24. Cachorrito

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Cuando Toben llegó a casa, Fluke estaba recostado mirando televisión mientras abrazaba su manta preferida

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Cuando Toben llegó a casa, Fluke estaba recostado mirando televisión mientras abrazaba su manta preferida. El pequeño estaba todavía adolorido por la reciente cirugía a la que fue sometido por causa de la muela del juicio ¡Realmente había sido un calvario para él! Y el pobre Flukie tuvo que sentarse en una silla del odontólogo por tres horas para que le quitaran la muela que le daba tan horrible dolor de cabeza y de la que por supuesto, daddy tomó cartas en el asunto llevando a Fluke al odontólogo tan pronto su bebé le dijo al morder un caramelo "¡daddy, me duele mi boquita!".

Fluke regresó a casa con la boca llena de algodones y gasas y su peluche favorito entre los brazos, sujeto del cinturón de seguridad en el asiento del copiloto. El doctor dijo nada de dulces por al menos una semana y Fluke quería soltarse a llorar en ese preciso instante, con todavía la anestesia en su sistema haciéndolo sentir torpe y pesado.
En realidad dijo que nada de sólidos en general pero para Fluke eso significaba sopa de pollo con fideos por una semana entera y sería muy, muy triste para su existir. Al menos tendría jugo de manzana y mucho helado de limón ¡Eso sí que era fantástico!

Apenas llegaron a casa, Ohm se aseguró de llevarlo en brazos y con mucho cuidado depositarlo en la cama. Le dijeron que Fluke no debía exponerse al frío debido a la anestesia y se aseguró de taparlo muy bien para mantenerlo calentito y tranquilo. Le colocó las almohadas como le indicó el doctor y lo llenó de besos en esas mejillas hinchadas que tan adorable lo hacían ver. Ohm se ocupó de todo: desde llevar a su habitación los peluches de Fluke y sus mantas preferidas, hasta de dejar listo el sofá cama en la habitación para dormir juntos como todos los días, sin riesgo de lastimar a su pedacito de cielo.

Quizás estaba exagerando pero la culpa la tenía el dentista por salir de la intervención con la bata cubierta de sangre y con un adolorido Fluke que sollozaba en la silla. Al hombre casi se le sale el corazón de ver la escena mientras el dentista muy tranquilo expedía una receta con analgésicos y antiinflamatorios.

El primer día Fluke durmió sin interrupciones y Ohm se dedicó a vigilar su sueño, leyendo con la lámpara de noche en el buró junto a la que sería su cama los próximos tres días. Al despertar el pequeño estaba hambriento y Nana le preparó con mucho amor su sopita, ayudando Ohm al menor con paciencia y devoción, llevando el jugo con un popote azul con muchos giros para hacer más ameno el rato a Fluke y funcionó, porque apenas vio el popote sonrió detrás de sus manitas, avergonzado de su apariencia en ese momento.

Le contó un cuento, recostados en la cama rodeados de almohadas y con la luz baja hasta que Fluke se quedó dormido presa de los analgésicos sobre el hombro de daddy.

Al tercer día Fluke podía levantarse sin problema alguno de la cama y no necesitó ayuda de daddy para limpiarse la herida suturada que ya comenzaba a sanar, aunque Ohm no le permitió hacerlo solo y se mantuvo en la puerta del baño por si algo ocurría. Tomaron una larga ducha juntos y Fluke, con menos gasas dentro de la boca, intentó de verdad hablar con daddy pero se terminaba riendo a carcajadas de escucharse a sí mismo.

Esa misma noche, mientras le secaba el cabello, Fluke le pidió ver una película de "cachoditoth" y buscaron en el catálogo virtual una que fuera del agrado del pequeño. Fluke estaba tan radiante, con los ojitos brillantes y Ohm se decidió mentalmente, llevarle un peludito compañero a su bebé la próxima tarde. Había Sido muy valiente y merecía una recompensa.

Así que llamó a Mild y la mujer le anunció contenta que había cachorritos en la clínica listos para ser adoptados después de quedar huérfanos al nacer. Ohm tomó las llaves y una chaqueta para salir a la clínica veterinaria de su amiga de la universidad en busca del nuevo amigo de Fluke.

Le puso un collar azul cielo con un moño de tela en la parte posterior y lo escondió entre su chaqueta, llevando con cuidado en su pecho al animalito hasta la habitación donde Fluke miraba la televisión abrazado de una suave manta con dibujos de nubes.

—¿Mi cielo? —Ohm asoma por la puerta, manteniendo al cachorro lejos de la vista del menor— ¿Cómo te sientes?

Fluke lo recibe con una gran sonrisa y las manitas extendidas.

—¡Mejor! Nana me dijo que descanse de los algodones un ratito... —el chico se masajea con cuidado las mejillas—. Me duele mi cara...

—Mi pequeño... —Ohm sonríe con tristeza—. Ya falta menos, lo estás haciendo muy bien.

Fluke asiente con los ojitos cerrados.

—¿Vas a volver a salir, daddy?

—Nop. —Ohm acuna al inquieto cachorro entre sus manos, aún escondido—. Ya no. Fui a buscar un regalo para un pequeño precioso... —Fluke brinca sobre el colchón, todavía sentado y con ojitos brillantes— ¿Sabes quién es?

—¡Soy yo, soy yo! ¡Daddy tiene un regalo para mí!

Ohm se sienta al filo de la cama y Fluke gatea hasta él, curioso.

—Debes prometer que vas a cuidarlo y amarlo mucho ¿De acuerdo?

Fluke asiente, contento y extiende ambas manos con los ojos cerrados. Cuando los abre, un pequeño perrito color café oscuro y con el pelo esponjoso lo mira desde abajo, con la lengua fuera y grandes ojos brillantes. Fluke lo sostiene con cuidado y sin poder esperar más, lo abraza contra su mejilla, hundiendo los dedos en el suave pelaje.

—¡Es hermoso, Daddy! —Y sobre sus rodillas, se aproxima hasta Ohm para abrazarlo aun manteniendo al cachorro en una mano— ¡Gracias, gracias, gracias!

Y Ohm se ríe, abrazando a su bebé y recibiendo muchos "besos de cachorrito" de esos labios rosas que tanto le encantan, mientras el pequeño frota su nariz con ternura contra su mejilla.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ 

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ 

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Daddy's little boy  ☆  OhmflukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora