Daddy's little boy ☆ Ohmfluke

25. Campamento

Cuando despertó esa mañana, no lo hizo con el sonido de la alarma junto a la cama de Daddy. Lo despertaron los pequeños quejidos de Toben rascando la puerta de la habitación pidiendo salir, a eso de las siete de la mañana de un sábado.

Sin embargo y aún con todo el modorro encima, Fluke se puso de pie para abrirle a su pequeño cachorrito la puerta. Se metió las pantuflas en ambos pies y se talló los ojitos, bostezando bien grande. Toben esperaba desde la puerta, sollozando mientras movía su colita al ver a su humano despierto.

—Buenos días, Toben. —Fluke se recarga en sus rodillas, para hacerle cariños debajo del hocico al animalito que lo recibe con suaves lengüetadas— ¿Dormiste bien?

Y esperaba realmente que lo hubiera hecho, porque Fluke tuvo que rogar muchísimo para poder dormir con Toben, alegando que sería "Sólo una noche" y Ohm aceptó, dejando que el cachorro durmiera con Fluke el primer día en casa. De eso habían pasado ya dos meses y Toben seguía durmiendo en el pecho de Fluke, acurrucado contra el pequeño y a veces, contra Daddy.

Fluke toma a su peludo amigo entre sus manos, haciéndole ruiditos contra la nariz con la suya. Ambos salen con mucho cuidado y en silencio de la habitación donde Daddy aún duerme del otro lado de la cama. El pequeño se asoma desde la puerta, observando a Daddy dormir tranquilo y de puntitas, regresa para dejar un beso en sus labios cerrados y ahora sí, salir con Toben en brazos rumbo al jardín.

Bajando las escaleras puede notar que Nana ya está despierta en la sala, mirando las noticias mientras en la cocina algo huele delicioso. Fluke baja a Toben y abre la puerta del jardín, dejando salir al pequeño a hacer lo suyo para después limpiar y llevarlo a la cocina a desayunar. Mientras el cachorro huele el pasto y corretea mariposas que llegan a los rosales de Ohm, Fluke saluda a su Nana con un beso en la mejilla, desde detrás del sillón.

—Buenos días, Nana. —el chico sonríe, mirando a la mujer aún en el sofá.

—Buenos días mi niño, ¿Por qué tan temprano? —Jennie se pone de pie, para ir a la cocina por un vaso de leche chocolatada para Fluke—. Aún no está el desayuno listo ¿Tienes hambre, cariño?

Fluke la sigue obedientemente y se sienta en los taburetes frente a la barra.

—No, estoy bien. —Bosteza, con las manos cubriendo su boca—Toben hizo mucho ruido y quería salir, así que me desperté antes. Espero que Daddy no se alarme cuando despierte.

Jennie responde desde la nevera, sacando la leche.

—Vendrá a buscarte, de hecho no debería demorar mucho en despertar... —lo dice más en un susurro, mientras vierte la cocoa en polvo dentro del vaso de leche— ¿Quieres que caliente la leche, cielo?

—Sip. —Fluke entrelaza sus dedos, jugando con los pies que apenas rozan el suelo—. Por favor.

Antes de que el microondas anuncie que los cuarenta segundos han transcurrido, Fluke siente las manos de Ohm sobre sus hombros, un suave beso en el cabello y se voltea para recibir a Daddy en un gran abrazo y una lluvia de besos en el rostro.