Capitulo 03

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En Seúl, a pesar de que los rumores podían ser inclusive más fuertes, todo era más tranquilo, a excepción para algunos empleados, sobre todo para los de una empresa en específico, la compañía de tecnología, había empezado desde los suelos, y poco a poco se había convertido en un imperio, uno que fue gobernado por un alfa, el señor Min Woohan, quien al haber recibido la noticia de que tendría un heredero, había sido la más maravillosa de todas, el hombre era temido, uno de los alfas más imponentes, impacientes y al que no le podías dar una respuesta negativa como tal y que él la aceptaría a la primera.

El hombre era respetado al máximo por todos a su alrededor, y por supuesto no dejaría que su hijo, su primogénito se dejase mangonear por otros, no permitiría que su hijo se volviera un alfa débil, por eso desde niño, Min Yoongi, aprendió a que la debilidad de todo alfa no debían ser sus sentimientos, debía de comportarse como todo un hombre, no debía de dejar que los demás lo pisotearan, debía imponer su mando a como de lugar, y cuando su padre vio que su hijo estaba listo para tomar el mando de la empresa, no dudo en retirarse.

Ahora Min Yoongi era dueño, y jefe de Min Technologies Corporation, y como había prometido, jamás iba a decepcionar a su progenitor quien le había dado y enseñado todo lo que debía para poder convertirse en una versión mejor que él.

Por eso mismo, que ahora su mano derecha estuviera frente a él diciéndole que todavía no han podido obtener respuesta alguna para poder continuar con el proyecto del nuevo edificio en Wonju para poder expandir la compañía a todo el país, sólo estaba haciendo que se sintiera irritable.

—¿Señor Min? —pregunto Hoseok, casi en un hilo de voz, detesta su trabajo cuando se trata de dar las nuevas noticias, y más cuando no son a favor de la empresa.

—Se suponía que habían ofrecido la mayor cantidad de dinero posible a aquel maldito que se niega a venderme su estúpido local —gruño haciendo que el beta frente a él temblase ligeramente.

—S-sí, señor Min —dijo Hoseok, carraspeo su garganta, esto era más difícil de lo que pensó—, pero, el hombre se niega a darnos una respuesta, sólo... él sigue ignorando las cartas que le enviamos.

Yoongi soltó un largo resoplido, esto era el colmo, ¿acaso aquel hombre no veía lo beneficioso que era para él y su familia? ¡Era una cantidad de dinero enorme! Ni siquiera su local valía ni la mitad de la suma de dinero que le estaba ofreciendo. Ese hombre se trataba de una persona sumamente estúpida que no sabía con quienes se estaba metiendo.

—Envía una nueva carta, pero, está vez adviértele que, si no acepta esta oferta, me veré en la obligación de hacerlo entrar en razón por mi cuenta.

—Señor Min —el mencionado miro al beta—, n-no podemos obligar a nadie a...

—¿Qué has dicho? —de nuevo un gruñido poco contenido salía por los labios de Yoongi, Hoseok sabía que se metería en problemas si decía algo como eso, sabía que a Yoongi no le gustaban las respuestas negativas.

—D-dije que lo h-h-haré... —dijo por fin Hoseok, haciendo que Yoongi diera un asentimiento aprobando las palabras de su mano derecha.

—Perfecto, no quiero margen de error, quiero ese edificio en Wonju lo más pronto posible, y quiero que ese tipo, deje de negarse a vender su local, adviértele que habrá consecuencias, ¿entendido?

—S-sí señor Min.

—Bien —dijo Yoongi dando un asentimiento—, puedes irte.

Hoseok dio un asentimiento antes de dar media vuelta y comenzar su camino para salir de la oficina principal del jefe, Hoseok todavía se preguntaba si el padre de Yoongi había hecho bien en convertirlo en lo que es ahora, Hoseok lo conoce desde que son niños, antes Yoongi solía divertirse y jugar mucho, a excepción de cuando su padre estaba cerca, después de que Yoongi había cumplido los siete años, su padre había decidido que los juegos eran tonterías y que debía enseñarle a su hijo que lo más importante eran sus estudios, su comportamiento y que los amigos eran sólo pasajeros, Hoseok volvió a encontrarse con Yoongi cuando este ya tenía veintitrés años, y el cambio era notorio, de un niño alegre a un alfa imponente e inclusive mucho más agresivo que su padre.

A veces Hoseok se preguntaba si acaso quedaba algo de compasión dentro de Yoongi, pero por lo que veía no era así, aunque quizás estaba perdiendo demasiado pronto las esperanzas, pero esperaba que no fuera así. En cuanto Hoseok por fin cerro la puerta de la oficina, Yoongi se permitió soltar un resoplido.

Estaba cansado de tener que estar esperando tanto por un tonto local, hace dos semanas, si aquel hombre hubiese aceptado su oferta, ya estarían construyendo la mitad del edificio de la corporación, pero no, aquel hombre estaba reacio a querer vender aquel local, no entendía sus razones y no es como si quisiera saberlas, no estaba dispuesto a tener una conversación amena con un hombre necio, tenía suficiente con los demás asociados de su compañía.

Su padre tenía razón, había veces en que las personas parecían creer que tenían todo el poder para darle un 'no' como respuesta, pero definitivamente no dejaría que un tonto de clase más baja que la suya, fuera a darle una respuesta como esa, si tenía que ir allí para ponerlo en s lugar y obligarlo a aceptar el dinero para que se marchase, lo haría sin dudarlo, después de todo, a Min Yoongi, nadie le da un 'no' como respuesta sin arrepentirse de hacerlo.

Rebeldía Para Un Jefe ||YoonMin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora