Nuevos Sentimientos // Parte 1

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Despierta

El sol entraba por las rendijas de la persiana iluminando tenuemente la estancia. Alba seguía dormida entre los brazos de Natalia mientras la pediatra se limitaba a sonreír nerviosamente y mirar le reloj hasta que se hiciera una hora prudente para despertar a la enfermera. Sin embargo, Alba tenía otros planes. Sobre las 10 de la mañana, cuando apenas había dormido 5 horas, abrió los ojos encontrándose con un pecho que se movía rítmicamente bajo su mejilla. Sonrió sintiendo la respiración de Natalia y las caricias que ésta le estaba dejando en la espalda.

Poco a poco fue elevando el rostro. Cuando Natalia sintió el ligero movimiento de Alba la miró detenidamente hasta descubrir sus ojos marrones achinados y sonrientes.

A: Buenos días

N: Buenos días... Es pronto... ¿quieres dormir más?

Alba negó con la cabeza y se acercó a los labios de Natalia para dejar un beso suave y fugaz en sus labios. La pediatra sonrió levantando las cejas y enseñó sus graciosos dientecitos.

A: Me apetecía...

N: Por mí... que te apetezca más a menudo

A: jajajajajaja -río la enfermera

Alba se estiró completamente al lado de Natalia y tensó sus músculos en un sonoro bostezo que hizo sonreír a la pediatra. Natalia tuvo tiempo de apreciar cómo se marcaban las costillas en el estómago de la enfermera al desperezarse sobre la cama.

N: jajajaja... te me vas a romper Alba jajajaja

A: jejejeje... es que necesitaba estirarme

N: Ya lo veo ya...

Alba se giró de nuevo y se quedó mirando a Natalia. La pediatra observaba a Alba con esa risilla en la boca esperando que hiciera o dijese algo, pero la enfermera sólo la miraba pillinamente. Al final, y viendo que eso se estaba convirtiendo en un cachondeo, la pediatra enarcó las cejas y empezó a hablar...

N: ¿qué haces payasa?

A: Te miro

N: Ya... ¿para?

A: Estas semanas... después de tu vuelta a Pamplona... te he estado mirando mucho

N: No hace falta que lo jures... cada vez que te pillaba no sé quién se ponía más roja si tú o yo...

A: jejeje, es verdad.... Pero es que ahora te puedo mirar sin preocuparme de las represalias

N: ¿Represalias? Por Dios Alba... que parece que estés hablando con mafioso o un dictador

A: Exagerada, jejejeje

N: ya, ya... Oye... ¿Y qué hacemos hoy?

A: Yo no tengo guardia

N: Lo sé... yo tampoco

A: ¿Lo sabes?

N: Pues sí... jejejejeje

A: vaya, vaya... que la señorita Lacunza me tiene controlada...

N: Jajajaja, no es eso!!!

A: Lo sé tonta... Pues no sé... ¿Qué te apetece hacer?

N: Lo que sea, pero contigo...

Ante aquella respuesta Alba se derritió y se aferró al cuello de Natalia hundiendo su rostro en él.

N: Jajajajaj ¡qué vergonzosa!

A: Es que yo soy muy vergonzosa, ¿eh?

N: Uy sí... seguro que sí!

EL BOSQUE // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora