PERDÍ LA MEMORIA, PERO NO EL CORAZÓN (FANFIC CACHE)

Querida Daniela:

2 años después...

POV POCHE

Querida Daniela :

Ha pasado mucho desde la última vez que ti vi, abracé y besé.

Te cuento que nada ha cambiado mucho por aqui. Todo sigue exactamente igual, excepto el negocio.

Gracias a papito Dios y a mi mami que me vigila desde ahí, que todo va viento en pompa.

Tenemos tanto trabajo que Laura y yo nos vimos obligadas y tuvimos que contratar una asistente.

Su nombre es Camila.

Me recuerda un poco a mi, pues es como de mi complexión, tenemos el cabello oscuro, ambas somos morenas e igual de delgadas. Tiene una linda risa, es una persona muy agradable y amable.

Nos cae muy bien a las dos, así que decidimos invitarla para conocer a todos los pollos, todos la amaron! Puedes imaginarlo? Pensé que se la comerían viva jaja, aunque bueno, tal vez no recuerdes lo posesivos que pueden ser todos cuando alguien nuevo quiere integrarse.

La única que sigue con un poco de recelo hacia ella es Abi, últimamente no nos hablamos muy bien y eso se debe a que siento que ella sabe todo de ti, y no es que me den celos pero... bueno, regresando al tema.

Laura jura que yo le gusto a Camila, yo solo río pero de verdad me incomodó cuando todos me insisten que salga con ella, que le de una oportunidad, que no me cierre al amor por que es obvio que tú...

Que tú no vas a regresar.

Yo te sigo extrañando como el primer día, no se por qué el amor que siento por ti simplemente no se va, por qué si he de aceptar que he salido con Camila a espaldas de todos... pero no ha pasado nada y es por qué cada vez que lo intento, tus labios son en lo único que pienso...

Ramón también está bien como ya te lo había dicho anteriormente.

Aún no ha perdido el hábito de quedarse acostado frente a la puerta como si estuviera esperando a que lo mejor de su vida entrase por esa puerta de madera.

Debo aceptar que el primer año me sentaba con él a esperar la gran mayoría de las noches, hasta que el sueño me vencía y lo obliga a subir conmigo a nuestro cuarto.

Pero poco importaba por qué en las mañanas siempre amanecía en el mismo lugar, en esa puerta.

Ramón eventualmente dejó de hacerlo todos los días y debí aceptar que me da gusto, por qué eso partía un poco más mi ya roto corazón.

No se por qué no contestas ninguna de mis cartas.

Tú celular manda a buzón siempre, no tienes ninguna red social, lo único que me queda es mandarte estas palabras por correo.