Habían pasado cuatro días, lloraba igual que como el principio, no comía nada y solo asistía a la escuela porque mi madre literalmente me obligaba, un día como siempre regresé de la escuela, vi una nota sobre la mesa, mamá se había ido a Texas por 1 semana, al lado de la nota dejo dinero, tome mi celular abri su chat y solo le envié un mensaje de voz.
-Gracias por despedirte, 200 dólares no me servirán de nada para cubrir una semana- se lo envie sin pensar.
Me sentía tan sola, que no sabía que hacer, solo me senté en el piso y me eché a llorar, el mensaje de mi madre me interrumpió
Mamá
"Sabes que te amo cariño, si te hace falta dinero te depositare, se que has estado muy triste estos días, espero que cuando regrese podamos hablar"Bufé y solo deje mi teléfono lejos de mi, supongo que mi madre sabía lo fatal que la estaba pasando, no puedo describir la ansiedad que tenía, y solo podía llorar, lo quería cerca, y era tan loco, porque literalmente solo unos pasos nos alejaban, estábamos tan cerca y a la vez tan lejos.
Me puse la pijama temprano, tenía muchas tarea que hacer así que me puse a avanzarle, un par de horas más tarde escuché que alguien tocaba desesperadamente, abrí un poco la puerta solo para ver de quién se trataba, me sorprendí cuando vi a May empapada de lágrimas
-¿Todo bien?- nego y me abrazo cuando me vio
Claramente la invite a pasar y le pedí que se sentara en el sillón mientras preparaba algo de té, para que habláramos, cuando logré calmar su llanto ella me explicó que sus padres iban a divorciarse, y se sentía responsable de eso.
-Todo estará bien May, me tienes a mi- lloré un poco mientras la abrazaba
-Solo quiero que todo sea como antes- dice mientras se limpia las lágrimas
-La depresión es solo la negación del presente, hay que aceptar que las cosas nunca serán así siempre- baje mi mirada cuando me di cuenta de que eso era a la vez un consejo para mi misma
May asintió, y le ayudé a que viera el divorcio de sus padres como un evento positivo, ya que sus padres necesitaban de ella en ese momento.
-Eres una gran amiga
-Claro que no- digo mientras la abrazo denuevo
-¿Que paso contigo?- dice mientras sostiene la taza con ambas manos
Suspire, no quería llorar pero sentía que si hablaba lloraria como loca
-¿Recuerdas al vecino sexy?- ella asintió
-Teniamos una relación y terminamos por lo más evidente, la gran diferencia de edadMay no podía creerlo al principio pero al ver mi cara supo que no se trataba de ninguna broma
-¿Enserio lo amas?- yo asentí sin mirarla
-Dijo que el se casaría conmigo si en vez de 17 tuviera 27, ¿Puedes creerlo?, y mi madre me dejó sola, se fue de viaje
May me abrazo esta vez a mi, no dijo nada, pero con ese abrazo dijo mucho
-¿Porque no vas a hablar con el?
-¿Ahora?
-¿Que te detiene?- no dije nada, solo negue
-Yo me quedaré esta noche contigo, necesitamos animarnos, llamaré a mis padres, deberías de hablar con el- dejo la taza en la mesa de la sala, yo me quedé mirando por la ventana, tal vez me haría bien hablar con Nathaniel, así que suspire, y camine para la salida, a medio camino me arrepentí, ¿Que mierda estaba haciendo?, cuando quise regresar a casa me di cuenta de que ya había tocado el timbre, asique era muy tarde para arrepentirnos.
-Emily- suspiro cuando me vio
-Solo quiero hablar contigo- baje mi mirada
-Claro, pero... ahora no es un buen momento- dice un tanto nervioso, lo cual me extraño demasiado.
-¿Por?, no entiendo- lo mire extrañamente
-Porque...- una voz femenina lo interrumpió
-¿Si era la pizza?- se quedó callada en cuanto me vio
Yo también me quedé callada, los tres no dijimos nada, yo solo sentí una inmensa tensión, los ojos se me llenaron de lágrimas al verlo con una mujer mayor, no pude evitar sentir envidia por ella
-Es una vecina, nesecita ayuda con algo
Lo dejé hablando solo, y me di la media vuelta
-Espera un momento- escuché que le dijo y después cerró la puerta, supuse que iba detrás de mi, así que caminé más rápido hasta que logró detenerme en el porche de mi casa
-Emily las cosas no son así- lo jale para que me soltara
-¿Entonces como son?, mejor vete- mis ojos estaban llenos de lágrimas
-Ella solo es una compañera de trabajo
-¡Nathaniel no soy tonta!, solo vete- el bajo su mirada
-Te prometo que no es lo que parece
-Ya estoy acostumbrada a que hagas promesas que no vas a cumplir- abri la puerta y entre a la casa sin decir más nada, solo nesecitaba salir de ahí, pero esta vez tenía a alguien apoyándome, May me abrazo y cuando me tranquilice, le pude contar todo.
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Pettle honey
Teen FictionEmily Thorne, una chica de 17 años, que queda completamente enamorada de su vecino, Nathaniel Robinson, un joven abogado de 35 años, la diferencia de edad de ambos es bastante, pero la química que ambos tienen, se siente a kilómetros, Emily es la de...