Capítulo 11

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Nathaniel Robinson

Me metí a la ducha, me gusta bañarme siempre con agua fría, me siento más despierto, mientras ajustaba mi corbata miraba por la ventana para ver si veía a Emily, cosa que no pasó ya que mi chica se levanta muy tarde.
Baje a la cocina, saque del refrigerador fresas, y un poco de plátano, corte el platano en rodajas y las fresas en pequeños cubos, me gusta que los cubos y rodajas queden del mismo tamaño, puse granola y después yogurt griego.
Me comí todo en 15 minutos, cuando termine lave los platos y preparé mi café negro y jugo verde.
Puse manzana, apio, y piña, después licue todo con un poco de agua, puse todo en un termo metálico que tiene popote.
Cuando termine de hacer mi café en la cafetera lo servía en un termo negro, ya tenía todo listo solo nesecitaba mi maletín de vuelo negro y plateado, y también mi saco, cuando tenía todo listo salí por mi auto y me tope con los ojos marrones más bonitos de esta ciudad, me miró y después sonrio, iba apurada, supuse que iba a la escuela.
Yo solo me subí a mi auto y manejé tranquilamente para mi trabajo, esta mañana estaba muy despejada, no había nada de tráfico así que llegué con tiempo suficiente, aparque el auto en mi lugar de estacionamiento y subí para mi despacho.
En el camino me había tomado algo del jugo verde, solo me quedaba un poco, mientras llegaba a mi despacho logré terminarlo, dejé el termo vacío en un estante de libros, y después deje el termo de café al un lado, tenía mucho trabajo, tenia una conferencia con el juez este miércoles y nesecitaba avanzar el trabajo, mi discurso tenía buenos argumentos, y siempre me gustaba tener dos estrategias que solo las dejaba para emergencias, y siempre me sacaban del apuro, tanto que había tenido 20 casos y gane 17 de ellos, no era el hombre perfecto pero amaba mi trabajo.

-¿Puedo pasar?- la puerta estaba abierta así que vi a Alfred Nuñez tocar la puerta con una sonrisa

Me sorprendió verlo ya que si había interactuado con el pero no mucho

-Pues claro- sonreí amablemente

El entro y despues cerró la puerta lo cual me extraño, pero solo un poco.

-¿Como estas?- se sentó en una de las dos sillas que estaban frente a mi escritorio

-Muy bien ¿Y tu?

-Bien, oye, se que estás saliendo con una chica linda, y... joven- soltó una pequeña risa al último

-Eres un imbesil- digo mientras me rio con el

-No enserio, ¿Eres su sugar?

-No, solo... salimos- ambos estábamos riéndonos para bajar mucho más la tencion del momento.

-Ella te gusta enserio, ¿Verdad?- deje dr reírme, me puse serio y después sin mirarlo asentí
-Hermano, te vas a meter en un problema- dice más tranquilo

-Lose, lose pero enserio siento que la amo, y nunca me había pasado nada de esto con nadie, sabes ella es tan tierna y frágil, y me hace sentir tan bien- baje la mirada apenado

No dijimos nada por unos segundos hasta que Alfred suspiro
-Te daré el mejor consejo, sal de ahí amigo, y trata de superarla, con tu trabajo, saliendo, o pasando tiempo con tus amigos.

-Me mudé a Nueva York hace más de un mes, apenas y conozco a la gente- digo sin ganas

-Pues ya tienes a uno- me extendió la mano y eso me hizo sentir mejor.

-Gracias Alfred, lo aprecio mucho- sonreí

-Llamame Freddy, y todo estará bien si te mantienes lejos de una menor de edad, créeme ya he vivido esa historia- se levantó de la silla y me sonrio

-Espera, ¿Como supiste que estaba con ella?- pregunte desconcertado

-Los vi el otro día en la plaza, estaban tomados de la mano, si ella fuera mayor, tal vez sería tu chica perfecta

Asenti y suspire sin ganas, básicamente mis esperanzas con Emily se estaban yendo al caño.

Al poco rato dos toquidos se escucharon, vi a Vanessa frente a la entrada con una sonrisa y una carpeta que sostenía con su otra mano

-Nathaniel Robinson, siempre tan pensativo

La mire desconcertado y después sonríe
-Asi es como soy- digo mientras suelto una leve sonrisa

-¿Puedo entrar?

-Claro- conteste serio

Ella se sentó en la misma silla donde había estado sentado Freddy, antes de hablar suspiro y me miró

-Nesecito tu ayuda- hizo una mueca y después sonrió

-¿En que puedo ayudarte?

-Se que estas ahogado de trabajo, pero... estoy atorada en un caso, y el director me aconsejo que viniera a hablar contigo para pedirte ayuda- me miro con súplica y me acerco el folder
-Este es el caso, para que lo leas y lo revises, a ver si te animas a ayudarme- tome la carpeta y me puse mis gafas para leer.
Era un caso fácil, no sabía ni porque nesecitaba ayuda, pero odiaba que la gente me juzgara así que me limité a hacerlo con ella

-Es sencillo, pero si estoy muy atorado con eso del trabajo, el miércoles tengo corte, y me gustaría tomarme un día por si gano o lo pierdo, ¿Te parece si lo vemos el vienes?

Ella me miró dudosa
-Es que otro día no podré

-Si, solo que... el viernes tengo cita, con dos divorcios, estaré ocupada toda la mañana y tarde

-Pues, podemos reunirnos en mi casa, y revisar todo- ella me sonrio

-Si, está bien

Yo asentí, le di una ultima mirada a su carpeta y después se la entregue

-Ya  debo irme, solo vine a adelantar trabajo, tengo un compromiso, pero, nos vemos el viernes

-Muy bien señor Robinson- se levantó con una sonrisa y después se fue.

Yo suspire porque mi conflicto con Emily agobió mis pensamientos otra vez.

Pettle honeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora