Capítulo 8

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EDRIC

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EDRIC.

Maldita sea, es un mal día para que el gerente alargara mi turno en el taller hoy, es decir, adoro el olor de la madera recién cortada y disfruto mucho diseñando muebles para las personas, es el negocio de la familia, madera. Casi toda la manada trabaja en algo relacionado, menos el muy perfecto Ethan por supuesto, el unico y diferente chico trabaja en una panadería y le lleva dulces y cosas deliciosas a Kayla todo el tiempo, la lleva al cine aun cuando todos sabemos que a ella no le gustan las películas de terror y ella necesita que la estés abrazando todo el tiempo, y siempre que ve películas de romance, hay que tenerle una caja de pañuelos completa para ella, porque llora mucho, es muy sensible, pero le encantan las películas de acción, siempre que pueda verlas comiendo algo salado, como patatas con kétchup y un poco de sal encima, estoy seguro de que él no sabe esto de ella, y la lleva al cine probablemente a comer palomitas de maíz y una aburrida comedia, a Kayla no le gusta la comedia, no entiende el humor de los humanos, ese idiota no es digno de ella, yo la conozco desde los catorce años, sé todo lo que tenga que saber sobre ella.

Quité el sudor de mi frente con mi brazo mientras observaba mi obra maestra, una mesa que debían entregar mañana a las nueve de la mañana, el practicante rompió la que entregaríamos cuando estaba subiéndola al camión, tuvimos que comenzar desde cero y siendo las dos de la mañana, todo el mundo puede ir a descansar.

Malditos practicantes, no deberían encargarles tareas tan difíciles, es obvio que la cagará en algún momento, en mi opinión, deberían darle responsabilidades que puedan tolerar o se frustrarán, como el chico de hoy que renunció, no queremos humillarlos, queremos enseñarles, pero el gerente se divierte molestando a los nuevos, es un hijo de puta.

Con mi trabajo listo y ya no más obligaciones a mi lista, fui directo a la ducha, apestaba a sudor, todo el mundo apestaba a sudor joder, es impresionante lo mucho que me desagradan los olores ajenos a mi manada.

Tenía prisa por salir de ahí, por lo que me bañé rápidamente, tomé la ropa limpia de mi casillero, me vestí, guardé la que apestaba a muerto, tomé mis cosas y salí del taller, disfrutando del aire fresco y el frío nocturno, respirando hondo.

Entonces mi móvil comenzó a sonar, vi las notificaciones, tenía 108 llamadas perdidas de papá, 200 de mamá, 20 de Eric, y un montón de mensajes ¿Qué mierda pasó?

Subí a la camioneta con el móvil pegado a la oreja, llamando a mi padre, si estuviese todo normal, no estaría llamando ¿Qué pasó? ¿Quién pasó?

— Papá ¿Qué pasó?

Arrancando con premura, haciendo chirrear los neumáticos en el asfalto, incorporándome a la calle, agradecía que no hubiese nadie a estas horas, porque con la neblina espesa que había, un humano poco podría ver.

— Es Kayla.

Mi corazón dio un brinco del susto, las garras saltaron a la luz y los colmillos me crecieron, vi mis ojos rojos a través del espejo lateral, siempre que se trata de ella pierdo el control.

Possessive WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora