18. Enfermero

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Suspira después del cuarto intento y sus labios forman un puchero evidente, con el inferior abultadito y mucho más hacia afuera que su vecino superior

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Suspira después del cuarto intento y sus labios forman un puchero evidente, con el inferior abultadito y mucho más hacia afuera que su vecino superior.

Pasea la mirada por las facciones del contrario, desde el puente de su nariz hasta sus labios, pasando por sus pestañas y ahí, en el punto justo donde se forma ese hoyuelo que tanto le gusta presiona con el índice sin demasiada fuerza. Son segundos los que transcurren sin que daddy de, el mínimo indicio de querer despertar, manteniendo el ritmo suave de su respiración constipada mientras el pequeño castaño espera.

Al notar que Ohm despierta de a poco, abriendo los ojos con pesadez y lentitud, Fluke sonríe un poquito; hincado al pie de la cama y con la cabeza ladeada recargada en el colchón.

—Buenos días, Daddy.

Ohm sonríe, cubriéndose la cara con ambas manos donde ahoga un gran bostezo. Puede sentir el peso de Fluke escalando el colchón para después, rodear su torso con una pierna y ambos brazos, recargando su cabeza en su pecho. El mayor acaricia el cabello de su pequeño, enredando sus dedos en los largos y lacios mechones.

—Buenos días mi cielo. —su voz suena más rasposa de lo normal, así como el característico sonido que se escucha cuando se tiene la nariz constipada hace acto de presencia en cada palabra.

Fluke suprime una risa al escuchar el gracioso tono de daddy y se acurruca en el hueco de su cuello y clavícula, mirando al mayor hacia arriba.

—Estás muy enfermo, debiste escucharme y no salir en la lluvia...

Ohm abraza al pequeño, acercándolo a su pecho.

—Era una emergencia.

Era una emergencia. —responde con tono infantil, recibiendo una suave risa de Ohm.

—Ya, ya, no te enojes. —deja un rápido beso en su frente y le sonríe de lado, al mirarlo hacia abajo—. No volverá a suceder.

—Más te vale... —balbucea bajito, hundiendo la cara en el pecho del mayor—. No me gusta que daddy esté enfermo, porque sufre y no quiero que sufra. Nunca.

—Pero no sufro mi amor, no cuando estás aquí conmigo...

Fluke cierra los ojos, pensando dónde le dijo Nana que dejó las medicinas antes de irse la tarde anterior. Justamente enfermaba Ohm estando Jennie de vacaciones con su familia ¿Qué se supone que haría Fluke ahora? ¡Era su misión ser el enfermero de daddy!

—Espera aquí. —el pequeño castaño oprime suavemente las mejillas del mayor levantando sus labios en un puchero y deja un rápido beso antes de saltar de la cama, dejando a Ohm sorprendido y con las palabras en la boca.

Fluke llega a la cocina casi derrapando sus pasos sobre los calcetines blancos en el suelo de madera después de correr desde la habitación y, una vez ahí, comienza su labor. Lo primero que hace es preparar una tetera con agua y ponerla al fuego —que afortunadamente la estufa era eléctrica, si no habría tenido que utilizar un encendedor y muy fan de esos aparatitos, no es— una vez lista la tetera abre la alacena y de ella saca el pan tostado y una botella de jarabe de maple. En el frutero hay duraznos y manzanas y Fluke pela y corta con mucho cuidado las frutas, dejado rebanadas sobre el pan con miel, exitosamente en un platito.

Daddy's little boy  ☆  OhmflukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora