Confusión de vida -Yoontae-

⚫ 18⚫

—¿Todo bien?— alzó la mirada de su cafe al escuchar la pregunta de su madre al no entender el porque de pronto le pregunto aquello.

— Si.

—¿Seguro?

—¿Por qué lo preguntas?— interrogo sin ánimos para hablar y no entendiendo que era lo que su madre quería saber o si ya sabia.

¿Había hecho algo mal?

No recordaba haber causado algún problema. 

Siguió la mirada de su progenitora al percatarse de que no lo estaba mirando a él sino que miraba sin disimulo al omega quien guardaba sus cosas en su mochila.

Los sucesos acontecidos minutos antes golpearon su mente como relámpagos, ¿Acaso los había visto? Era imposible... Oh

— Iba a despertarlos.. — su cuerpo se tenso ante aquello.— No se que está pasando entre ustedes.. pero no quiero que te aproveches de ese chico.

— Madre, no es lo que parece.— interrumpió de inmediato ante las ideas erróneas que se estaba haciendo su madre en su cabeza.

— ¿No? ¿Vi mal entonces? Entiendo que tengas necesidades, hijo, pero si no vas a ir enserio con él no lo lastimes solo porque te resulte fácil aprovecharte de él. Un Omega como él no diferencia una noche de sexo a una relación seria, fue educado de una manera muy tradicional y conservadora no como algunos otros omegas que son "más fáciles", tú entiendes.

— ¡Mamá!

— No me molestaría que fueras en serio con él y que se quedaron juntos pero si no es así no le rompas el corazón. — se trago sus palabras al no saber cómo replicar a su progenitora dado que desconocía la razón por la cuál había besado a Taehyung momentos antes ni del porque lo consoló y durmió con él toda la noche.

Su alfa deseó hacerlo y no pudo negarse ante lo que su alfa quiso.

Desconocía la razón del porque lo beso o lo toco de una manera tan íntima cuando no eran nada, ¿Se estaba aprovechando de Taehyung? No lo sabía, pero sabía que debía poner sus pensamientos en orden o de contrario terminaría cometiendo alguna estupidez.

Desvió su mirada a dónde momentos antes Taehyung estaba no encontrándolo pero la puerta de su habitación se encontraba medio abierta.

¿Por qué le sucedía eso? Si se ponía que le gustaba Ji-Eun, aunque últimamente ella estaba más ocupada de lo normal y evitaba a toda costa.

Tal vez se sentía extraño al lado de Taehyung por el hecho de que su alfa se sentía con la necesidad de cuidarlo y protegerlo al saber que ese Omega estaba desamparado y solo después de todo lo que pasó con su familia.

Sabía que ese Omega era muy diferente a los demás y que su educación fue demasiado estricta y únicamente con el fin de ser un buen esposo y Omega cuando llegara ese momento, por lo que entendía la preocupación de su madre quien, como siempre, tenía razón, debía alejar para no confundirlo.

Regreso su mirada a la taza de café frente a él no sabiendo que debía hacer para no confundir al Omega y para él también que fue el culpable de ese beso, beso que le gustó y que hubiera llegado a más que solo besos si su mente no le hubiera recordado lo incorrecto que estaba actuando.

— Ve a abrir la puerta, Yoongi. — ordenó su progenitora al escuchar la puerta ser golpeada un par de veces, con más cansancio de lo normal lo hizo, sus piernas parecían pesar una tonelada y sus pensamientos regresaban una y otra vez al beso de la mañana.

— Vecino, buenos días.— Asintió de igual manera al escuchar a su vecina saludar siendo la persona que toco la puerta. — ¿Se encuentra su Omega? 

¿Su Omega? ¿Escucho bien?

— ¿Mi Omega? — preguntó confundido al no entender a quien buscaba esa Omega.

— Taehyung, el otro día me ayudó a componer mi vestido.. me dijo que no era nada pero realmente necesito pagarle, hizo un excelente trabajo componiendo, gracias a su habilidad con la tela me ahorre el comprar me otro. Tomé, le puede dar esto, por favor..— parpadeó varias veces no entendiendo de que hablaba la Omega.

¿Vestido?

¿Pago?

Estaba confundido.

— Él está adentro, puede..

— Realmente tengo prisa, le agradecía que se lo entregara. Por cierto, hacen una hermosa pareja. Felicidades.— no le dio tiempo de aclarar que entre él y Taehyung no había nada cuando la Omega le dio el par de billetes y se fue.

Se quedó parado ahí confundido ante lo que  había ocurrido en tan poco tiempo.

¿Por qué?

¿Sus vecinos pensaban lo mismo? Jamás se le pasó por la mente el que su edificio llegara a suponer cosas que no eran después de la llegada de Taehyung, bueno, nisiquiera él sabía cómo digerir todo.

— ¿Quién era? — preguntó su madre sentándose en su silla, su taza de café se había vaciado y Taehyung ya estaba desayunando.

— La vecina, Taehyung esto es para ti.— entrego el par de billetes restándole importancia a lo sucedido, a partir de ahora debía cambiar su forma de relacionarse con el Omega para no tener problemas en el futuro.

— ¿De que? — evito mirarlo a la cara por vergüenza, solo sentándose en su lugar en la mesa.

— La vecina te lo manda dijo que era un pago por el buen trabajo que hiciste con su vestido. — comento sin muchos ánimos, ciertamente no debía importarle nada de eso.

— Oh, gracias.

— ¿Te gusta la costura? — preguntó su madre.

— Mm, un poco.. aprendí de mi madre. A ella le gustaba diseñar la ropa que fábrica mi padre en la fábrica.— sorbió un poco de su café al escuchar aquello, desde que llegó a vivir Taehyung con ellos jamás se atrevieron a preguntarle algo respecto a su familia, no creyeron que fuera necesario saber mucho de su ellos sabiendo lo que le hicieron a si hijo.

—¿Tus padres tienen una fábrica de ropa? — escucho a su madre preguntar con sorpresa mal disimulada.

—Si, mi papá y mi hermano mayor la manejan.— alzó un poco la mirada al sentir el aroma del Omega un poco melancólico, ¿Por qué ahora lo percibía con mayor exactitud?

— ¿Cómo se llama? — miro a su madre con desaprobación al escuchar aquella pregunta tan poco delicada de su parte, su madre siempre era demasiado directa y sin delicadeza en momentos delicados, quizás los alfas de por sí eran así.

No lo sabía.

— Mi padre es Kim Sang Woo.— por alguna razón ese nombre le pareció conocido pero no recordó de dónde.

—Kim Sang Woo, ¿Dueño de la fábrica Kim innovation?

— Si.

— ¡Yo trabajo ahí! — miró a su madre con sorpresa encontrando la misma emoción que él profesa en el rostro de su progenitora.

— ¿E–en serio? ¿Conoce a mi padre?

— Si, llevo trabajando los últimos diez años para él pero no lo conozco en persona, es demasiado quisquilloso al relacionarse con la gente que trabaja en la fábrica.— explico su madre con delicadeza, por qué sabia el gran dolor de cabeza que ese señor con los empleados de la fábrica. Y ciertamente se estaba conteniendo en decir groserías contra ese hombre.

— Bueno... Realmente no se cómo es con la gente que trabaja para él, jamás he ido a la fábrica siempre me quedaba en casa o en la escuela cuando el iba a trabajar.