Al llegar a la escuela, claramente fui a contarle todo a Anna, ella estaba tan eufórica al igual que yo
-Tienes que coger con el, cogetelo- grito en medio del salón
-Shhhh, cállate, nos pueden oír, además yo no se nada de eso- baje mi mirada
-Emy, primero tienes que provocarlo, y ya que estés segura que vas a llegar a segunda base, pues ahí me hablas y me dices que onda- me guiño un ojo.
Anna era la más experta en el sexo, su novio era cinco años mayor que ella y cuando ella empezó a andar con el, cmbio por completo, y ahora era adicta al sexo, en cambio yo era muy tranquila en ese aspecto, ni si quiera era adicta a darme auto placer, lo hacía cada cinco o dos meses, pero Robinson me alteraba completamente, y no sabía porque.
-¿Como crees que deba provocarlo?- susurre
-¿Dices que tu ventana queda frente a la de el?- en cuanto Anna me dijo eso, supe a donde quería llegar.
(...)
Nathaniel Robinson
Estaba trabajando en un corporativo, estaba en mi despacho revisando algunos casos que estaban archivados y emepzar con eso, pero mi mente solo pensaba en Emily Thorne, y no sabía porque, digo ella era muy sexy, bonita, pero no dejaba de ser una niña, y eso me perturba demasiado, digo, no creo que me guste, pero esto que siento por ella es muy rarito, y no me gustaba para nada esa sensación.
Tome el caso del tipo que lo arrestaron por acostarse con dos menores de edad, tal vez eso me apagaria.
Mientras leía el caso, inconscientemente lo comparaba con el mío, el tipo tenía 58, y la niña 13, el la obligó a tener sexo, y yo... ¡Nathaniel!, deja de pensar de esa forma
-¿Puedo pasar?- alguien interrumpió mis pensamientos
Una rubia platinado y de ojos oscuros toco a mi puerta
-Si, ¿Que pasa?, ¿Vanessa?- digo mientras cierro la carpeta
-Si, ¿Como vas con el trabajo?, ¿Muy pesado?
Negue mientras trataba de no actuar raro
-No, de hecho ya elegí un caso-¿Enserio?- ella apunto a una de las dos sillas que estaba frente a mi escritorio
-¿Puedo?- dice mientras con una mano apunta y con la otra sostiene un café.-¡Claro!- asentí
Vanessa no era muy alta, pero vestía con tacones altos y vestidos cortos, tenía un tupé ondulado, al igual que el resto de su cabello, y sus labios eran muy grandes.
-¿Puedo ver el caso?- apunto a la carpeta que tenía en mis manos
Solo se la pase, antes de recibirla me dio un café
-De bienvenida- me sonrió
-Muchas gracias, no era nesecito Vanessa- le sonreí
-No te preocupes- dice mientras lee todos los documentos, después de un rato, supongo que cuando terminó de leer, me miró de frente
-Es un caso bueno, ¿Lo tomarás?- abri mis ojos más que nunca
-¡No!, no defenderé a un enfermo- ¿Nathaniel no te mordiste la lengua?
-Digo, solo lo miraba, creo que me iré por el de la pencion del anciano, algo fácil- ella asintió-Pues, suerte, cualquier cosa, ya sabes, estoy al lado literalmente- se levantó del asiento, y yo me levanté para acompañarla
-Adios VanessaElla me sonrió y caminó para su despacho, solo suspire y mire una y otra vez el caso, Y pensé que seguramente solo me parecía bonita, y estaba bien, digo Emily era linda, era todo, debo dejar de verme a mi mismo como un enfermo y regresar a trabajar.
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Pettle honey
Teen FictionEmily Thorne, una chica de 17 años, que queda completamente enamorada de su vecino, Nathaniel Robinson, un joven abogado de 35 años, la diferencia de edad de ambos es bastante, pero la química que ambos tienen, se siente a kilómetros, Emily es la de...