Descubriéndote // Parte 1

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Cuando eres sincera

Natalia estaba totalmente extasiada con la llegada de su hermana a la ciudad. Estaba eufórica. No paraba quieta ni cinco minutos y su sonrisa mostraba con creces lo que llevaba por dentro.

E: ¿Dónde me instalo? -preguntó Elena con la maleta en la mano plantada en el salón de la casa de Natalia

N: Ven, que te llevo al cuartito...

E: ¿Al cuartito? -preguntó mientras seguía a su hermana por el pasillo.

N: Sí, yo lo llamo así. Lo utilizo de cuarto de plancha y esas cosas, pero tiene un sofá cama muy cómodo y es una habitación pequeña pero coqueta...

Natalia abrió la puerta del cuarto y descubrió una graciosa habitación muy iluminada por un gran ventanal, una mesa con un flexo, un par de estanterías, un sofá y en medio, la tabla de planchar.

N: ¿Te gusta? La tabla la quitamos ahora

E: jajjaja, sí, me encanta. -contestó dándole un beso en la mejilla a Natalia.

N: ¡Cómo me alegro de tenerte aquí!

E: Jejejejjeje. Y yo de estar...

N: Entonces... ¿una semana?

E: toda entera!!!! Jajajjajaaj

N: jejejejejeje

El primer día lo destinaron a descansar y hablar de esos meses sin verse. Natalia preguntó por toda su familia y por Carmen, la cocinera de la mansión Lacunza. Elena no paraba de preguntarle por cosas del trabajo, a quién había conocido y qué casos había tratado. Era algo que necesitaban, contarse su vida durante ese tiempo en el que no se habían visto.

Al día siguiente Marta llamó temprano a casa de Natalia para proponerles un plan "Maestro" según ella.

M: Comemos de tapas, nos hacemos un cine en plan relajado para bajar la comida, le enseñamos a la enana lo más importante de Madrid y volvemos a casa a cenar y cambiarnos porque luego.... MARCHITA!!!!!

La verdad es que eran muy pocas las veces en las que Natalia había salido con su hermana pequeña. La diferencia de edad había hecho esa situación casi imposible pero ahora que Elena ya contaba con sus 22 años era algo que podían hacer.

E: ¡Dios! -dijo tirándose literalmente en el sillón después de pasar todo el día andando por Madrid- Estoy reventada...

M: ¡Pues ya te puedes ir espabilando que en cenar nos vamos otra vez!

E: Por Dios Marta.... ¿No podemos dejar la marcha para mañana?

N: ¡Qué quejica eres!

M: Y ella es la joven ¿sabes -dijo Marta irónica y prosiguió -pues no, no podemos dejarlo para mañana porque a tu hermana sólo le han dado dos días libres: hoy y mañana así que pasado trabaja....

E: ¿y?

N: ¡Pues que no me voy a ir sin dormir al hospital!!!!

E: No! Por Dios.... sólo nos faltaba que te demandaran por negligencia médica.

N: Muy graciosa

M: jejejejejeje

Unas pizzas fueron las elegidas para llenar sus estómagos. Mientras cenaban seguían charlando animadamente hasta que Elena empezó a picar a Natalia con un tema algo incómodo para la pediatra.

E: No me lo creo...

N: Pues no te lo creas...

E: ¿No te has fijado en nadie? Va... alguien tiene que haber...

EL BOSQUE // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora