26. No es lo mismo, pero es igual

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Había intentado subir los interminables escalones, travesar la montaña, colarse dentro de un canasto de víveres y nada había funcionado. Deambuló por Ciudad de Caiyi mientras pensaba en algún método que le permitiera ingresar a Gusu Lan, no era necesario agregar la oración "Sin ser visto" pues era más que claro que en su actual estado, era todo, menos visible. Se detuvo en la posada en la cual solía comer en compañía de su hermano y amigos cuando era estudiante y asomó la cabeza por la ventana, observando durante un rato sin decidir qué hacer después.

— ¡Hey tú! — escuchó a su derecha una vocecita llamar, movió sus ojos para ver de reojo, pero no captó a la portadora de la voz —si tú, el azulito brillante— llamaron nuevamente.

— ¿Ese soy yo? —con su índice derecho apuntó su cuerpo, pero continuó en su posición anterior.

— ¿Ves a algún otro fantasma color azulito brillante por aquí? —

— ¿Por qué es tan azul? — Una voz de hombre se sumó a la charla.

—Yo qué sé— respondió la primera voz. Wei Ying no aguantó más la curiosidad y giró para ver a las "personas" que lo abordaban.

—En primer lugar, no soy un fantasma y, en segundo lugar, deberían de dirigirse a los demás con respeto ¿Acaso yo ando por la vida gritando ¡Hey tú, la de dorado brillante!? —

—Difícilmente andarías por la vida gritando porque estás muerto— se burló la joven a quien Wei Ying finalmente pudo ver en todo su fantasmagórico esplendor. La joven tenía alrededor de quince años y estaba vestida como cualquier habitante, de manera sencilla, aunque muy limpia. Su acompañante era todo lo contrario; en vida había sido un omega, vestía un elegante atuendo verde menta con detalles bordados en hilo de seda plateado que imitaban brotes de bambú, por el porte de su cuerpo y voz hubiera jurado que era joven, pero difícilmente podría verificarlo ya que el espectro tenía sobre su cabeza un velo negro que tapaba la totalidad de su rostro.

—Que no estoy muerto, solo llegué a un punto en mi vida en el cual debía replantearme mis objetivos y metas futuras por lo que decidí tomarme un tiempo libre, ya sabes— agitó su mano —encontrarme conmigo mismo—

—Pues como no sea encontrarte en tu ciclo de reencarnación— La joven llevó sus manos a la cadera en actitud retadora.

—Joven maestro, yo sé que es muy difícil aceptar que nuestras vidas han acabado, pero mientras más rápido lo acepte, le aseguro que será más fácil— argumentó el callado joven.

—Les digo que no estoy muerto— insistió golpeando su pie en el piso a manera de berrinche.

— ¡Uy! ¡Qué maduro! —

—A-Qing, recuerda que para nosotros también fue difícil al principio, no debemos ser tan poco empáticos con el nuevo fantasma—

— ¡Qué no soy un fantasma! — reiteró fastidiado.

—Mira— Llamó la joven de nombre A-Qing —No tienes un cuerpo sólido, atraviesas las paredes como un fantasma, hablas con fantasmas— con sus manos se señaló a sí misma y al joven elegante —y eres transparente como un fantasma, entonces... déjame ver— se acarició la barbilla como si estuviera pensando — ¡Ya sé! Eres un fantasma— finalizó con una sonrisa sarcástica y su dedo apuntando a Wei Ying.

—Como se nota tu falta de instrucción. Ya te dije que no soy un fantasma, soy una conciencia— informó con cierto grado de petulancia.

—Pues a mí me parece que hueles a fantasma—

Esa declaración lo hizo dudar acerca de su propio olor — ¿A qué huelen los fantasmas? — sin vergüenza alguna levantó su brazo para verificar.

Destello AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora