—¿Estás seguro de que te encuentras bien? —pregunto de nuevo su padre, Jimin soltó un suspiro, sabe que su padre está preocupado por todo lo que le pueda pasar, después de todo, le había dejado aquella carta explicándole a lo que iría a Seúl, pero las cosas no estaban tan mal por el momento.
—Tranquilo, papá —menciono Jimin—, estoy bien —el omega miro a lo lejos a Yoongi, el alfa estaba colocando un par de bebidas sobre la mesa del pequeño comedor que se encontraba cercano a la cocina—, las cosas no están tan mal.
—¿Hablaste con el señor Min? —pregunto su padre.
—Sí.
—Oh, santas madre luna —Jimin sonrió al escuchar a su padre—, p-por todos los ancestros, ¿no te hizo nada? No quiero que salgas lastimado, cachorro, no quiero que nada malo te pase, estoy preocupado, deberías de regresar y...
—Papá —Jimin canturreo—, debes estar tranquilo, no ha pasado nada, tuve un par de pequeños malentendidos con él, pero ya estamos arreglando nuestros asuntos, no te preocupes.
—¡No me pidas esa clase de cosas, hijo! —soltó un largo suspiro, Jimin casi podía ver a su padre, arrastrando su mano por su rostro—. ¿Cuándo será que volverás?
—Cuando termine con mis asuntos pendientes con el señor Min —su padre soltó un pequeño resoplido—, no te preocupes, espero no tardar.
—¿Y estás quedándote en un hotel o...?
—De hecho —volvió a mirar a Yoongi quien ahora colocaba los platos servidos sobre la mesa—, estoy con alguien...
—¿Alguien?
—Sí —dejo de mirar al alfa—, conocí un... amigo.
—Jimin, por amor a la luna, no quiero que estés conviviendo con desconocidos, y mucho menos que...
—No es un desconocido, papá —menciono Jimin en respuesta—, y debes estar tranquilo —volvió a mirar como el alfa se acercaba de nuevo hacia la mesa—, es una buena persona —soltó un suspiro—, tengo que colgar —Jimin no espero una respuesta de parte de su padre, corto la llamada y miro de nuevo hacia Yoongi—, ¿en verdad pondrás flores como arreglo para la mesa?
El alfa miro hacia el omega, quien al parecer ya había terminado con la llamada.
—Sí —menciono Yoongi en respuesta—, ¿no te gustan las flores?
—En realidad solamente me gustan un poco, prefiero los árboles —se acercó a pasos seguros hacia Yoongi—, gracias por permitirme llamar a mi padre.
—Cuando quieras puedes hacerlo —se encogió de hombros—, siéntate, preparé el almuerzo.
Las cosas habían mejorado mucho.
Jimin había aceptado bajar un poco la guardia en presencia de Yoongi, no era nada malo, después de todo el alfa hacía un par de cosas que hacían que él se sintiera un poco más seguro, estaba el hecho de que Yoongi estaba dispuesto a llamarlo por su nombre sin ningún problema, su tono de voz era calmado y amable, además de que siempre se concentraba en mirarlo a los ojos y en responderle de forma tranquila sin perder el control por gritarle, también estaba el hecho de que el alfa mantenía su distancia con él, una prudente, una en donde su espacio personal era completamente respetado y eso hacía que Jimin se sintiera mucho mejor.
El omega es difícil, y Yoongi lo sabe, y por más que su alfa le regañe por mantenerse totalmente distanciado de él, no quería problemas, Yoongi sabe que causo una muy mala impresión en el primer día en que se conocieron, aunque claro, Yoongi no esperaba que aquel omega fuera su destinado, aún le parecía una total locura, pero al convivir un poco más con él, se percató de que en realidad no era una locura como tal, Jimin tenía sus propios gustos, algunos inclusive eran similares a los suyos, pero variaban en muchas formas, pero lo que más le gustaba a Yoongi de estar cerca de Jimin, es percibir ese tenue aroma suyo.
