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Con cuidado de no romper ni de estropear algo dentro de aquella gran caja de madera saco los pequeños sobres de granos de café con cuidado para llevarlos al estante donde se guardaban los demás paquetes que eran utilizados cuando algún cliente solicitaba un café.

Para ser su primer trabajo no lo consideraba muy difícil pero si especial dado que todo debía estar en orden y con cuidado, con delicadeza, algunos clientes eran demasiado especiales con sus bebidas que era mejor no cometer un error por mínimo que fuera.

Su jefe era un Omega al igual que él, muy atento y cuidadoso con las bebidas y postres que vendían también, algo que le había hecho más fáciles las cosas para adaptarse a un ambiente totalmente distinto a lo que alguna vez conoció. 

Si bien, aún eran sus primeros días ya había recibido buenas propinas de algunos alfas que llegaban al local que tenia la fortuna y desdicha de atenderlos, si bien ni uno de ellos –por el momento– le había hecho algo sabia que sus intenciones para con él no eran buenas algo que lo asustaba demasiado pero que le dejaba dinero para no molestar a Yoongi con sus cosas personales.

Dado que el alfa tampoco tenia mucho dinero para hacerse responsable de él también. Debía soportar un poco más de ser necesario con tal de no molestar de más a Yoongi.

Yoongi no le reclamaba ni le decía nada al respecto pero no podía aprovecharse de él ni de su bondad, era un alfa distinto a los demás y eso le bastaba para él también ser mejor y esforzarse aún más en la universidad y en su nuevo trabajo, aunque no haya sido en la repostería que Jimin le comento dado que en esa requerían de experiencia mínima para trabajar ahí un obstáculo que le impidió trabajar en ese local aunque fue sin duda la mejor decisión porque el trabajo que encontró días después estaba más cerca del departamento  de la familia Min y no tenia que ocupar transporte público de regreso, aunque para la universidad si era obligatorio hacer uso de el. 

Poco a poco se iba a acostumbrando a su nueva vida, no era fácil dado que no tenia nada y tenia que forjar todo él mismo, pero suponía que era mejor así a tener que depender de un alfa autoritario como lo era su padre o el alfa con el que lo quiso casar, aún con el recuerdo de ese día se estremecía de dolor y de pánico.

Fue mejor así.

Escucho la campanilla de la puerta sonar poniéndolo nervioso, algún otro cliente estaba entrando y debía atenderlo, se apresuró a tomar la pequeña libreta entre sus manos para tomar la orden de la persona recién llegada. 

Pero su asombro fue evidente al darse cuenta de que la persona que estaba ahí la reconocía, la había visto algunas veces en los pasillos de la universidad o al lado de Yoongi, no sabia su nombre pero si la reconocía.

Era muy linda sin duda.

Se acerco diligentemente a tomar su orden, al fin y al cabo ese era su trabajo como trabajador de la cafetería.

— Bienvenida a  Blue Moon, ¿Puedo tomar su orden? — recito de memoria el nombre de la cafetería con tranquilidad y cuidado evitando sonar indeciso o molesto, su jefe le había aconsejado ser paciente y cuidadoso con los clientes al tomar las órdenes porque muchos de ellos no tenían o tuvieron un día grato y podía molestarlos si no los trataba con tacto, y gracias a los dioses a un no le tocaba alguna persona así y esperaba que eso no le sucediera.

— Un latte, por favor. — asintió tomando nota del pedido para después volver a preguntar.

— ¿Se le ofrece algo mas?

— Por el momento no. Sólo eso— hizo una reverencia retirándose de la mesa a entregar el pedido a su jefe que desde su lugar le miró con delicadeza.

Confusión de vida -Yoontae-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora