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Su estómago revoloteaba en su interior al recordar aquella noche, rebobinar aquellos sucesos que lo confundieron aún más de lo que ya estaba, ilusionando a su Omega que deseaba portar la marca de su alfa cuánto antes. Poder sentirse el Omega de un gran alfa.

Pertenecerle a él.

Sus mejillas se pusieron rojas con solo verlo a la distancia, acelerando su corazón mientras lo veía avanzar hacía él con sus amigos a los lados, los nervios se esparcieron por todo su cuerpo al escuchar los pasos de ellos acercarse. Cada vez más cerca y eso provocó que su lobo moviera la cola ansioso por poder tenerlo cerca, fuera de la habitación que compartían.

Una ilusión demasiado grande y fuerte como para solo quedarse en su mente, su Omega se sentía demasiado extraño al lado de su alfa queriendo ser uno. Buscando ser el mejor para su alfa que era lo que más deseaba.

Lo que más quería en todo el mundo.

— ¿Podrías tranquilizarte un poco Tae? — se avergonzó inmediatamente al escuchar a Jimin a su lado.  — Tu aroma llenó toda la cafetería.— el rubor se expandió en todo su rostro con más intensidad al darse cuenta de que efectivamente todo a su alrededor olía a él, más aún al tener la presencia de Yoongi acercarse cada vez más.

— Hola ¿Cómo están? — preguntó NamJoon sentándose cerca de jimin dejándo el espacio a su lado para Yoongi quien le saludo con un saludo de cabeza para después recostar su cabeza sobre su mochila que colocó sobre la mesa, con demasiado cansancio.

Lucia demasiado cansado, nada comparado a como lo conocía normalmente.

¿Por qué?

¿No lograba dormir por las noches? ¿El estrés lo tenía así? ¿Tenía muchas actividades de sus clases?

Su Omega se preocupó al verlo tan cansado y diferente a meses atrás, ojeras pronunciadas bajo sus ojos, su piel más blanca de lo normal. Su aroma era fuerte pero no agradable como el que se impregnó en su ropa ni en la habitación. Era un aroma diferente, algo desconocido para él.

No logro concentrarse en nada de lo que NamJoon y Jimin decían al encontrarse preocupado por la salud de Yoongi, su lobo deseaba cambiar su estado de ánimo y hacer feliz a su alfa, que dejara de verse tan cansado y estresado de lo que lo atormentaba.

Últimamente lo veía dormir más tarde de lo normal, cerca de media noche, silencioso y tenso por algo que desconocía, también ausente en los desayunos y las cenas.

¿Por qué?

Su instinto y preocupación por su alfa lo obligó a acercarse más, a soltar su aroma más suave de lo normal. Tratando de consolar a su alfa, una de las cosas más importantes que debía hacer como Omega y que su madre le ensañó muy bien. Tranquilizar a un alfa era lo primordial para cualquier Omega que se encontrara frente a un alfa enfadado o peligroso, su caso al verlo tan casando.

Su corazón latió fuertemente cuando, inconsistente, su mano se alzó yendo a la cabellera azabache de su alfa, buscando la forma de darle consuelo y paz de lo que le atormentaba, su instinto haciéndose cargo de lo que no podía preguntar con palabras.

Lo sintió tensarse bajo su tacto, pero eso no le hizo desistir de seguir dejando caricias sobre su cabello, relajando a su alfa que poco a poco se relajo a su tacto y le permitió acercarse un poco más hasta el punto de quedar a unos cuantos centímetros de distancia.

Dejando que el cansado alfa se acurrucara en sus brazos hasta parecer que se quedó dormido, apesar del ruido de la cafetería y la charla de Jimin y NamJoon que al parecer no se daban cuenta de que Yoongi se encontraba durmiendo, pero que a su alfa no le importó por estar disfrutando sus caricias, claro que sí, podía apostar todo lo que tenía a qué Yoongi se durmió con su aroma y tacto, enorgulleciendo a su lobo que ante ello se encontraba feliz y encantado por haber hecho que su alfa descansará con sus habilidades de Omega.

Un orgullo para cualquier Omega al satisfacer las necesidades básicas de un alfa.

Tan lindo. Su mente grito al verlo tan de cerca con los ojos cerrados, su cabello algo largo y azabache tan oscuro como la noche cubriendo sus ojos cerrados y frente mientras seguía dejando caricias suaves y lentas con sus dedos. Disfrutando del momento íntimo que estaban teniendo después de largos días en los que parecía lo estaba evitando, por un momento sintió el rechazo de su alfa después de aquella noche pero que ahora todo eso se quedó en el pasado al estar ahí, juntos.

Si tan solo hubiera sido marcado aquella noche ahora mismo estaría más que feliz, orgulloso de sí mismo y en paz por el alfa que le regaló la vida.

Respiro profundo al percibir el aroma de su alfa diferente a como llegó, más fuerte pero sin ser hostigante o imponente, como si fuera dulce pero no como el de un Omega. No, algo dulce pero sin dejar de ser fuerte y varonil, tal vez más suave o profundo no lo sabía pero relajante y muy, muy rico de respirar. Cómo si lo estuviera embriagando con su aroma de una manera extraña, provocando que su Omega reaccionara de una manera extraña y jamás experimentada, completamente diferente a lo que haya experimentando antes, pero que era provocado por su alfa, por Yoongi quien parecía dormido a su lado.

¿Acaso era posible?

— Tae.. creo que será mejor que regresen a casa, Yoongi luce enfermo. Si quieren los puedo llevar, traigo mi coche.— se ofreció NamJoon llevando la palma de su mano a la frente sudorosa de Yoongi, quien lucía enfermo y con fiebre.

Se preocupó al instante al ser consciente de que Yoongi estaba enfermo, tal vez gripe o algo más que podía ser peligroso y que si no fuera por NamJoon no se hubiera percatado de ello.

— Si, por favor.. — con cuidado trago de despertar a Yoongi de su sueño siendo algo no tan fácil de lograr dado que el alfa parecía realmente dormir muy profundo sobre la mesa.

La semana de exámenes finalmente terminó porque creía se debía a eso, esperaba fuera la culpable de provocar aquel malestar en su alfa.

Confusión de vida -Yoontae-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora