Yo pensé que ya había sentido mucho dolor.
Creí que nunca en la vida volvería a sufrir, que el karma y el destino jugaron demasiado con mi vida, estaba cansada de sentir dolor, no lo quería.
O eso decía.
Hasta ahora.
— Vamos, alfa, usted puede, un poco más, un poco más.
Me encontraba recostada en mi cama, los niños chillaban del susto afuera, no saben lo que pasa y les asusta que yo grite del dolor, pero no quisieron marcharse, por más veces que los sacaron de casa, ellos seguían regresando, por lo que mi segunda decidió dejarlos tras la puerta del cuarto, dónde mi vagina de diez centímetros de dilatación no los asustará.
— Aileen, tomemos un descanso... me duele...
Levantó la sabana que cubría mis piernas, y observó otra vez, tenía agua tibia y paños para limpiar y recibir al bebé, como mi segunda, es la loba más cercana a mí, la loba en quien más confío, por lo mismo le encomendé esta importante labor.
¿Lo peor?
Podía sentir a todo el resto de la manada pegado a las ventanas, los muros y las puertas.
Los hijos del alfa significan prosperidad, la manada tendrá un legado, eso es muy bueno para todos.
— Alfa, no podemos tomar un descanso, ya veo la cabeza del bebé, un poco más, sólo debes pujar un poco más.
Dándome ánimo.
— Ya viene... por fin podré conocerlo...
Sujetó mi mano para poder estrujarla tanto como quisiera, pujando una vez más.
Y otra.
Y otra.
Y otra...
Hasta que el sonido húmedo se hizo escuchar en el espacio vacío y silencioso. Silencioso hasta que... un fuerte llanto lo lleno todo.
Por un segundo, mi vida se detuvo, digo, no es que yo haya muerto, se detuvo porque quería apreciar ese fuerte llanto lleno de vitalidad, todo el cuarto se tiñó de un rosa cálido y amarillo, todo era amor y felicidad, mucho amor fraternal, toda la manada estaba amarilla y rosa cálido, todos pudieron sentir el nacimiento de esta nueva vida, podía escuchar los aullidos en el exterior.
— Es una niña.
Dijo Aileen, limpiándola.
— Una niña — mis ojos se cristalizaron— Es una niña... — relajándome en la cama, estaba tan cansada... pero feliz — ¿Cómo se ve? ¿Cómo está? ¿Está bien? ¿Ella está bien?
Aileen rodeó la cama, con la pequeña envuelta en las mantas, acercándola a mí.
— Todo bien, alfa, una bebé sana, igual a usted.
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Possessive Wolf
RomanceKayla fue encontrada en medio de la nada con la ropa echa añicos, tenía apenas catorce años recién cumplidos, no recordaba de dónde venía o qué había sucedido, su cabeza seguía gritando por auxilio, repitiendo las mismas palabras todo el tiempo "La...