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Por alguna extraña razón se sentía melancólico apesar de que la situación no fuera para tanto o quizás si. Su madre le había mandado algunas de sus cosas personales y hasta un poco de dinero desobedeciendo a las órdenes de su padre, acto que le podría causar problemas y quería que nada le sucediera a su madre.
El saber que su madre estuvo ahí y que lo seguía queriendo y extrañando de igual manera le daba cariño a su corazón pero también melancolía y tristeza por no poder abrazarla, por no poder decirle que la extrañaba y que le perdonará por sus acciones.

Explicarle que estaba bien y que las personas con las que estaba viviendo eran buenas y amables con él, que lo sucedido tiempo atrás era una confusión y que tenía explicación.

Quería respirar su aroma a flores y escuchar su dulce voz, misma que anhelaba pero que no podía escuchar desde lo sucedido.

La extrañaba.

Extrañaba su hogar, su vida, la costumbre de vivir en su casa pero al mismo tiempo se sentía bien estando lejos de todo eso, lejos de la forma de pensar de su padre y de las opresiones con las que se regían, lejos de vivir en el miedo en el nació y creció. De ninguna manera volvería a lo mismo.

La letra de su madre seguía siendo hermosa y delicada, expresando palabras de aliento y cariño que no hacían más que provocarle un llanto silencio.

Palabras de apoyo que anhelaba todos los días y que necesitaba para seguir, para continuar con el trabajo, la universidad y su vida. Ahora que estaba solo y que debía poner mucho más de su parte para seguir viviendo y teniendo un techo donde dormir, no causar problemas ni mucho menos ser una carga con la familia Min, quienes se habían vuelto parte importante de su vida y de sus decisiones.

Dobló y guardo el pequeño papel con las letras grabadas de su progenitora dentro del sobre blanco en el que llegó, tomando entre sus manos las demás bolsas, de las cuales no sabía su contenido.

Trato de no hacer ruido para evitar molestar a Yoongi quien estaba revisando sus pendientes en la cama de enfrente.
No le asombro el hecho de encontrar varios conjuntos de ropa, dos pares de zapatos. Sus cuadernos de apuntes y lo que le alegro el corazón fue su mini laptop.

Con ella ya no tendría que molestar a Yoongi a cada rato ni mucho menos tener que pasar muchas horas en las computadoras de la universidad.

Su había acertado perfectamente a sus necesidades, eso sin contar el dinero que le dejo, era más de lo que podía juntar con un mes de trabajo en la cafetería, y con ello podía ahorrarlo o comprar cosas necesarias en caso de necesitarlas.

Pequeñas gotas de agua bajaron de sus mejillas al respirar el mínimo aroma a flores que tenían sus cosas, quizás su mamá lo había hecho a propósito para dejarle un poco de sus aroma.

Siempre tan dedicada a su familia y amorosa como la recordaba y extrañaba.

Trato de callar los hipidos que se empezaban a escapar de sus labios, haciéndose bolita en la cama para no ser visto por el alfa de la habitación, apartando las bolsas vacías y aferrando sus prendas de ropa entre sus manos, tratando de buscar el calor y la familiaridad que tanto necesitaba y quería en esos momentos.

Se sentía solo.

Demasiado solo y asustado en un lugar que no le correspondía, que era desolado y de cierta manera vacío y frío.

Cómo si estuviera desnudo y abandonado en un lugar lejano y vacío del que no tenía escapatoria. No entendía el porque se sentía así, sí antes de saber que su madre estuvo ahí había estado feliz, calmado y relajado.

Bien, en lo que cabía, y ahora se sentía mal.

De alguna forma saber que su progenitora le extrañaba y se seguía preocupando por él lo había dejando con un sentimiento lleno de tristeza y melancolía en su corazón y ser.

Si Omega le acompañaba en su dolor y tristeza haciendo que le fuera más difícil el controlar su llanto y sus sentimientos. Al paso que iba probablemente se quedaría dormido de cansancio y llanto.

Se encogió lo más que pudo evitando hacer ruido, no quería ser una molestia ahora que se no se sentía del todo bien.

Sentía las lágrimas calientes humedecer sus mejillas y la sábana que permanecía bajo su rostro, su cuerpo tenía espasmos involuntarios y su respiración era completamente irregular.

La poco oscuridad que se lograba colar en la habitación no era lo suficientemente opaca para ocultar sus involuntarios movimientos, por lo que trato de cubrirse con las mantas para así, de alguna manera, evitar que se diera cuenta de su llanto.

Trato fuertemente de dejar de llorar pero parecía que con cada intento esté parecía, imparable y más intenso. Tal vez por el momento y por el tiempo que llevaba sin dejar a flote sus sentimientos, los mismos traicioneros que ahora no lo dejaban en paz.

Cerro los ojos tratando de evitar que más lagrimas salieran de sus ojos, acto que no le concedido por lo que se aferró a las sábanas que cubrían su cuerpo, las mismas que ocultaban su rostro de la curiosidad ajena.
No podía escuchar nada más que sus llantos lastimeros y el latir de su corazón, que cuando sintió la cama hundirse se asusto, su cuerpo se tenso completamente al percibir el aroma a alfa rodear su cuerpo, un aroma fuerte pero no territorial, relajado hasta cierto punto pero no quitaba ese toque varonil del dueño.

Quiso hablar y preguntar algo, quizás pedir una explicación, pero en cambio de su boca no salió nada, ni siquiera un respiro al sentir las manos grandes y calientes de Yoongi meterse debajo de las mantas y abrazarlo.

En una acción confusa que le detuvo el corazón.

Que le calmo y al mismo tiempo albergó un mar de emociones confusas y calidad que jamás había experimentado, las mismas que su Omega no reconoció pero que grabó en su corazón como algo nuevo y familiar.

El cuerpo contrario lo acurrucó brindándole la protección que necesitaba para y el calor que no tenía su cuerpo en mucho tiempo.  Los brazos contrarios eran fuertes, cálidos y proyectores, su pecho cálido le arrullaba con cada respiración que emitía y su aroma le lleno los pulmones de tranquilidad.

No lo entendía, no entendía lo que estaba ocurriendo o si ocurría algo pero le gustaba y le asustaba al mismo tiempo. Demasiado extraño y confuso pero a su cuerpo y Omega le gustaba.

Con miedo se giro, esperando no arruinar el momento cálido que estaba experimentando. El rostro contrario se encontraba sereno y calmado, quizás algo cansado pero no incómodo.

Una mirada más oscura que la misma noche  pero no tenebrosa, calmada y profunda.

— No llores. Se que es difícil, lo entiendo...—  escondió su rostro en el pecho amplió y cálido de Yoongi al escuchar su voz y palabras. Ocultando su rostro por vergüenza a que lo siguiera observando.

De esa manera podía escuchar el corazón de Yoongi latir contra su pecho, respirar su aroma varonil y territorial que le tranquilizó un poco, sentir el calor corporal contrario y relajarse en los brazos contrarios.

Trato de evitar el perceptible brinquito que dio su cuerpo cuando sintió las manos de Yoongi colarse debajo de su camisa y acariciar la piel desnuda de su cintura.

¿Por qué lo hacia?

¿Con que intención lo tocaba?

— No te asustes.. alguien me comentó que puede ser bueno para tranquilizar a un Omega..— asintió con los ojos cerrados y el corazón latiendo fuertemente contra su pecho al sentir aquellas caricias suaves y calidas contra su piel.

Confusión de vida -Yoontae-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora