Capítulo 33

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El jardín del castillo era sin duda alguna un lugar hermoso

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El jardín del castillo era sin duda alguna un lugar hermoso. Un espacio totalmente verde rodeado de innumerables flores extrañas y en el que se respiraba un aire diferente, más puro. Incluso la oscuridad reinante solo contribuía a concederle un aspecto mucho más místico, seductor. A Erika le sorprendía no haberse fijado nunca que existiera entre los muros un lugar así. Pero, lamentablemente, no podía distraerse admirando el paisaje, había algo más que requería su total atención.

–Por favor, sentaos –pidió Claus señalando la silla delante de él con gesto amable.

La joven frunció el ceño y lo miró desconfiada. El vampiro parecía estar en exceso relajado y la expresión de su rostro era indescifrable. A pesar de haberla salvado de la loca de la princesa había algo que en su cabeza no terminaba de cuadrar del todo. No confiaba en él.

–No creo que eso sea correcto lord Vreeland –intentó defenderse ella y en parte tenía razón.

La pequeña mesa de jardín se veía perfecta, tan blanca y brillante como el más puro de los metales y, cómodamente sentado, se hallaba el elegante vampiro de porte aristocrático y finos ropajes ¿Cómo podría ella encajar allí? Parecía incluso un pecado pensar en acompañarlo en su estado actual: sucia, con el vestido roto, el cabello revuelto y unas ojeras importantes. Por otra parte había que tener en cuenta también que ante sí tenía a un importante noble ¿y quién era ella? Solo una criada humana. Si alguien la viera seguro sería un gran escándalo y podrían reprenderla. Dada su situación eso era lo último que necesitaba.

–Dejaos de formalidades –ordenó el vampiro con una sonrisa que no congeniaba para nada con lo punzante de sus palabras –Obedeced pequeña humana.

Un poco renuente y de repente temerosa por el aura tan macabra que parecía destilar el lord, la joven se apresuró a cumplir el requerimiento con nerviosismo. Pero él, contrario a lo esperado, se dedicó a observarla con mirada inquisidora, como si la incitara a ella a decir algo. Definitivamente Erika tenía muchísimas preguntas que hacerle, eso estaba claro. Para empezar de donde había sacado el collar perdido, estaba completamente segura de que Max se lo llevó. Otra cosa rara era el motivo de su interés en ella, había ido incluso contra su prometida por defenderla y nada de eso tenía sentido en su cabeza.

–¿Os gusta el té? –preguntó después de un tenso silencio y la chica lo miró sorprendida sin saber qué diablos pretendía –He mandado que preparen, honestamente nunca he probado ninguno pero he oído decir que a los humanos os gusta su sabor, a lo mejor resulta que a mi tam-...

–Lord Vreeland –interrumpió la chica apretando los puños y, por solo un segundo, él pareció algo turbado–Por favor vaya al grano ¿Qué quiere de mí?

–Oh... –Claus sonrió divertido –Veo que no os gusta andaros por las ramas, por lo que he podido comprobar en diversas ocasiones sois una chica que hace gala de una valentía sinceramente impresionante, vuestro espíritu es fuerte y, como os dije una vez, parece brillar en la oscuridad...

Príncipe Oscuro (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora