Daddy's little boy ☆ Ohmfluke

3. Día de compras

—Ya no hay jugo... —Fluke pasa la mirada fugazmente por la nevera, enumerando en voz alta los artículos faltantes— Ni helado, solo hay dos cartones de leche...

Ohm a su espalda, garabatea en una libreta todo lo que su pequeño nombra.

—Compraste helado la semana pasada, Fluke.

El menor suspira y se cruza de brazos, totalmente enfurruñado frente a la nevera.

—Tú preguntaste que hacía falta...

—Bien. —Ohm le besa la cabecita, despeinando su cabello en el proceso— Helado ¿Falta algo más?

—¡Galletas!

—Fluke...

Salir de compras siempre era divertido. El supermercado quedaba algo lejos debido a que la residencia de Ohm estaba en una finca a las afueras de la ciudad, eso les permitía viajar en la camioneta y conversar en el transcurso sobre como fue el trabajo de daddy, aunque eso lo hablaban todos los días al volver Ohm del trabajo.

Fluke realmente disfrutaba de las compras, de hecho fue él quien le pidió a Ohm que lo hicieran juntos y no enviara a ningún empleado a hacerlo. Era una forma tranquila de pasar tiempo juntos y era divertido.

Tirando del carrito, está el menor, detrás está Ohm rodeando su cuerpo a la vez que ambos avanzan entre los pasillos.

—Lleva dos de esas. —Ohm señala con la mirada dos frascos de mermelada que el pequeño toma entre sus manos, una de fresa y otra de frambuesa—. Muy bien.

Quizás para cualquier persona en el mundo, tomar dos frascos de un estante no era cosa de aplaudirse, pero Fluke realmente disfrutaba de los mimos y besos que recibía después de obedecer a daddy haciendo bien las cosas. En las compras, siempre recibía muchos besitos de premio, también por eso disfrutaba hacerlo.

Cuando la lista estuvo completa de todo lo básico, los ojitos oscuros del chico de la sudadera gris —originalmente de Ohm— se iluminan, junto a ese pucherito que pone cuando va a pedir algo. Sus dedos picotean sin fuerza el pecho del más alto, quien lo observa hacia abajo con una sonrisa genuina y enternecida.

—Daaaaddyyyyy. —Fluke alarga las vocales y se balancea sobre sus talones— ¿Podemos comprar malvaviscos?

—No puedes comer tanto dulce, Bebé, no quiero que te enfermes. —le acaricia la espalda con una mano, de arriba a abajo—. Ya tenemos helado, mi amor...

—Por favooor —Fluke insiste, abrazando a daddy muy fuerte— ¡Prometo no comerlos todos de una vez!

Fluke sigue abrazando al más alto con fuerza, mientras repite una seguidilla de "Por favor" en voz bajita amortiguada por el pecho de Ohm.

Ohm extiende un brazo y del estante a su lado, toma una bolsa de malvaviscos que caen al carrito sin que se dé cuenta Fluke.

—Dame un beso y lo pensaré.

Fluke le da muchos besos, muchos pequeños besos en los labios que truenan como dulces ácidos sobre la lengua. Se puede escuchar la risa ronca de Ohm detrás de sus labios, mientras el pequeño sube y baja en las puntas de sus pies.

—¿Más? —Fluke se sujeta de los hombros del mayor, jugando a tocar su nariz con la contraria.

—Uno y ya...

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