Yoongi había notado que el aroma de Jimin cambiaba perfectamente conforme a su estado de ánimo, y es que el omega cuando se encontraba molesto y lleno de rencor, tendía a soltar un aroma muy amargo y agrio que te hacía querer apartarte de él, pero cuando se encontraba en un estado tranquilo, su aroma era levemente más dulce, Yoongi con el pasar de los días, había notado que el aroma amargoso que Jimin lograba dejar por el departamento se iba dispersando poco a poco, e iba cambiando a uno que era agradable al olfatearlo, Jimin poseía un aroma casi parecido al caramelo, además de ese pequeño toque de agua de rosas y fresas que le estaba gustando cada vez más al alfa, Jimin no gustaba mucho de usar los supresores, su aroma no tenía que inducir a un alfa a hacerle daño y no tenía por qué ocultárselo a los demás, y Yoongi agradecía que no lo ocultará porque ese aroma en verdad era sumamente relajante.
—Mi padre quiere que regresé pronto a casa —menciono Jimin mientras introducía un pequeño trozo de carne a su boca—, esto esta delicioso.
—Me alegra que te guste —dijo Yoongi mientras miraba el rostro de Jimin, la tersa piel del omega, blanquecina y sumamente suave, sus dedos picaron por la terrible tentación de tocarla, de sentirla bajo sus dedos, pero sabe perfectamente que no podría hacerlo, no sin el consentimiento de Jimin—, ¿le has dicho a tu padre sobre esto...?
—Solamente sabe que he venido aquí para hablar contigo —Jimin abrió los ojos en grande al escucharse—, e-es decir —miro de soslayo al alfa—, con u-usted —carraspeo la garganta—, perdón.
—No me molesta que no me hables con formalidad —soltó un suspiro—, las formalidades me parecen inútiles, desde pequeño me hablan así y me molesta, puedes hablarme sin formalidades, es más agradable.
—Y también demasiado intimo —Jimin trago saliva con pesadez—, no debería de haber esa clase de intimidad entre nosotros —miro al alfa a los ojos—, no está bien.
Yoongi podía comprenderlo, pero eso no quitaba el hecho de que él si quisiera que el omega le hablase sin formalidades.
—Para mí está bien.
—Claro que no —dijo Jimin—, tener este tipo de convivencia no está bien, se supone que somos prácticamente como enemigos.
—¿Enemigos? —Jimin dio un asentimiento y Yoongi soltó una risa corta en un resoplido—. Creo que te estás tomando una enemistad en vano, Jimin, no tengo la intensión de ser tu enemigo, ni nada por el estilo, no es como si te odiará en realidad, aunque sé que seguramente tú, si me odias.
Jimin no respondió, dejo de mirar a Yoongi a los ojos, odiar era una palabra muy fuerte, Jimin en otras circunstancias le hubiera respondido que sí, lo odia, lo aborrece con todas sus ganas, y que deseaba que se muriera en cualquier momento, pero en este preciso momento, Jimin no siente ese deseo ferviente de desearle el mal a ese alfa, porque simplemente no puede hacerlo, inclusive si lo intentase, su lengua se pegaría a su paladar, porque solamente se trataría de mentiras, sus insultos quedarían a medias y seguramente se quedaría sin palabras, porque no siente la verdadera necesidad de querer insultarlo, porque quizás muy en el fondo, le estaba comenzando a agradar la presencia del alfa, su animal interno estaba de acuerdo con ello.
—¿Cuándo será exactamente su próximo celo? —la pregunto de Jimin hizo que Yoongi dejase de masticar, miro al omega quien estaba distraído mirando hacia el frente, sin prestarle interés a Yoongi.
—¿Por qué la pregunta?
—Estoy algo curioso —dijo Jimin—, además —miro al alfa de soslayo—, es el trato, ¿no? Pasar su celo con usted, y es todo, dejará en paz el negocio de mi familia y yo me... iré...
—Lo sé —dijo Yoongi—, mi celo no tardará, quizás un par de semanas más o menos que eso, pero será pronto.
Jimin dio un pequeño asentimiento.
No debía de haber sentimientos de por medio por ese alfa, Jimin lo sabe, pero ¿por qué se sintió levemente mal al decir aquello? Por supuesto él no era el único que había sentido un amargor en la boca al decir sus propias palabras, Yoongi lo único que quería era maldecirse a él mismo por haber hecho un trato como ese, porque definitivamente él no quería que Park Jimin se fuera, no tan pronto.
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Rebeldía Para Un Jefe ||YoonMin||
FanfictionSus almas se han vuelto a encontrar, pero ¿será posible un mejor final para su destino? Park Jimin es el omega más difícil que cualquier alfa puede llegar a conocer, siendo esté el dueño de un pequeño local de panadería, tiene un grave problema al e...