27. Mal portado

604 98 4
                                    

1

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

1. Celoso

—¿Bebé?

El bulto bajo las sábanas azul cielo se retuerce, soltando un prolongado quejido y algunos balbuceos. Bajo su fortaleza de mantas, Fluke encoge las piernas contra su pecho y se abraza a sí mismo, con el ceño encogido y un chupón en los labios que succiona con fuerza en medio de su rabieta.

¿Quién se creía ese?

—Cielo mío, sal de ahí... —Ohm tantea con cuidado su espalda, tocando apenas a su pequeño quien asoma de debajo de las sábanas con una mueca en el rostro— ¿No vas a saludarme?

—¡No! —y se cubre de nuevo con la sábana.

Ohm vira los ojos al cielo y suelta y largo suspiro, con las manos entrelazadas sobre sus muslos.

—¿Esto es por lo del restaurante?

Fluke gime sonoramente, entre la rabia y la tristeza.

—No lo digas.

Ohm, sin embargo, sonríe de lado.

—¿Te pusiste celoso por la mesera?

Fluke, bajo las sábanas, repite las palabras de Daddy a modo de burla, para proceder a hacer una mueca de asco.

—No.

El mayor se recarga suavemente sobre su mano, pasando los dedos por el costado y la espalda de Fluke bajo las sábanas.

—¿A mi dulce niño le dieron celos, hmm?

—Me llamo Fluke. —El menor sale de su escondite, quitándose el chupón de la boca para dejarlo sobre el colchón con fuerza—. Fluke Natouch.

Ohm se acerca un poquito más, sosteniendo la cintura del pequeño castaño que se aleja en su berrinche.

—No... te llamas Bebé Hermoso.

El menor se ruboriza con fuerza pero mantiene su actitud. ¡No caería tan fácilmente! Daddy había sido muy coqueto con la chica en el restaurante, a quien hizo reír muchas veces mientras él se llenaba la boca de Hotcakes que evitaban que soltara maldiciones y reclamos de atención. Quien sabe que tanto le estuvo diciendo en inglés, porque no pescó una sola palabra y agradece eso o estaría el doble de molesto.

—¡Estoy enojado!

Ohm le besa los labios rápidamente, sonriendo.

—Lo sé. Y te ves precioso.

—Esto es hacer trampa... —balbucea el menor, mirando sus dedos sobre su regazo.

—¿Quiere decir que está funcionando?

A Fluke le habría encantado decir que no y esconderse de nuevo, pero la nariz de Daddy es suave sobre su cuello y sus labios son esponjocitos contra los suyos.

Daddy's little boy  ☆  OhmflukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora