Alistar avanzó hecho una furia hasta donde se encontraba Claus y, sin atender a razones, lo tomó por el cuello alzándolo en vilo, no recibiendo ningún tipo de resistencia de su parte. Con los ojos centelleantes cerraba cada vez más su agarre a tal punto que Erika se sorprendió de que no se lo hubiese partido ya. Pero a pesar de eso, en lugar de mostrarse temeroso, lord Vreeland no hacía más que sonreír como si la situación lo divirtiera en demasía, cosa que solo acrecentaba el enojo del príncipe.
–¡Creí haberos dicho que no os quería cerca de ella! –rugió con fuerza.
–Os confundís alteza –explicó Claus con una calma extrema que para nada tenía que ver con su situación actual –Deberíais informaros mejor, el enemigo no soy yo.
–No me toméis por tonto alimaña –espetó el príncipe haciendo más presión y esta vez el otro vampiro si jadeo dolorido –Se bien lo que ha pasado y cada uno de los culpables recibirá su castigo.
Erika solo recordaba una vez en la que había visto a Alistar tan enfadado como en ese momento y fue cuando Wilmer intentó desfigurarle la cara, solo esperaba que en esta ocasión el final no fuera tan trágico. Sin embargo esta vez había ocurrido un error, Claus no era culpable de nada. No le caía para nada bien pero tenía que reconocer que el vampiro solo había intentado ayudarla.
–Entonces creo que deberíais empezar por vuestra hermana –consiguió articular malamente lord Vreeland producto a la falta de oxígeno –¿O es que a ella os veis incapaz de castigarla?
–¿Eso creéis? –Alistar sonrió con sadismo y a la joven se le pusieron los pelos de punta cuando añadió –¿Por qué no vais y le preguntáis vos mismo? Sería un placer mandaros al mismo lugar que a ella.
–Mentís... –el rostro de Claus se descompuso y, por primera vez, parecía haber perdido algo de su tan característica seguridad –A ella no podéis hacerle nada, la ley os lo impide...
–Tenéis razón –el príncipe hizo una mueca y lord Vreeland asintió complacido –A mi hermana no puedo hacerle daño, al menos no tanto como desearía, pero decidme... ¿Qué me impediría mataros a vos en este mismo instante?
Los ojos de Claus se abrieron con terror y sus manos corrieron a sostener las del príncipe, intentando retener la fuerza bruta con la que pretendía partir su cuello como si de una pequeña ramita se tratase. En las pupilas de Alistar se podía observar el claro desafió y la decisión con la que realizaba sus acciones, no estaba bromeando. Si se le daba la oportunidad acabaría con ese ser que tanto odiaba en ese mismo instante, parecía haber entrado en una espiral de locura donde lo único importante era el derramamiento de sangre: y había una en concreto que deseaba ver correr por sus manos.
–¡Basta! –gritó Erika asustada de verdad no reconociendo al vampiro –¡Suéltalo!
Al no recibir respuesta la chica se lanzó contra los dos jóvenes y, a pesar del dolor punzante en todo su cuerpo, intentó separarlos. Mas sin embargo pareciera que ninguno de los dos era consciente de su presencia y por más que ella empujaba se encontraban sumidos en su propia guerra de miradas de la que solo uno saldría vencedor.
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Príncipe Oscuro (Terminada)
FantasyErika es una chica acostumbrada a lo mejor: las mejores ropas, la mejor escuela privada, el auto del año... y es ahí, cuando su vida no puede ser más perfecta, que todo se derrumba. Pareciera que ya nada podría ir a peor pero un irónico juego del de...