La vida sigue // Parte 1

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Empezar de cero

Alba se sentía dichosa. No es que entendiera lo que le estaba pasando, no... Simplemente había asumido una buen anoticia en su vida sin plantearse nada más.

Natalia había entrado en su corazón dando saltitos y apartando todo lo que se pusiese en medio y ella, ella se lo había permitido porque así lo deseaba. Tenía consigo a la niña que años atrás le había salvado la vida tantas veces y, aunque ella no lo supiese, se sentía de nuevo protegida a su lado. ¿Qué importaba si Natalia no recordaba aquello? ¿Qué importaba si todo lo que vivió fue un sueño? Eso carecía de sentido para ella en ese momento.

Mientras la pediatra había aprendido a querer sin amar, a abrazar sin apretar y a besar sin deshacerse, Alba pasaba la mayor parte de su tiempo con ella, sin saber (o no querer saber) lo que sentía Natalia.

Marta, que para algo había sido siempre la confidente de la pediatra, estaba al tanto de cada uno de los sentimientos que cruzaban el cuerpo de Natalia.

M: Pues yo no sé cómo lo aguantas

N: ¿Y qué hago? ¿Le digo que no quiero verla más?

M: ¡No se trata de eso! Pero es que pareces masoca!!! El viernes pasado, en la cena, ella estaba super cariñosa contigo y tú ahí aguantando... Que si te doy un besito, que si ahora te achucho un poco...

N: Ya....

M: Naty... Alba no sabe nada y hace todo porque le nace. Si tú no pones tierra de por medio seguirá haciéndolo porque no es adivina... Es simple, o le cuentas lo que sientes o te apartas.

N: O sigo como hasta ahora Marta... ¿No se te había pasado por la cabeza que a lo mejor es lo que quiero?

M: Ah! Muy bien... Pues si quieres sufrir adelante... sigue así.

Este tipo de conversaciones eran ya muy conocidas por las dos. Marta diciéndole que se decidiese o se apartase y Natalia prefiriendo estar como estaba hasta ahora.

Alba, por su parte, no se imaginaba estar mejor que cómo estaba en ese momento. Sin saberlo, Natalia le estaba dando la fuerza para ser feliz. Con ella se sentía tan protegida que ya no le daba miedo casi nada.... Apagaba la luz por las noches, se podía quedar en una habitación pequeña ella sola y no se ponía nerviosa, no rehuía casi ningún acercamiento y Carlos estaba realmente orgulloso de ella.

C: De verdad Alba... No sé si fue la hipnosis o no, pero desde ese día estás irreconocible

A: Quiero vivir Carlos... El cabrón aquel ya me quito demasiado tiempo... Ahora quiero vivir

C: Eso es estupendo Alba... de verdad...

Y eso es lo que quería Alba... VIVIR... empezar de cero todo aquello que no pudo vivir porque un ser despreciable le había arrebatado... sólo eso... Un derecho fundamental, inherente al ser humano e irrenunciable... sólo quería VIVIR.

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Abre los ojos (A)

Un viernes, como tantos otros, Alba fue contenta a hablar con Natalia para salir a dar una vuelta por la noche. A las 22:00 en punto estaban de nuevo cenando en el italiano preferido de la enfermera mientras una Marta, bastante molesta, se dedicaba a observarlas.

Natalia y Alba se pasaron toda la cena de risas con Julia mientras que Marta hablaba entretenida con África para evitar tener que mirar como su mejor amiga se hacía daño ella sola.

Sobre las doce y media llegaban a un pub bastante lleno.

Af: Yo quiero un baileys

J: joder Africa... ¿Algún día pedirás algo distinto?

EL BOSQUE // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora