa del árbol que se interponía entre mi rostro y el sol.
- Parece que sos amiga de la naturaleza. - Interrumpió una agradable voz. Bingley. Aprovecho que pensara en mi respuesta para sentarse junto a mi en la manta.
- Sí, lo que no se es si ella me considera su amiga.
- Si pusiste esta manta en el suelo y no empezó a llover es señal de que no te odia. - Bromeó. - Algo sabemos.
- Supongo. - Termine. Había un silencio extraño como si Charles tratara de decirme algo.
- No creo que hayas venido a hablar conmigo... Jane está en a biblioteca. - Dije finalmente.
- No, si, quiero decir, si se que está en la biblioteca pero me gustaría hablar contigo. - Lo mire pensativa, ¿Que rayos querría decirme a mi Bingley?
- Adelante, te escucho.
- Vengo a disculparme por mis hermanas, se que es difícil comunicarse con ellas, la verdad es que siempre han sido personas poco fáciles de tratar.
- ¿Por qué? ¿Que hicieron?
- Por lo de anoche, en la fiesta. Se que nadie las invito. - Dijo confundido, como si no entendiera porque no se de que habla. Entonces caí en la cuenta, creo.
- Lo siento yo también por hacerla llorar, no sabía que era tu hermana.- mentí, la verdad es que no sentía haber hecho llorar a su hermana porque no recordaba haber hecho llorar a nadie, no dudo que lo haya hecho si era una persona "difícil de tratar" pero no podía ubicarla.
- No lo sientas, ella lo merecía.
- Seguramente...
- ¿Qué?
- No, nada.
- ¿Seguramente? ¿Elizabeth tú recuerdas lo qué pasó anoche?
- No, lo siento.
- ¿No recuerdas nada de nada? - parecía divertido con lo que decía.
- No, lo siento mucho. Me dijeron que vomité y que pelee con tus hermanas, pero después... nada.
- ¿Nada nada?
- Charles. - Dije con tono represor de madre. Charles río y me miro. - Hay algo que no me estás diciendo.
- ¿Yo?
- ¿Qué me estás ocultado?
Charles se reía disimuladamente mientras podía ver a Darcy acercarse.
- Hablando de Roma, el burro de asoma. - Dijo Charles gracioso.
- ¿Qué dijiste? - Le dijo Darcy ofendido a Charles. - ¿Como amaneciste hoy? Ya te sientes mejor.
- ¿Y como sabes vos que me sentía mal? - Conteste con un tono algo altanero.
- Quizá porque yo te sostuve el cabello mientras vomitabas y te cargué en brazos para llevarte a tu cuarto. - Dijo contraatacando, y la verdad es que había ganado. Me había cerrado el trasero. - ¿Qué pasa? ¿No te acordas? Pasaron más cosas. - Insinuó con tono burlón.
- Gracias. - Conteste seca y molesta. - Pero ¿Qué haces acá, de pronto somos amigos o qué?
- Anoche me perdonaste por ser un idiota.
- Y vaya que lo fuiste, pero no ello recuerdo. - Dije, entonces Charles comenzó a pararse.
- Pero si hasta me b... - Charles le tapó la boca a su amigo antes de que siguiera hablando.
- ¿Qué? ¿Qué dijo? - Me pare furiosa.
- Que hasta le vomitaste encima. - Bingley parecía nervioso. - Bueno Lizzy, nos vemos más tarde para hablar sobre eso que te estoy ocultando supuestamente. - Charles tiro de Darcy para que volteara y este obedeció retirándose.
- Espera...
- ¿Qué? No te oigo, luego hablamos. - Gritó Charles dejándome parada y sola sobre la manta.
- Genial naturaleza, quedamos solo tu y yo.
Entonces una rama se callo en mi cabeza.
- Auch, entiendo, no estás de mi lado.Gracias por leer, nos vemos pronto, si te gusto este capítulo no olvides leerme en el próximo.
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Orgullo y Prejucio: la nueva generación
Romance¿Qué hubiera pasado si Orgullo y Prejuicio viajara al siglo XXI? Si las hermanas Bennet hubieran sido solo cinco adolescentes populares que solo desean encajar en la sociedad y enamorarse...